lunes, 27 de febrero de 2023

Prometheus (2012). Ridley Scott


Finales del siglo XXI. El descubrimiento de una pista sobre los orígenes de la humanidad en la Tierra lleva a un equipo de exploradores a las partes más oscuras del universo. Dos jóvenes científicos lideran la expedición. Shaw (Noomi Rapace) espera que se encuentren con una raza de seres benévolos y divinos que de alguna manera verifiquen sus creencias religiosas, mientras que Holloway (Logan Marshall-Green) intenta desacreditar cualquier noción espiritual. Sin embargo, ni los científicos ni sus compañeros de tripulación están preparados para los terrores inimaginables que les esperan.

"Si el primer Scott permitía pensar en Kubrick, esta película, con su ortografía gélida y sus composiciones de plano dignas de un obsesivo miniaturista, parece, directamente, dirigida por Hal 9000. (...) obra neuróticamente empeñada en aparentar más de lo que es". (Jordi Costa en El País del 2 de agosto de 2012)

«Prometheus» es una película magnífica que no llega a la cumbre, como «Alien»; aunque lo molesto no es lo que le falta (ese peldaño) sino lo que le sobra (personajes planos, algún giro viejo de guión, desequilibrio entre lo trascendente y lo intrascendente). Lo paradójico de «Prometheus» es que no aguanta la abusiva comparación con "Alien", pero no tiene sentido sin ella. (Oti Rodríguez Marchante en ABC del 3 de agosto de 2012)

Elegantísima en puesta en escena, planificación, timing, iluminación e iconografías (descaradamente kubrickianas en muchos pasajes); en lo visual, hechizo puro. La trama, por mucho que se haya convocado al guionista Damon Lindelof, uno de los artífices de Perdidos, es delgada como papel de fumar. Poco importa: aquí prima el misterio a lo desconocido, la acción, la tensión. (Jordi Batlle Caminal en La Vanguardia del 3 de agosto de 2012)

Nadie que haya gozado de los placeres pantagruélicos, serie A, B o Z, de Planeta prohibido, El Planeta de las Tormentas, El Planeta de los Simios o Terror en el espacio, podrá resistirse al hechizo icónico de la última obra de Scott, casi un viaje nostálgico por esas galaxias ignotas que nos destetaron de niños y siguen nutriéndonos cuando alguien nos las sirve con amor fraternal. (Jordi Batlle Caminal en Fotogramas)

Al igual que James Cameron en 'Avatar', Ridley Scott recurre al 3D, un 3D bellísimo por momentos, quizás uno de los mejores vistos nunca en pantalla, no como culminación del proyecto mimético del cine, que parecía alcanzar con la tecnología en tres dimensiones su etapa más avanzada en su imitación de la realidad, sino para crear un mundo cada vez más alejado del nuestro, una realidad paralela, y no una réplica de la nuestra. (Gonzalo de Pedro en Sensacine)

Primero, las buenas noticias: 'Prometheus' es una experiencia cautivadora, pensada para ser saboreada en la pantalla grande. La reputación de Ridley Scott como maestro artesano es bien merecida y ofrece una producción grande, impresionante y reveladora. Mientras estaba completamente absorto en 'Prometheus', sentí un tira y afloja entre los elementos cerebrales y viscerales, hasta el final. (Leonard Maltin)

Esta historia de una búsqueda interestelar hace preguntas cósmicas sobre el significado de la vida, pero obtiene respuestas poco convincentes en un guión que muestra un trastorno por déficit de atención. (Joe Morgenstern en Wall Street Journal)

El sentido de la escala visual del Sr. Scott, que a menudo ha producido films de una grandiosidad frenética e intimidatoria (¿no te entretiene?), logra, especialmente en la primera hora, algo así como una grandeza genuina. (A.O. Scott en The New York Times)

"Prometheus" de Ridley Scott es una magnífica película de ciencia ficción, tanto más intrigante porque plantea preguntas sobre el origen de la vida humana y no tiene las respuestas. (Roger Ebert)

