lunes, 19 de julio de 2021

María Antonieta (Marie-Antoinette, 2006). Sofia Coppola

 

Francia, siglo XVIII. El compromiso matrimonial entre el futuro Luis XVI (Schwartzman) y María Antonieta (Dunst) sirve para sellar una alianza entre Francia y Austria. Con sólo catorce años, la ingenua princesa austríaca se ve obligada a abandonar Viena, su familia y sus amigos para instalarse en la opulenta, sofisticada y libertina corte francesa, donde reinan las intrigas y los escándalos. La joven se rebela contra el aislamiento que representa la corte de Versalles y se convierte en la reina más incomprendida de Francia.

María Antonieta es una compleja sinfonía pop, un glamuroso estallido de color y sonido que funciona bastante bien como ejercicio de estilo, aunque sólo hasta que se hace necesario tomar partido en el desenlace. Es entonces cuando a la autora le pierde un desmedido cariño por sus personajes, por la diva de la época, por una criatura tan excesiva como banal, tan reluciente como abominable. (Javier Ocaña en El País del 5 de enero de 2007)

Y el riesgo de Sofia Coppola es tratarlo todo eso con un ojo semicerrado en la Historia y el otro bien abierto en su pròpia Filosofía, haciendo natural la mixtura de músicas (el rock con el barroco), de colores, formas y ritmos que, insólitamente, no chocan con lo que cuentan, sino que lo subrayan, lo estimulan, le dan un sentido profundo dentro de su ambición de superficialidad. Gustará más o menos, pero es una visión sumamente original del personaje y una película deslumbrante. (E. Rodríguez Marchante en ABC del 5 de enero de 2007)

 Con su Apocalypse Antonieta, la avispada hija de Francis Ford Cop-pola se consolida como directora.Su nueva película será heterodoxaaunque tal vez no tan transgresoracomo quiere aparentar. (...) La futura reina de Francia, que tardó tiempo en consumar su matrimonio de Estado y tener descendencia, asiste en Versalles a toda clase de intrigas. Antes de ser guillotinada vivirá dos vidas: la de una joven alejada de su hábitat y predispuesta a los goces nocturnos, y la de una fingidora que representa su papel en la corte. Sofia Coppola logra su objetivo: crear una película de época distinta e irónica. (Lluís Bonet Mojica en La Vanguardia del 7 de enero de 2007)

Todo eso contribuye a crear una atmósfera de placer y de sueño que explica mucho mejor que muchas teorías el aislamiento en que vivía esta reina adolescente. Se ha acusado a Sofia Coppola de mostrar una Francia en la que el pueblo no existe. No es cierto. El pueblo no existe en el contexto de la reina y su mundo, pero sí existe en el film. Existe en el que es probablemente el plano más arriesgado de la película: el saludo de la reina desde el balcón de palacio cuando se inclina ante el pueblo asumiendo su derrota. (Nuria Vidal en Fotogramas)

Los tonos pastel, el merengue y la segmentación narrativa pretenden captar una atmósfera y 'joie de vivre' despreocupados, exultantes, muy adecuados. La realeza protagoniza la portada de 'Vogue' que es su vida hasta la irrupción inesperada y contundente del pueblo, que guillotina la película. (Daniel de Partearroyo en Sensacine)

'Maria Antonieta' es uno de los bodrios más sofisticados que se ha visto en los últimos años, con una escenografía y un vestuario magnífico, con una banda sonora lamentable, y, sobre todo, horrorosamente dirigida. (Juan Luis Caviaro en Espinof)

[Kirsten Dunst] no figura en vano en el éxito de la atrevida apuesta de Sofia Coppola: firmar una película íntima y estilizada en el marco de una superproducción histórica. (Philippe Rouyer en Positif)

"Marie-Antoinette" no es una distracción kitsch, sus excesos son juegos radicales y deliberados, manifestaciones de extrema angustia e ira por nuestro tiempo. (Jean-Michel Frodon en Cahiers du Cinéma)

María Antonieta, a quien los franceses están genéticamente programados para odiar, es aquí irresistible por la gracia y la generosidad de su intérprete. (Gérard Delorme en Première)

