martes, 7 de mayo de 2024

Narciso negro (Black Narcissus, 1947). Michael Powell y Emeric Pressburger


Un grupo de monjas occidentales abre un hospital en un antiquísimo templo en las remotas montañas del Himalaya. A las dificultades económicas y a la hostilidad de los nativos, pronto se suman las tensiones entre las propias monjas. Un agente británico intentará mediar entre ellas para solucionar sus problemas, pero su presencia acabará despertando, con consecuencias fatales, la sexualidad reprimida de algunas hermanas. Basada en una novela de Rumer Godden (1907-1998) publicada en 1939.

Sugerente relato fantástico que ilustra las tribulaciones de un convento de monjas católicas instalado en un palacio tibetano que en otros tiempos ocupara el harén de un rajá. Una extrema sensualidad preside el relato, especialmente conseguida a través de una deslumbrante concepción visual y una brillantísima fotografía. Todo ello se desarrolla a través de un misticismo tan cautivador como heterodoxo. (Fotogramas)

Uno de los mejores trabajos conjuntos de Michael Powell y Emeric Pressburger (Las zapatillas rojas). La pareja de directores logra un sólido drama, adaptación de una novela de Rumer Godden, que narra las desventuras de un grupo de monjas, y que acaba convirtiéndose en una trágica historia próxima al cine de terror. Destaca la interpretación de Deborah Kerr, recordada por películas como De aquí a la eternidad. Tiene una gran riqueza visual, aunque quizá el ritmo narrativo se queda algo anticuado para un espectador actual. El director de fotografía, Jack Cardiff, consiguió un merecido Oscar, por su cuidada utilización del color. (Decine21)

Michael Powell y Emeric Pressburger han estado tan cerca de ejecutar una fusión perfecta de todos los elementos del arte cinematográfico (historia, dirección, actuaciones y fotografía) que uno desearía haber dado con un tema a la vez menos controvertido y más atractivo que el de "Narciso Negro". Al no estar familiarizados con la novela de Rumer Godden, no sabemos cómo de fiel es la película a su fuente. Pero, después de todo, eso tiene pocas consecuencias. Lo que importa es lo que han imaginado en el celuloide, y es una contemplación apasionante y provocativa del antiguo conflicto entre el alma y el cuerpo. "Narciso negro" es un frío drama moral e intelectual teñido de un cinismo que tiene el efecto de lanzar, por así decirlo, una reflexión gratuita sobre aquellos que, independientemente de su creencia, han abandonado los placeres mundanos por pura devoción religiosa. (The New York Times del 14 de agosto de 1947)

El delirante melodrama de Powell y Pressburger es una de las películas más eróticas que jamás haya surgido del cine británico y mucho menos de la reprimida década de 1940: se estrenó sólo dos años después de Brief Encounter (1945), de David Lean, con su historia más típicamente "británica" de deseo negado. A partir de una controvertida novela de Rumer Godden, una escritora inglesa que vivió mucho tiempo en la India, Powell y Pressburger crearon un tenso melodrama de pasiones inusualmente feroces y tensión erótica apenas contenida. Aunque el guión nunca desafió directamente los estrictos estándares de los censores, no hace falta decir que los deseos reprimidos de las monjas no eran un tema común -o seguro- para una película británica de 1947. (Mark Duguid en BFI screenonline)

A los críticos les gusta decir que Narciso negro no pertenece a ningún género establecido, pero lo que más se parece es a una película de terror. En su autobiografía, Michael Powell menciona cómo iba en bicicleta con entusiasmo a buscar copias de los thrillers de terror de la RKO y Val Lewton en el Londres bombardeado, y Narciso negro tiene interesantes paralelismos con la película de terror de Lewton/Jacques Tourneur I Walked with a Zombie. Ambas películas presentan lugares "exóticos" embriagadores creados artificialmente en un estudio de cine, y ambas tratan sobre el fracaso de los colonos anglosajones a la hora de imponer los valores cristianos a las tradiciones nativas. Al igual que el médico de I Walked with  a Zombie, las hermanas luchan contra la superstición local para atraer a sus pacientes indios a aceptar la medicina occidental. Y en ambas películas aparece un "monstruo" femenino: la perturbada hermana Ruth de Kathleen Byron se parece mucho al fantasma sonámbulo de Christine Gordon en la película de Lewton/Tourneur. Ruth, una "mujer mundana" con un vestido rojo y lápiz labial rojo, se transforma en una loca parecida a un zombi, con los ojos llameantes y el cabello suelto. (Glenn Erickson en DVD Savant)