Si la película parece defectuosa en cuanto a su guión -al menos en algunos de sus ingredientes- es porque titubea demasiado visiblemente entre el remake y la precuela, llegando incluso a caer en ciertas inconsistencias. (Jean-Pierre Andrevon en L'Ecran Fantastique)

Es muy posible que Ridley Scott, como es habitual, gratifique el lanzamiento en video de la película con una versión larga que le dará a "Prometheus" toda su dimensión artística. Mientras esperamos, esta película para el cine ya ofrece su cuota de momentos cinematográficos excepcionales. (Positif)

Decididamente, no hay nada más que esperar de Ridley Scott que una buena dirección artística. (Mathieu Macheret en Cahiers du Cinéma)

La película nunca logra realmente trascender sus múltiples temas, a pesar de que ofrece lo último en entretenimiento espectacular y visceral. Ridley Scott sigue siendo un gran director de claustrofobia y tensión dramática, combinando de manera brillante la inteligencia del argumento y el exceso estético. (Nicolas Schiavi en Le Monde)

Película estrenada en España el 3 de agosto de 2012.

Reparto: Noomi Rapace, Michael Fassbender, Charlize Theron, Idris Elba, Guy Pearce, Logan Marshall-Green, Sean Harris, Rafe Spall.

martes, 21 de febrero de 2023

Testigo de cargo (Witness for the Prosecution, 1957). Billy Wilder

                                         

Leonard Vole (Tyrone Power), un hombre joven y atractivo, es acusado del asesinato de la señora French, una rica anciana con quien mantenía una relacion de carácter amistoso. El presunto móvil del crimen era la posibilidad de heredar los bienes de la difunta. A pesar de que las pruebas en su contra son demoledoras, Sir Wilfrid Roberts (Charles Laughton), un prestigioso abogado criminalista londinense, se hace cargo de su defensa.

La intriga es apasionante y llena de giros sorprendentes, tal vez la más fèrtil en golpes de efecto totalmente imprevistos que ha creado la bullente imaginación de su autora. Sin que se atisbe jamás el desenlace, la trama va aumentando gradualmente su tensión dramática con un ritmo constante creciente y fatal. Estas virtudes las poseía ya en grado harto estimable en la versión literaria y en la versión escénica, pero el realizador del film, Billy Wilder, ha conseguido acentuar todavía el realismo del «clima» y el tono angustiante de la acción hasta alcanzar una rara y admirable ósmosis de la emoción y de la expresión no siempre frecuente en el genero policiaco. (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 22 de octubre de 1958)

El realizador ha cuidado todos los detalles, todos los efectos y muy particularmente la ambientación, pero sobre todo se advierte el esmero con que ha dirigido a los intérpretes, que son de primer orden.(Donald en ABC del 15 de noviembre de 1958)

Convincente adaptación de una obra teatral de Agatha Christie, en la que se proponía una trama judicial con un trasfondo tirando a sórdido. Charles Laughton se convierte en el rey de la función, con un verdadero festival interpretativo, aunque el resto del reparto le secunde eficazmente. La brillante realización introduce una sutil ironía que impregna incluso los momentos más graves. (Fotogramas)

Billy Wilder se mete de lleno, además de en su propio universo, en el de la escritora Agatha Christie (¿quién no ha leido de adolescente alguna de sus novelas?)…y adapta con agrado una exitosa obra teatral de la autora (que a su vez había convertido en teatro un relato corto propio). Así juega con el espectador y llena la película de sorpresas, giros y laberintos hasta llegar a final digno de trama de suspense. Y hace que todos lo pasemos fenomenal en el camino. Porque todos los personajes juegan con nosotros en un mundo de apariencias que nos atrapan… (El blog de Hildy Johnson)

La trama artificial es toda de Christie, pero la película finalmente se convierte en la de Wilder, gracias a un final engañoso que encaja muy bien con una característica revelación de compasión detrás de la crueldad. Su puesta en escena teatral, su encuadre de proscenio, sirve bien al material, al igual que la interpretación grandilocuente de Charles Laughton del abogado defensor. (Dave Kehr)