Soñada por una Miss California, "Marie-Antoinette" es una película sensorial (...). De esta manera, en este siglo XVIII tipo años ochenta, nos bañamos en una melancolía letal pero risueña, en la despreocupación por la Revolución y las guerras. (Jean-Luc Douin en Le Monde)

En un contexto de música pop y minueto, Sofia Coppola dibuja una María Antonieta muy humana, en un momento clave de su existencia, cuando se pasa de ser adolescente a ser mujer. (Emmanuèle Frois en Le Figaroscope)

Cada crítica que he leído de esta película alteraría su frágil magia y reduciría su patetismo romántico y trágico al nivel de una película educacional. (Roger Ebert)

Muy teatral y, sin embargo, también íntima e informal, María Antonieta deja que su historia se deslice casi casualmente a través de sus imágenes amorosamente compuestas y renderizadas. (A.O. Scott en The New York Times)

La Sra. Coppola y sus colegas también han adoptado un enfoque anacrónico de su material con una anárquica partitura de música pop que sugiere el espíritu complaciente de una adolescente consentida de nuestro tiempo enamorada de las superficies relucientes de su generación. (Andrew Sarris en Observer)

La película atraviesa las telarañas de la historia para buscar el corazón de la joven princesa austriaca a quien la diplomacia política del siglo XVIII arrojó a una vorágine de intrigas cortesanas y envenenó las relaciones personales sin siquiera preguntarle si le importaba. (Kirk Honeycutt en Hollywood Reporter)

Con inteligencia lírica e ingenio, Coppola crea un mundo delicioso en el que perderse. Es un placer. (Peter Travers en Rolling Stone)

Película estrenada en España el 5 de enero de 2007.

Reparto: Kirsten Dunst, Jason Schwartzman, Judy Davis, Rip Torn, Rose Byrne, Asia Argento, Molly Shannon, Shirley Henderson, Danny Huston, Steve Coogan, Marianne Faithfull, Aurore Clément, Jamie Dornan.


miércoles, 14 de julio de 2021

Las raíces del cielo (The Roots of Heaven, 1958). John Huston

 

El aventurero Morel llega al Africa Ecuatorial Francesa para emprender una campaña contra el exterminio de los elefantes, amenazados por las leyes del progreso. Tras pasar por la ignominia de los campos de concentración nazis, la defensa del elefante es, en Morel, un símbolo de la nobleza perdida, de la preservación de la dignidad del hombre y de su derecho a ser libre. Traicionado por unos y apoyado por otros, acusado de misántropo y de nihilista, Morel no duda en recurrir a las armas para luchar contra la barbarie y la crueldad en una región asediada por la demagogia nacionalista y el odio racial.

"Las  raíces  del  cielo"  es una  película"antisafari".  Se  desprende  con  vaguedad de  sus imágenes  un  cierto  sentido  literario  que si en la novela  tuvo  necesariamente  propósitos  de  nobilísima  intención, apenas  se sienten  en la labor  de  Huston allá  muy detrás  del sencillo  correr  de las secuencias.  "Las raíces  del  cielo"  es  otra más  en el número  ya  crecido  de las películas   africanas   que  nos  han  acercado tantas  veces  los  inmensos  parques  ecuatoriales y su  fauna   innumerable. (...) Si Las raíces del cielo no entra en ese raro  cupo  de  obras  excepcionales, sirve,  no  obstante,  con interés y con encanto  para  el  viaje. (G.E. en ABC del 30 de junio de 1965)

Adaptación de una novela de Romain Gary, donde la aventura tiene una dimensión tanto existencial como ecológica. Huston no llegó a identificarse con lo narrado, lo cual se pone en evidencia en unos resultados algo desangelados. Algunos momentos de rara intensidad salvan el conjunto de caer en el tedio. (Fotogramas)

Con una magnífica fotografía de Oswald Morris, que capta y utiliza a la perfección la fogosa luminosidad y los entornos semidesérticos y tenuemente verdes y boscosos del Sahel, el desarrollo del guión es tal vez el punto más flaco de una película que, una vez situada, va perdiendo poco a poco el interés de la acción y centrándose en el interior de los personajes, más preocupada por ellos y por su futuro que por el hilo argumental en sí, si es que puede hablarse de cosas distintas. Porque Huston, en su lucha imposible, en su causa perdida, no ve otra cosa que el interior de sus personajes, de él mismo, de todos nosotros. (39 escalones)

