jueves, 22 de septiembre de 2022

Operación Whisky (Father Goose, 1964). Ralph Nelson


En una isla de los Mares del Sur, Walter Eckland (Cary Grant) vive una vida tranquila. Eso cambia cuando lo persuaden para que sirva como vigía de los aliados, vigilando las naves enemigas japonesas. Eckland, cuyo principal interés es beber, demuestra ser malo en su trabajo y es enviado a buscar un reemplazo en otra isla. En cambio, encuentra allí a una maestra abandonada, Catherine (Leslie Caron), y sus alumnas. Después de que Eckland lleva al grupo a su isla, saltan chispas románticas entre la remilgada maestra de escuela y el desaliñado solitario.

Ralph Nelson, el realizador, ha sabido armonizar en el desarrollo, la ambientación y la fluidez. Y el humor fino y agudo, sin concesiones demasiado fáciles, mantiene al espectador en un permanente estado de satisfacción, siempre con la sonrisa en los labios. Imagen y diálogo se complementan entre sí. Hay escenas, que la cámara realza por sí misma con muy buen acierto y otras en las que las frases chispeantes, agudas e intencionadas constituyen el objetivo básico. Por supuesto que los medios técnicos, empezando por la fotografía en color, son irreprochables. (J. Pedret Muntañola en La Vanguardia del 5 de septiembre de 1965)

Operación whisky es una comedia sonriente que refugia su intimidad al amparo paradójico de la guerra. Cary Grant, Leslie Caron y las siete chiquillas del coro de la historia hacen, refugiados en su cabaña, una larga y alegre travesura. Trevor Howard, desde lejos, intenta ordenar aquel pequeño mundo en desorden dramático y circunstancial. La película no pierde en ningún momento su tono de comedia, ni siquiera al contacto hostil y tangente de la guerra. (...) Ralph Nelson, en un escenario corto, pero muy bello de color y de sentido, metió con gracia el menudo ingenio de ests cuento sentimental. (Gabriel García Espina en ABC del 24 de noviembre de 1965)

Quizás su nombre no esté en boca de cualquier cinéfilo amante del clásico cuando ha de hacer mención a esos títulos de la comedia estadounidense que son referente universal del género, algo que a mi parecer resulta imperdonable. Vale que lo que aquí podemos encontrar no llega al calado de los Wilder, Cukor o Hawks, pero ello no debería ser impedimento para disfrutar con las muchas delicias que nos reserva el humor muchas veces cínico, otras entrañable, de esta comedia romántica que servidor considera inolvidable. (Sergio Benítez en Espinof)

Grant juega alegremente contra toda una vida de encasillamiento en esta comedia romántica modestamente entretenida... saltan chispas de más de un tipo entre Grant y Caron. (Steven D. Greydanus en Decent Films)

Es una pena que Grant, uno de los mejores actores que jamás haya aparecido en una pantalla de cine, haya registrado esta tontería sentimental como su penúltima película. Interpreta a un vagabundo irascible del Pacífico Sur que se convierte en observador militar en una isla durante la Segunda Guerra Mundial, y descubre que su independencia se ve suavizada por una maestra de escuela francesa y sus siete alumnas empalagosamente dulces. Es cierto que Grant con frecuencia parece como si realmente no quisiera estar allí, perdido en el lodo de esta pálida comedia. (GA en Time Out)

La película transcurre sin sorpresas; lo más probable es que hayas visto un argumento parecido en las películas de batalla de sexos entre Tracy y Hepburn o en La reina de Africa. Aunque Cary Grant se las arregla para aprovechar al máximo el papel, no es suficiente para cubrir el vacío de la película. Uno espera más ingenio en una película con Grant. (Dennis Schwartz)

Entonces, Father Goose es el final de una era, el último vehículo clásico de Cary Grant. Como tal, podemos perdonar sus pequeñas debilidades, como la niña muda a la que le gusta morder los dedos de Grant, la afición al whisky de éste  y la disposición de Trevor Howard a dedicar tanto tiempo a Grant. Es como si no tuviera nada que hacer más que esperar a que Grant se comunique por radio. (Brian Koller en Films Graded)

La comedia tiene algunas pequeñas lagunas, sin embargo, pero es bonachona, desprovista de cualquier vulgaridad, cuando en los Estados Unidos hoy en día este género es sólo vulgaridad. El espectador queda bastante sorprendido en el último tercio de la película por una boda que cae como un pelo en la sopa, pero esta extrañeza está tan bien escrita y dirigida que se acepta sin problemas. (Rueducine.com)

Bien por la realización dinámica, sin el menor tiempo muerto, por el guión, al que no le faltan giros, y por los diálogos, ejecutados brillantemente. Una comedia, injustamente un poco olvidada, agradable de principio a fin. Sería una pena privarse de ella. (Sens critique)

Película estrenada en Barcelona el 4 de septiembre de 1965 en el cine Novedades; en Madrid, el 22 de noviembre de 1965 en los cines Gran Vía y Españoleto. 