Tyrone Power está  sorprendentemente bien como el hombre acusado de asesinar a su amante, pero los rápidos giros y vueltas de la trama de la Sra. Christie pronto le quitan credibilidad dramática a los papeles de Dietrich y Laughton. (Time Out)

Lo que es importante en esta película de rápido movimiento es la puesta en escena de las escenas. Es el equilibrio de personajes bien marcados, los cambios de humor, los cambios de ritmo y las interesantes explosiones de histrionismo que muestran los diversos actores. (Bosley Crowther en The New York Times del 7 de febrero de 1958)

A pesar del descrédito que se le puede otorgar a un Wilder siempre dispuesto a traicionar sus pensamientos por una buena broma, y ​​a pesar de algunos gags visuales o diálogos típicamente wilderianos, podemos estar de acuerdo en que esta película no es la más personal de todas sus obras. Y si Helmuth Karasek, biógrafo de Wilder, afirma con un abusivo sentido de la provocación que Testigo de cargo "es una de las mejores películas de Alfred Hitchcock", este último también reconocerá haber recibido muchas felicitaciones por una película con la que nada tuvo que ver (mientras que por otro lado se felicitaba a Wilder por El Caso Paradine…). (Antoine Royer en DVDClassik)

Es cierto que Billy Wilder, al ofrecernos Testigo de cargo, no muestra ninguna pretensión. Pero no podemos decir que su película sea realmente un éxito. (Fereydoun Hoveyda en Cahiers du cinéma nº 81, marzo de 1958)

A menudo es divertida, a pesar del diálogo excesivo. (Positif nº 29, septiembre de 1958)

Una verdadera y buena historia "de detectives" que el cine no ha echado a perder: eso es Testigo de cargo. (Jean de Baroncelli en Le Monde del 25 de febrero de 1958)

Película estrenada en Barcelona el 21 de octubre de 1958 en los cines Astoria y Cristina; en Madrid, el 13 de noviembre de 1958 en el cine Avenida.

Reparto: Tyrone Power, Marlene Dietrich, Charles Laughton, Elsa Lanchester, John Williams.


jueves, 16 de febrero de 2023

Marcelino pan y vino (1955). Ladislao Vajda

 

Siglo XIX. Después de una larga guerra, un bebé es abandonado a la puerta de un convento de frailes franciscanos que intentan, sin éxito, buscarle una familia. Pasan los años, y aunque el niño vive feliz entre los monjes, no puede dejar de añorar a su madre. Marcelino se hace amigo de un Cristo crucificado que hay en el desván del convento: habla con él y le sube de la cocina pan, vino y otros víveres que puede encontrar.

De todas las películas que hasta la fecha, hemos visto de Ladislao Vajda, y en las que entran, cabe decir, los más variados géneros, ésta es, sin disputa, su obra cimera. Sin alarde de medios, es una cinta de profundo aliento; sin lujo de ropaje, posee la virtud de la máxima conmovedora elocuencia. (Donald en ABC del 25 de febrero de 1955)

Una obra de perfectas proporciones, de un ritmo cinematográfico y de una dignidad formal espléndida, logros a los que han aportado su mérito y su esfuerzo unos intérpretes excepcionales. (H. Sáenz Guerrero en La Vanguardia del 31 de marzo de 1955)

Una obra excelente, magnífico exponente de equilibrio y vibración por el profundo aliento que emana de su contenido. Vajda no sólo ha sabido plantear con eficacia un tema difícil, sino que lo ha llevado a feliz término poniendo a su servicio elementos técnicos y una visión de conjunto de alta calidad artística. (Fernando Méndez-Leite en Historia del cine español) 

Uno de los grandes éxitos del cine español de todos los tiempos, en el que se adaptó un folletinesco y beato cuento de José Mª Sánchez Silva. La escasa entidad de sus propuestas no impide que sus resultados estén por encima de las expectativas. En algunos momentos, Vajda supo conferirle un tono entre sombrío e inquietante que va mucho más allá de sus mediocres premisas. (Fotogramas)

