lunes, 29 de marzo de 2021

El último atardecer (The Last Sunset, 1961). Robert Aldrich


Brendan O'Malley (Kirk Douglas), un antiguo pistolero, llega a México para buscar a Belle Breckenridge (Dorothy Malone), que resulta estar casada con un borracho (Cotten). Éste le pide ayuda para conducir un rebaño a Texas. Tras los pasos de O'Malley va Dana Stribling (Rock Hudson), un vengativo sheriff que tiene motivos personales para arrestarlo.

Un buen "western", lo diremos desde el principio, es éste que se ha estrenado en el cine Lope de Vega, "El ú1timo atardecer". Hallamos en él todos los ingredientes que componen esta clase de películas. (...) Casi, por no decir todo, lo consabido. Pero bien realizado, con excelente ambientación, interés en el desarrollo de la trama y eficaces efectos. (Donald en ABC del 17 de octubre de 1961) 

La calidad de los intérpretes da a este film un interés fuera de lo vulgar. Sin ellos es seguro que los resultadoss no habrían alcanzado tanta brillantez. «El último atardecer» es, sencillamente, una típica cinta del Oeste. No faltan en ella ninguno de los elementos, condiciones y circunstancias que requiere el western. (...) Todo lo que ocurre resulta, a nuestro juicio, harto artificioso y poco convincente. Esta ación dramática no resistiría un análisis crítico si éste fuese posible aplicarlo a los westerns. Pero los films del Oeste hay que tomarlos tal y como son, ponderando sus valores emotivos y espectaculares en razón de las características del género, que sólo busca producir la emoción por medios elementales y poco complicados. (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 10 de noviembre de 1961)   

El último atardecer era una formidable película, en la que Aldrich quería conocer las razones de unos y otros, esquivando las soluciones fáciles. Rock Hudson, en un papel en el que copiaba hasta la forma de andar de Gary Cooper, era el comisario que perseguía a Kirk Douglas, el forajido que tenía sus motivos para elegir el momento y la forma de su propia muerte. Una gran cinta romántica, en la que el duelo final de Hudson y Douglas repite la escena con que concluye Veracruz entre Cooper y Lancaster, o el acoso final de Apache entre Lancaster y McIntire. (M.A. Bastenier en El País del 7 de diciembre de 1983)
 

Este director, que no se cuenta entre mis favoritos, de vez en cuando hacía una película que yo encuentro genial. Patito feo de su carrera, no gustaba ni a Aldrich ni a su guionista Dalton Trumbo, aunque sí (y eso quizá sea significativo) a su protagonista, Kirk Douglas. Es para mí, con Pursued y Duel in the Sun, una muestra ejemplar de lo que me gusta llamar “meloeste”, y se me antoja el “western” que hubiera podido rodar Douglas Sirk”. (Miguel Marías)

Lo más llamativo de la película es la magnífica construcción de su guión y de sus escenas, y en particular el goteo constante con el que se informa al espectador de cuestiones decisivas del argumento, herederas del pasado de los personajes, que van a tener hondas repercusiones en el desenlace del drama. Este aspecto confiere vital importancia tanto a los diálogos como al comportamiento gestual de cada personaje, sus rostros, sus modales y sus reacciones ante determinadas palabras y acciones de sus compañeros de viaje; durante buena parte del metraje son poseedores de datos que el espectador desconoce y que en el transcurso de los minutos puede ir encajando adecuadamente para descubrir nuevas dimensiones en la historia que contempla. (39 escalones) 

Un western lírico poco convencional lleno de melodrama sirkiano. (Dennis Schwartz)

Todo es sumamente convencional. Usted sabrá que ha estado aquí antes. Incluso el paisaje tachonado de rocas y el color parecen deprimentemente familiares y aburridos. El problema simplemente es que el guión poco original de Dalton Trumbo carece por completo de distinción y la dirección de Robert Aldrich es plana y lenta. Todos los actores realizan sus tareas como si estuvieran cansados y aburridos. No nos extrañamos. Después de sólo una hora de exposición a ellos, también estábamos bastante cansados y aburridos. (Bosley Crowther en The New York Times del 15 de junio de 1961)

Un western extraño y contemplativo de Robert Aldrich, con Kirk Douglas y Rock Hudson liderando un arreo de ganado, no poco distraídos por Dorothy Malone. El guión de Dalton Trumbo aspira a la tragedia clásica (Hudson es la némesis de Douglas), sin embargo, el uso maravillosamente evocador que hace Aldrich del paisaje mantiene las cosas relativamente con los pies en la tierra. (Dave Kehr en Chicago Reader)

La película de Aldrich es, en cierto sentido, un intento de trasponer al género western los elementos del melodrama sirkiano: el mismo estudio, un reparto similar y una trama sobre la neurosis sexual. Kirk Douglas es un pistolero inestable que ha asesinado al cuñado del sheriff Hudson y quiere revivir su propio amor por su ex esposa (Malone). Al mismo tiempo, la hija de Douglas (Lynley) se enamora de su padre y Malone se enamora de Hudson. Esas tensiones se resuelven durante un traslado de ganado de México a Texas. La película es más lírica que el habitual tono masculino de Aldrich, y el guión de Dalton Trumbo es abrupto con alusiones clásicas. (Time Out)

Un hado crepuscular tramado por el talentoso Dalton Trumbo (Johnny cogió su fusil, Espartaco ...), pasión, rebaños, personajes (en particular las dos mujeres que se enfrentan al apuesto matón Kirk Douglas, más indomable que nunca), furia y canciones de campamento a lo Aldrich, un duelo implosivo, un secreto al final. Todo ello da esta pura tragedia western. (Bayon en Libération)

Película estrenada en Madrid en el cine Lope de Vega el 16 octubre de 1961; en Barcelona el 8 de noviembre de 1961 en el cine Windsor Palace.

Reparto: Rock Hudson, Kirk Douglas, Dorothy Malone, Joseph Cotten, Carol Lynley, Neville Brand, Jack Elam.


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