Reparto: Cary Grant, Leslie Caron, Trevor Howard, Jack Good, Verina Greenlaw, Pip Sparke, Stephanie Berrington.

viernes, 16 de septiembre de 2022

El caso de Thomas Crown (The Thomas Crown Affair, 1968). Norman Jewison

                                               

Thomas Crown (McQueen), un millonario de Boston, un hombre que se ha hecho a sí mismo, se aburre de la vida que lleva. Para huir de la rutina, prepara un golpe perfecto: robar un banco y marcharse después a Brasil. Reúne a un grupo de delincuentes, deposita tres millones de dólares en un banco suizo y da el golpe sin dejar pistas. De esclarecer el caso se ocupará una investigadora de una compañía de seguros (Dunaway).

Este forcejeo, este «mano a mano» apasionante, abunda en los mayores atractivos. Tal vez no se desenvuelve de modo absolutamente verosímil. El idilio que llega a trenzarse entre estos dos personajes tan opuestos, tiene, a nuestro juicio, más de convencional que de real. Pero resulta de un enorme interés. Norman Jewison ha realizado un film en el que ha procurado aprovechar al máximo las posibilidades artísticas de las dos principales figuras del reparto. Tal como hizo Arthur Penn en «Bonnie y Clyde», Jewison ha pretendido hacerlo en «El caso Thomas Crown». (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 7 de noviembre de 1968)

Las escenas del atraco son muy buenas. Las del cementerio, rebuscadas. Los trucos de cámara con esos cuatro o seis cuadros en la pantalla a la vez, sirven para confundir y son cosa bastante pasada, salvo cuando utiliza esos recursos un espíritu nuevo. ¡Cuántos caminos abre un Lelouch, en un Un hombre y una mujer, porque allí sí viene a cuento esa vorágine imaginística! En “El caso de Thomas Crown” lo realmente bueno es el pulso de la dirección, cómo està desarrollada por Jewison, la variedad de ambientes, la dosificación en el metraje de situaciones que tienen justamente su medida para poder surtir el efecto que pretenden. (Antonio de Obregón en ABC del 16 de novembre de 1968)

Entretenida mezcla entre película de robos y romanticismo, a pesar del excesivo empleo del split screen por parte de su director Norman Jewison y del montador Hal Ashby. (AlohaCriticón)

El film de Jewison era demasiado deudor del lenguaje televisivo de entonces —Jewison pertenece a ese grupo de realizadores provenientes de la televisión, al lado de gente como Arthur Penn, Sidney Lumet, Frankenheimer, Ashby, etc—, y abusaba en exceso del split screen —fragmentación de la pantalla para ofrecer al mismo tiempo distintos puntos de vista o acciones paralelas—, además de una trama poco interesante, subsanada por la excelente química que había entre Steve McQueen y Faye Dunaway. (Alberto Abuín en Espinof)

Steve McQueen se adapta al papel con facilidad y aplomo, en una película que transporta a los espectadores a un mundo exótico con estilo y atractivo sexual. (Rotten Tomatoes)

Sin duda, ahora está anticuada, y los gráficos multipantalla no tendrán ningún sentido en una versión de video de pantalla completa, pero esta película de atracos protagonizada por Steve McQueen y Faye Dunaway se consideraba algo muy interesante en 1968. (Jonathan Rosenbaum)

Posiblemente la película del año con menos trama, menos guión y más fotografía. Lo que no quiere decir que no sea agradable para la vista. (Roger Ebert)

Lo que le da vida a esta birria, lo que la hace entretenida es claramente que el director, Norman Jewison, y algunos de los involucrados, sabiendo por supuesto que estaban trabajando en un guión tonto y superficial, aprovecharon la oportunidad para pasar un buen rato con él. (Pauline Kael)

Un thriller romántico ingenioso y tonto, con Dunaway como una investigadora de seguros que se enamora de McQueen, el promotor inmobiliario llevado a cometer un atraco a un banco por aburrimiento. Mucho 'significado' obvio (la pareja jugando al ajedrez; simbólico, ¿no?), muchas imágenes brillantes (cortesía de Haskell Wexler) fragmentadas a la moda en interminables tonterías de pantalla dividida, y poco interés real. (Time Out)

El guión, firmado por Alan Trustman (quien luego coescribirá Bullitt), es absolutamente inverosímil pero la intención era obviamente crear situaciones de tensión sensual entre dos actores conocidos. Su película es un producto puramente comercial y llamativo. (L'oeil sur l'écran)

La película está concebida ante todo como un entretenimiento elegante, cautivador e inteligente. Comedia, suspense, sensualidad, Norman Jewison juega con las emociones del espectador, sin perder nunca de vista la unidad de su película. Domina su producción de principio a fin, jugando a la perfección con la temporalidad, por ejemplo, como en la escena del robo que merece figurar entre los mayores logros del género: una escena que se alarga, en completo silencio, para establecer el suspense, luego la aceleración del ritmo y la aparición de la música cuando se pasa a la acción. Visualmente, la película es notable. Norman Jewison adopta una realización de gran modernidad, haciendo un uso muy exitoso de la técnica de la pantalla dividida. Su cámara es ligera, atrevida en sus movimientos. (Hervé Aubert en Lemagducine.fr)