La poesía expresionista del director de los 30 minutos finales, apuntalada en manos sin rostro, locuciones en off, una semi oscuridad y la simpatía de Pablito Calvo, hace más por la humanización de Jesucristo y el “santificado sea tu nombre” del Padrenuestro, la oración cristiana por antonomasia, que todo el resto del cine sacrosanto en su totalidad. (Emiliano Fernández en Metacultura)

Es Marcelino, pan y vino una obra que hoy se puede analizar desde diferentes puntos de vista: desde la visión de una cinta cristiana para toda la familia, hasta una muestra del cine español de los tiempos de la dictadura franquista. Lo que es indudable es que, en una época de rígida censura, en la que España solo producía películas recargadas de moralina y con personajes que parecían estampitas, este film debió verse como toda una novedad. Y si se vuelve a mirar, con seis décadas de diferencia y sin prejuicios, es posible que se aprecie que es una película que va más allá del cine religioso. (Pediatría basada en pruebas)

Marcelino pan y vino es una película pequeña, algo lenta, que avanza lentamente hasta su conclusión inexorable, una que probablemente hará llorar incluso al más duro de corazón. Es un suave cuento popular que cobra vida con imaginación y dulzura, y definitivamente no será del agrado de todos. Incluso aquellos sin una inclinación particularmente religiosa sin duda se maravillarán con la expresiva actuación de Pablito Calvo como Marcelino. El niño aporta tal inocencia y asombro a la película que el milagro que presencia Marcelino se vuelve casi palpable. Los fans de Luis Buñuel quizás reconozcan a un jovencísimo Fernando Rey como el monje que narra en flashback la historia de Marcelino. El director Vajda presenta la película con sencillez pero con un impacto visceral, y cuenta con la ayuda inconmensurable de la fotografía en blanco y negro increíblemente evocadora de Heinrich Gärtner. (Jeffrey Kauffman en Blu-ray.com)

Marcelino pan y vino es una de esas bellas películas que destacan extrañamente en la fría pantalla comercial, pues es, en su tema y esencia, una fantasía religiosa muy especial. Se mueve, con una pureza de espíritu, en el ámbito de la fe cristiana sencilla y llega a un clímax sobrenatural que se nutre enteramente de la credulidad devota. Los admiradores de las bellas imágenes deberían verla como una joya fotográfica; aquellos sensibles a la creación de imágenes poéticas deberían ser conmovidos por su sincero patetismo. (Gary W. Tooze en DVD Beaver)

La película alterna comedia y drama durante la primera mitad de la película; el milagro no comienza a ocurrir hasta el último tercio de la película. Es agradable ver una película como ésta que no se molesta en detenerse en la “prueba” del milagro, que es la dirección habitual de historias de este tipo; en cambio, simplemente deja que ocurra el milagro, y realmente logra capturar el sentido de lo que podría ser presenciar un milagro, un evento que experimentas indirectamente a través del personaje de Fray Papilla (el niño mismo lo da todo por sentado). En todo caso, la película demuestra que una historia no tiene que ser cierta para ser conmovedora e inspiradora. (Fantastic Movie Musings and Ramblings)

Película estrenada en Madrid en el cine Coliseum el 24 de febrero de 1955; en Barcelona, el 30 de marzo de 1955 en los cines Montecarlo, Niza y Aristos.

Reparto: Pablito Calvo, Rafael Rivelles, Antonio Vico, Juan Calvo, José Marco Davó, Juanjo Menéndez, Isabel de Pomés, Joaquín Roa, José Nieto, Fernando Rey.


jueves, 9 de febrero de 2023

Nadie huye eternamente (Nobody Runs Forever, 1968). Ralph Thomas



Scobie Malone (Rod Taylor), un detective australiano, debe viajar a Londres para detener al Alto Comisario Sir James Quentin (Christopher Plummer), acusado de haber matado a su primera esposa. Sir Quentin admite el crimen, pero Malone sospecha que con esa confesión el caso no queda resuelto. Además, Malone, sin pretenderlo, se convierte en el guardaespaldas del diplomático, salvándolo de dos atentados. Entre los sospechosos se encuentran Sheila (Lilli Palmer), la actual esposa del funcionario, su secretaria Lisa (Camilla Sparv), la fascinante señora Cholon (Daliah Lavi) e, incluso, el embajador norteamericano Townsend (Franchot Tone).