A pesar de ciertos aspectos ligeramente kitsch, Narciso negro sigue siendo una obra asombrosamente atrevida y su esplendor visual te deja sin palabras. Sólo podemos compartir la admiración de Martin Scorsese (y muchos otros) por esta película donde el artificio intensificado se encuentra con el gran arte. (Claude Rieffel en À voir, à lire)

Basada en la novela de Rumer Godden, la producción imagina una película de bellezas exóticas, pero Michael Powell, el gran viajero, se niega, ante el asombro de todos, a ir a la India o a Nepal para filmar en escenarios naturales. Quiere recrear completamente la película en el estudio, firmemente convencido de las capacidades expresivas del cine, una fe intacta en sus poderes que inerva cada uno de sus proyectos. Powell elige este enfoque para tener un control absoluto sobre los diferentes componentes de su película. Usar vistas reales del Himalaya y mezclar estos exteriores con paisajes está fuera de discusión. Powell teme que rodar en el Himalaya abrume la película, que el exotismo de las localizaciones distraiga a quienes están detrás del proyecto de la esencia de la historia. De esta manera pretende dominar cada elemento de la película: el viento que sopla en los pasillos del templo, la altitud, los colores de cada objeto, las plantas, la ropa. Un mundo completamente recreado, reinventado, un mundo de cine puro. (Olivier Bitoun en DVD Classik)

Más allá de los superlativos de los que ya goza la película desde su creación, y situándola en su contexto histórico (ya tiene 67 años), está claro que no ha perdido nada de su extraño poder de fascinación. Ya sea el tema, la dirección de la fotografía, los encuadres, la elección de los actores y su dirección, la música y otras elecciones técnicas... del conjunto emerge, aún hoy, un gran aire de modernidad. Como ocurre con muchas películas del dúo Powell/Pressburger, debemos reconocer aquí un avance colosal respecto de su tiempo y un pronunciado gusto por la ausencia de facilidad. Pero la intensidad de la película descansa sobre los hombros de dos intensas actrices, Deborah Kerr y Kathleen Byron, que juntas se hacen cargo de la dualidad de la manifestación de sentimientos que pueden alterar vidas dedicadas precisamente a no preocuparse de tales sentimientos. Los conflictos internos que seguirán serán devastadores. Sensualidad y lucha interior... la película rezuma estos temas sulfurosos con innegable encanto y clase. (Stéphane Leblanc en DVDFr.com)

Esta eterna batalla entre el mundo del espíritu y el de los sentidos es restaurada en todo el esplendor del Technicolor emergente por el maestro Jack Cardiff, en decorados de Alfred Junge que, al estar compuestos en parte por pinturas y modelos, no son menos deslumbrantemente hermosos. (...) El ambiente nos embriaga como embriaga a las monjas, estamos como ellas hipnotizados por los colores y las luces brillantes, nuestra sangre late como la de ellas al ritmo de los tambores (sutilmente orquestados por Brian Easdale). Para mí hay pocas películas que merezcan tanto el calificativo de "obra maestra" como ésta. (Des films au poil)

Película no estrenada comercialmente en España. 

Reparto: Deborah Kerr, Sabu, David Farrar, Flora Robson, Esmond Knight, Jean Simmons, Kathleen Byron. 


1 comentario:

  1. Un intento muy moderno de crear una imagen sorprendente e inusual de la sexualidad femenina.

    ResponderEliminar