martes, 21 de febrero de 2023

Testigo de cargo (Witness for the Prosecution, 1957). Billy Wilder

                                         

Leonard Vole (Tyrone Power), un hombre joven y atractivo, es acusado del asesinato de la señora French, una rica anciana con quien mantenía una relacion de carácter amistoso. El presunto móvil del crimen era la posibilidad de heredar los bienes de la difunta. A pesar de que las pruebas en su contra son demoledoras, Sir Wilfrid Roberts (Charles Laughton), un prestigioso abogado criminalista londinense, se hace cargo de su defensa.

La intriga es apasionante y llena de giros sorprendentes, tal vez la más fèrtil en golpes de efecto totalmente imprevistos que ha creado la bullente imaginación de su autora. Sin que se atisbe jamás el desenlace, la trama va aumentando gradualmente su tensión dramática con un ritmo constante creciente y fatal. Estas virtudes las poseía ya en grado harto estimable en la versión literaria y en la versión escénica, pero el realizador del film, Billy Wilder, ha conseguido acentuar todavía el realismo del «clima» y el tono angustiante de la acción hasta alcanzar una rara y admirable ósmosis de la emoción y de la expresión no siempre frecuente en el genero policiaco. (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 22 de octubre de 1958)

El realizador ha cuidado todos los detalles, todos los efectos y muy particularmente la ambientación, pero sobre todo se advierte el esmero con que ha dirigido a los intérpretes, que son de primer orden.(Donald en ABC del 15 de noviembre de 1958)

Convincente adaptación de una obra teatral de Agatha Christie, en la que se proponía una trama judicial con un trasfondo tirando a sórdido. Charles Laughton se convierte en el rey de la función, con un verdadero festival interpretativo, aunque el resto del reparto le secunde eficazmente. La brillante realización introduce una sutil ironía que impregna incluso los momentos más graves. (Fotogramas)

Billy Wilder se mete de lleno, además de en su propio universo, en el de la escritora Agatha Christie (¿quién no ha leido de adolescente alguna de sus novelas?)…y adapta con agrado una exitosa obra teatral de la autora (que a su vez había convertido en teatro un relato corto propio). Así juega con el espectador y llena la película de sorpresas, giros y laberintos hasta llegar a final digno de trama de suspense. Y hace que todos lo pasemos fenomenal en el camino. Porque todos los personajes juegan con nosotros en un mundo de apariencias que nos atrapan… (El blog de Hildy Johnson)

La trama artificial es toda de Christie, pero la película finalmente se convierte en la de Wilder, gracias a un final engañoso que encaja muy bien con una característica revelación de compasión detrás de la crueldad. Su puesta en escena teatral, su encuadre de proscenio, sirve bien al material, al igual que la interpretación grandilocuente de Charles Laughton del abogado defensor. (Dave Kehr)

Tyrone Power está  sorprendentemente bien como el hombre acusado de asesinar a su amante, pero los rápidos giros y vueltas de la trama de la Sra. Christie pronto le quitan credibilidad dramática a los papeles de Dietrich y Laughton. (Time Out)

Lo que es importante en esta película de rápido movimiento es la puesta en escena de las escenas. Es el equilibrio de personajes bien marcados, los cambios de humor, los cambios de ritmo y las interesantes explosiones de histrionismo que muestran los diversos actores. (Bosley Crowther en The New York Times del 7 de febrero de 1958)

A pesar del descrédito que se le puede otorgar a un Wilder siempre dispuesto a traicionar sus pensamientos por una buena broma, y ​​a pesar de algunos gags visuales o diálogos típicamente wilderianos, podemos estar de acuerdo en que esta película no es la más personal de todas sus obras. Y si Helmuth Karasek, biógrafo de Wilder, afirma con un abusivo sentido de la provocación que Testigo de cargo "es una de las mejores películas de Alfred Hitchcock", este último también reconocerá haber recibido muchas felicitaciones por una película con la que nada tuvo que ver (mientras que por otro lado se felicitaba a Wilder por El Caso Paradine…). (Antoine Royer en DVDClassik)

Es cierto que Billy Wilder, al ofrecernos Testigo de cargo, no muestra ninguna pretensión. Pero no podemos decir que su película sea realmente un éxito. (Fereydoun Hoveyda en Cahiers du cinéma nº 81, marzo de 1958)

A menudo es divertida, a pesar del diálogo excesivo. (Positif nº 29, septiembre de 1958)

Una verdadera y buena historia "de detectives" que el cine no ha echado a perder: eso es Testigo de cargo. (Jean de Baroncelli en Le Monde del 25 de febrero de 1958)

Película estrenada en Barcelona el 21 de octubre de 1958 en los cines Astoria y Cristina; en Madrid, el 13 de noviembre de 1958 en el cine Avenida.

Reparto: Tyrone Power, Marlene Dietrich, Charles Laughton, Elsa Lanchester, John Williams.


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