Rod Taylor tiene un buen papel que desempeña a su estilo. Christopher Plummer interpreta el suyo con experiencia y en los salones “brillan” Lilli Palmer, Camila Sparv y Daliah Lavi, que hacen vistosa y verosímil la sociedad internacional, la palestra de la accidentada trama. (Antonio de Obregón en ABC del 14 de febrero de 1969)

El tema resulta excesivamente ingenuo y su tratamiento se resiente de una carga sentimental de un estilo cinematográficamente anacrónico. El trazado de los personajes es excesivamente primario y queda sujeto a las reacciones propias de un melodrama. Ello no es obstáculo para que el director, Ralph Thomas, haya conseguido en muchos momentos situaciones y hallazgos del mejor cine de suspense. La habilidad con que es contada la historia revela la mano de un realizador de mérito y de un formalismo brillante y una amena variedad de situaciones. El film se beneficia, además, de un reparto que puede calificarse de excepcional. (J.P.M. en La Vanguardia del 28 de febrero de 1969)

La película es importante porque emparejó a dos carismáticos protagonistas, Rod Taylor y Christopher Plummer, en una historia discreta pero bien escrita que mantiene el interés en todo momento. Es una película que funciona mejor si no se examina en detalle, porque hay muchos puntos de la trama poco desarrollados. (Lee Pfeiffer en Cinema Retro)

Oculta en algún lugar de este film se encuentra una película de espías perfectamente respetable sobre un diplomático australiano acusado de asesinato mientras interviene en Londres en unas negociaciones de paz muy dudosas entre el Este y el Oeste. Sin embargo, nadie encuentra esa película. Ni Ralph Thomas, que dirige a los actores como si fueran todos sospechosos, ni Wilfred Greatorex, que escribió el guión confuso pero no complejo. (...) Lo extraño de esta película, que se estrenó ayer en los cines, es que ninguna de las personas involucradas en ella parece haber prestado atención superficial a los detalles básicos. (Vincent Canby en The New York Times del 12 de diciembre de 1968)

El guión de Wilfred Greatorex, basado en la novela El alto comisionado de Jon Cleary, presenta cliché tras cliché en su búsqueda desesperada de originalidad en un género trillado. El interesante elenco de actores se esfuerza, pero la historia cansada y el diálogo vulgar les ofrecen poca ayuda. Nadie huye eternamente es inofensiva pero es más una pérdida de tiempo que un pasatiempo. (Derek Winnert)

Todo se reduce a que, como thriller de acción, "Nobody Runs Forever" no es muy brillante porque sirve todo en bandeja al espectador cuando se trata de seguir el relato. Pero ver a Taylor interpretar una ligera variación del personaje de James Bond es divertido y es este aspecto, intencionado o no, lo que termina haciéndo entretenida la visión del film. (Andy Webb en The Movie Scene)

Nadie huye eternamente (1968) es un film bastante satisfactorio. Tiene mucho de lo que me encanta de las películas de esa época sin ser cursi. Es un thriller serio con algunos momentos inverosímiles que requieren que la audiencia suspenda su incredulidad. La película está muy bien filmada, tiene buenas actuaciones y, en general, es muy agradable. (Rachel Stecher en Out of the Past)

"Nobody Runs Forever" se mueve en sus giros argumentales de manera medio divertida, pero con razón figura como una nota a pie de página en la historia del cine. Más bien es un film para completistas y coleccionistas declarados de sombras cinematográficas y curiosidades. (Frank Stegemann)

Película estrenada en Madrid el 13 de febrero de 1969 en los cines Palacio de la Prensa, Velázquez, Bilbao, Progreso y Regio; en Barcelona, el 24 de febrero de 1969 en los cines Alexandra y Atlanta. 

Reparto: Rod Taylor, Christopher Plummer, Lilli Palmer, Camilla Sparv, Daliah Lavi, Franchot Tone, Clive Revill, Calvin Lockhart.