¿Qué falla entonces en The Roots of Heaven? ¿Por qué no es la gran película que pudo haber sido? Es difícil precisarlo, pues la película se deja ver con agrado, pero no es la obra maestra que sus mimbres deberían haberle permitido ser. El cine tiene estas cosas, a veces de la adversidad florecen obras de arte y otras veces, cuando el viento sopla de cara y todo son ventajas, las bisagras chirrían, el motor gotea, la maquinaria se traba y el artefacto no llega a funcionar como debiera. (Diego Moldes)

El juego entre el antiestrellato que se desprende del reparto se funde con la historia idealista que narra en un diálogo de perdedores, fanatismo, cruzadas imposibles y el constante contraste entre la serenidad del paisaje y el sonido de la selva. Un filme irregular, quizás excedido de metraje, rodado en Chad, donde el protagonismo de las especies animales, en particular del paquidermo, donde destaca ese magma adherido al universo de Huston: los perdedores y desarraigados; la resistencia; la sombra de la muerte; el espíritu libre, la dignidad, la integridad y la masculinidad. (Guillermo Balbona en El Correo)

The Roots of Heaven tiene aspectos pictóricos sorprendentes, algunas actuaciones emocionantes y construye un clímax palpitante de tensión absorbente. Desafortunadamente, casi todos estos factores positivos se encuentran en la segunda mitad de la película. (Variety)

Si bien el guión de Romain Gary y Patrick Leigh-Fermor, basado en el libro del mismo Gary, podría ser más firme y menos elaborado y locuaz en algunos puntos, está plagado de incidentes dramáticos que se acumulan y funcionan extremadamente bien, Bajo la fina dirección de John Huston , la acción avanza con un estilo espléndido. Más llamativa es la rica producción que ha organizado Darryl F. Zanuck. Hay un exceso de riqueza, en lo que a rasgos pictóricos se refiere.(...) Así y todo, los símbolos son endebles y las ideas nunca se afirman. No hay ninguna implicación dramática real, excepto que el asunto de los elefantes ha terminado, y las actuaciones, contundentes en los primeros dos tercios de la película, se vuelven progresivamente tontas hacia el final. (Bosley Crowther en The New York Times del 16 de octubre de 1958)

Adaptación de la bellísima novela de Romain Gary cuyo guión, coescrito por el propio autor, opta por no seguir el verdadero acertijo cronológico que es el libro adoptando una narración lineal; lo cual quizás no sea lo peor pero, a pesar de todo, la historia está lejos de lograr subrayar tan magníficamente como la novela que la salvaguarda de los elefantes va mucho más allá de la simple protección de estos nobles paquidermos ... En cuanto a la elección del director, nótese la ironía de que Huston tuvo como obsesión matar a un elefante durante el rodaje de La reina de Africa  (por suerte tuvo la inteligencia de renunciar a cometer este despreciable acto). John Huston, como es él, filma el conjunto sin genio pero sabiendo aprovechar bien la belleza de la sabana africana. Para el elenco, no sé quién tuvo la idea de contratar a Trevor Howard y Juliette Gréco, pero ciertamente estuvo lejos de ser la mejor elección para los papeles que interpretan (Gérard Philippe ciertamente habría sido perfecto para el protagonista de la película). Por otro lado, Errol Flynn, con su rostro desfigurado por los excesos y en el ocaso de su carrera y  de su vida tan aventurera, ilustra la idea que tenemos de su personaje. Una transposición que guarda algunos momentos hermosos pero que, lamentablemente, es demasiado inestable para convencer. (Plume231 en Allociné)

Película estrenada en Madrid el 28 de junio de 1965 en los cines Imperial y Fuencarral; en Barcelona, el 28 de febrero de 1966 en el cine Regio Palace.

Reparto: Errol Flynn, Juliette Greco, Trevor Howard, Eddie Albert, Orson Welles, Paul Lukas, Herbert Lom, Grégoire Aslan, Friedrich von Ledebur, Edric Connor.