viernes, 16 de septiembre de 2022

El caso de Thomas Crown (The Thomas Crown Affair, 1968). Norman Jewison

                                               

Thomas Crown (McQueen), un millonario de Boston, un hombre que se ha hecho a sí mismo, se aburre de la vida que lleva. Para huir de la rutina, prepara un golpe perfecto: robar un banco y marcharse después a Brasil. Reúne a un grupo de delincuentes, deposita tres millones de dólares en un banco suizo y da el golpe sin dejar pistas. De esclarecer el caso se ocupará una investigadora de una compañía de seguros (Dunaway).

Este forcejeo, este «mano a mano» apasionante, abunda en los mayores atractivos. Tal vez no se desenvuelve de modo absolutamente verosímil. El idilio que llega a trenzarse entre estos dos personajes tan opuestos, tiene, a nuestro juicio, más de convencional que de real. Pero resulta de un enorme interés. Norman Jewison ha realizado un film en el que ha procurado aprovechar al máximo las posibilidades artísticas de las dos principales figuras del reparto. Tal como hizo Arthur Penn en «Bonnie y Clyde», Jewison ha pretendido hacerlo en «El caso Thomas Crown». (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 7 de noviembre de 1968)

Las escenas del atraco son muy buenas. Las del cementerio, rebuscadas. Los trucos de cámara con esos cuatro o seis cuadros en la pantalla a la vez, sirven para confundir y son cosa bastante pasada, salvo cuando utiliza esos recursos un espíritu nuevo. ¡Cuántos caminos abre un Lelouch, en un Un hombre y una mujer, porque allí sí viene a cuento esa vorágine imaginística! En “El caso de Thomas Crown” lo realmente bueno es el pulso de la dirección, cómo està desarrollada por Jewison, la variedad de ambientes, la dosificación en el metraje de situaciones que tienen justamente su medida para poder surtir el efecto que pretenden. (Antonio de Obregón en ABC del 16 de novembre de 1968)

Entretenida mezcla entre película de robos y romanticismo, a pesar del excesivo empleo del split screen por parte de su director Norman Jewison y del montador Hal Ashby. (AlohaCriticón)

El film de Jewison era demasiado deudor del lenguaje televisivo de entonces —Jewison pertenece a ese grupo de realizadores provenientes de la televisión, al lado de gente como Arthur Penn, Sidney Lumet, Frankenheimer, Ashby, etc—, y abusaba en exceso del split screen —fragmentación de la pantalla para ofrecer al mismo tiempo distintos puntos de vista o acciones paralelas—, además de una trama poco interesante, subsanada por la excelente química que había entre Steve McQueen y Faye Dunaway. (Alberto Abuín en Espinof)

Steve McQueen se adapta al papel con facilidad y aplomo, en una película que transporta a los espectadores a un mundo exótico con estilo y atractivo sexual. (Rotten Tomatoes)

Sin duda, ahora está anticuada, y los gráficos multipantalla no tendrán ningún sentido en una versión de video de pantalla completa, pero esta película de atracos protagonizada por Steve McQueen y Faye Dunaway se consideraba algo muy interesante en 1968. (Jonathan Rosenbaum)

Posiblemente la película del año con menos trama, menos guión y más fotografía. Lo que no quiere decir que no sea agradable para la vista. (Roger Ebert)

Lo que le da vida a esta birria, lo que la hace entretenida es claramente que el director, Norman Jewison, y algunos de los involucrados, sabiendo por supuesto que estaban trabajando en un guión tonto y superficial, aprovecharon la oportunidad para pasar un buen rato con él. (Pauline Kael)

Un thriller romántico ingenioso y tonto, con Dunaway como una investigadora de seguros que se enamora de McQueen, el promotor inmobiliario llevado a cometer un atraco a un banco por aburrimiento. Mucho 'significado' obvio (la pareja jugando al ajedrez; simbólico, ¿no?), muchas imágenes brillantes (cortesía de Haskell Wexler) fragmentadas a la moda en interminables tonterías de pantalla dividida, y poco interés real. (Time Out)

El guión, firmado por Alan Trustman (quien luego coescribirá Bullitt), es absolutamente inverosímil pero la intención era obviamente crear situaciones de tensión sensual entre dos actores conocidos. Su película es un producto puramente comercial y llamativo. (L'oeil sur l'écran)

La película está concebida ante todo como un entretenimiento elegante, cautivador e inteligente. Comedia, suspense, sensualidad, Norman Jewison juega con las emociones del espectador, sin perder nunca de vista la unidad de su película. Domina su producción de principio a fin, jugando a la perfección con la temporalidad, por ejemplo, como en la escena del robo que merece figurar entre los mayores logros del género: una escena que se alarga, en completo silencio, para establecer el suspense, luego la aceleración del ritmo y la aparición de la música cuando se pasa a la acción. Visualmente, la película es notable. Norman Jewison adopta una realización de gran modernidad, haciendo un uso muy exitoso de la técnica de la pantalla dividida. Su cámara es ligera, atrevida en sus movimientos. (Hervé Aubert en Lemagducine.fr)

La puesta en escena, que causó sensación en su momento, cede a efectos de moda, en particular la pantalla dividida en varias partes. Un "truco" hoy desfasado. Como el lado amoral del desenlace, que también parece artificial. Sin embargo, es su aspecto llamativo lo que da encanto a esta película. También está la música envolvente de Michel Legrand y los hábiles giro del guión. Y, sobre todo, Norman Jewison, como Alfred Hitchcock, pone al mismo nivel el suspense detectivesco y el suspense erótico. Así, la partida de ajedrez entre Steve McQueen y Faye Dunaway es un gran momento: los movimientos sobre el tablero simbolizan los conflictos (de dinero pero también de amor) que animan a los jugadores. El enfrentamiento de las dos estrellas se convierte entonces en un muy atractivo juego del gato y el ratón. Una película superficial, sin duda, pero muy entretenida. (Philippe Piazzo en Télérama)

Película estrenada el 13 de noviembre de 1968. en Barcelona el 4 de noviembre de 1968 en los cines Fantasio, Astoria i París; en Madrid, el 16 de noviembre de 1968 en los cines Gran Vía, Canciller, Infante y Roxy B.

Reparto: Steve McQueen, Faye Dunaway, Paul Burke, Jack Weston, Yaphet Kotto, Todd Martin.



1 comentario:

  1. McQueen, que nunca fue un actor descollante, tiene aquí un papel de esos que le van bien y Dunaway, está muy glamourosa.
    Recuerdo la escena de la partida de ajedrez, toda una parábola del juego de la seducción que, al final, sigues con una sonrisa en la boca.
    La película es sobre todo, entretenimiento de buen nivel.

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