La puesta en escena, que causó sensación en su momento, cede a efectos de moda, en particular la pantalla dividida en varias partes. Un "truco" hoy desfasado. Como el lado amoral del desenlace, que también parece artificial. Sin embargo, es su aspecto llamativo lo que da encanto a esta película. También está la música envolvente de Michel Legrand y los hábiles giro del guión. Y, sobre todo, Norman Jewison, como Alfred Hitchcock, pone al mismo nivel el suspense detectivesco y el suspense erótico. Así, la partida de ajedrez entre Steve McQueen y Faye Dunaway es un gran momento: los movimientos sobre el tablero simbolizan los conflictos (de dinero pero también de amor) que animan a los jugadores. El enfrentamiento de las dos estrellas se convierte entonces en un muy atractivo juego del gato y el ratón. Una película superficial, sin duda, pero muy entretenida. (Philippe Piazzo en Télérama)

Película estrenada el 13 de noviembre de 1968. en Barcelona el 4 de noviembre de 1968 en los cines Fantasio, Astoria i París; en Madrid, el 16 de noviembre de 1968 en los cines Gran Vía, Canciller, Infante y Roxy B.

Reparto: Steve McQueen, Faye Dunaway, Paul Burke, Jack Weston, Yaphet Kotto, Todd Martin.



viernes, 9 de septiembre de 2022

El Santo (The Saint, 1997). Phillip Noyce

Simon Templar se educó en un durísimo orfanato y allí tuvo que aprender muchos trucos. Años después, era el más famoso ladrón del mundo, a punto de completar cincuenta millones de dólares en su cuenta. Los mismos empresarios rusos a los que robó un valioso microchip, le contratan para una difícil misión: arrebatar a una bella científica el secreto de la fusión nuclear. 

Es posible que "El Santo" de ahora no esté a altura de las circunstancias (nostálgicas, mayormente) para aquellos que aún recuerden a Roger Moore y al muñeco con la coronita. Pero, para verla así, a botepronto, resulta una película muy movida, exagerada y mentirosilla. Es decir, tal y como debe ser. (E. Rodríguez Marchante en ABC del 27 de abril de 1997)

Cada vez más alejado de sus mejores e iniciales películas, el australiano Phillip Noyce narra con claridad la simple historieta gráfica que tiene entre las manos, al tiempo que maneja con habilidad los múltiples millones de dólares puestos a su disposición. Sin embargo, se estrella a la hora de dibujar a sus personajes, tanto porque ni resulta creíble la excelente y bellísima actriz Elisabeth Shue como importante científica con problemas cardiacos, como porque el rudo Val Kilmer no sabe trasmitir el humor que dio al personaje el ya mítico Roger Moore en los mejores episodios de la famosa serie de televisión. (Augusto Martínez Torres en El País del 2 de mayo de 1997)

Ocasionalmente inspirada en los momentos de acción (la huida por el subsuelo de Moscú, un homenaje a “El tercer hombre”; la secuencia frente a la embajada norteamerica na) y ciertos toques humorísticos, “El Santo” no pasa de ser un lujoso telefilme algo estirado. El tedio hace acto de presencia mediada la función, o así se lo pareció a este cronista, que la contempló con paciencia de santo y sin que la emoción de la aventura hiciera mella en él. (Lluís Bonet Mojica en La Vanguardia del 2 de mayo de 1997)

La caracterización de Val Kilmer no logra estar a la altura y su proceso de travestismo queda como una sucesión bastante anecdótica de vestimentas y acentos. El guión se concentra en exceso en la relación que traza éste con la científica protagonista (Elisabeth Shue), que emocionalmente le redime, y como propuesta de thriller funciona a medias. (Covadonga G. Lahera en Sensacine)

El Santo se puede ver gracias a Kilmer y Shue, pero el confuso guión abusa de la credulidad del espectador. (Rotten Tomatoes)

En comparación con las acrobacias sensacionales y los efectos especiales de la serie Bond, El Santo parece positivamente relajado. (Roger Ebert)

El amor redime al ladrón; pero también lo vuelve convencional. (Peter Travers en Rolling Stone)

Un suspense genérico que no sabe mal al primer bocado pero que se vuelve cada vez más difícil de tragar. (Todd McCarthy en Variety)

La realización un tanto seca de Phillip Noyce, apóstol de la frialdad en la pantalla y de una estética lustrosa, raras veces alcanza el nivel de un guión excesivamente académico. Se ve venir todo con veinte minutos de antelación y el espectador acaba encontrando el tiempo largo. (...) Con sus escenas de acción banales, The Saint también sufre de un ritmo bastante lánguido y no logra emocionar. El entretenimiento, aunque nunca malo, al final tiene muy poco interés. (Virgile Dumez en Cinedweller)

Película estrenada en España el 25 de abril de 1997.

Reparto: Val Kilmer, Elisabeth Shue, Rade Serbedzija, Valeriy Nikolaev, Henry Goodman, Alun Armstrong, Charlotte Cornwell.