jueves, 8 de abril de 2021

La ciudad no es para mí (1966). Pedro Lazaga

 

Agustín Valverde, viudo y hacendado sesentón aragonés, marcha a Madrid, donde se instala en casa de su hijo, un prestigioso médico casado con una modesta costurera. A la mujer todo el mundo la llama Luchy, desde que consiguiera su brillante posición social casándose con el Dr. Valverde. Pero al llegar a Madrid Agustín descubre que en la capital hay muchos más problemas que en su pueblo. Luchy se siente atraída por el ayudante del doctor. Sara, la nieta de Agustín, vive una vida frívola y desordenada con una pandilla de amigos estúpidos. Y hasta Filo, la empleada del hogar, tiene su correspondiente complicación.

Lazaga es, quizá, el director que más trabaja en el cine español. Uno de esos realizadores capaces de hacer un film en veinte días. Un hombre al que no se le resisten los presupuestos de la pequeña producción por modestos que éstos sean. Los productores acuden a él con frecuencia porque les ofrece garantías de recuperar su dinero. Su dominio de la técnica, su profesionalismo, se ha velado a veces por aceptar guiones endebles de los que no podían salir sino obras mediocres. Esta no es una de sus mejores películas; se mantiene, sin embargo, en ese tono discreto e impersonal logrado por él en ocasiones. "La ciudad no es para mí" es Martínez Soria y la hace con sus conocidos recursos de cómico popular que consigue hacer brotar la carcajada en su fiel público. A su lado, como un coro discreto y eficaz, el resto de los intérpretes. (Martínez Redondo en ABC del 15 de marzo de 1966)

Lo curioso del caso es que la película resulta mucho más divertida que la comedia. No ciertamente por ningún prodigio taumatúrgico sino porque el cine permite dotar a la acción de una mayor variedad de ambientes y de personajes. (…) La labor de Lazaga ha sido hábil, así como la de los dialoguistas señores Masó y Coello. Partiendo de la obra original, y sin agregarle grandes novedades, han conseguido darle una vivacidad muy sugestiva. En suma que Paco Martínez Soria está muy bien en todos los momentos, que la comedia hace reír y que también a ratos emociona… (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 29 de mayo de 1966)

La ciudad no es para mí (Pedro Lazaga, 1966) es la película más analizada de las interpretadas por Paco Martínez Soria, ya que fue su primer éxito cinematográfico, obtuvo una gran popularidad y creó un modelo de personaje. Pero mientras que los análisis se suelen centrar en la dicotomía campo/ciudad, el texto plantea un análisis centrado en la función de los personajes femeninos en la estructura narrativa y discursiva, encontrando que estos presentan una doble función activo/pasiva que los convierte en motores narrativos y, al mismo tiempo, en receptores de la acción del personaje masculino principal. Además, el film presenta un triple discurso acerca de su contexto, con la aceptación de los cambios económicos, la asimilación parcial de los sociales y el rechazo de los cambios morales y en la estructura familiar. (Olga García-Defez en Modernidad y figuras femeninas en La ciudad no es para mí, artículo publicado en la revista L'Atalante)

El filme es la adaptación de una comedia teatral del mismo título escrita por Fernando Ángel Lozano, pseudónimo que usó Fernando Lázaro Carreter para su publicación, pues el tono de esa obra no encajaba demasiado con el prestigio académico que le confería por entonces ser profesor en la Universidad de Salamanca. Más tarde estuvo al frente de la Real Academia Española y alertó sobre el mal uso del idioma en los medios de comunicación. (Aisge)

El film de Pedro Lazaga es una buena crónica de la España de la década de los 60, que ya se había abierto al mundo, comenzaban a llegar los turistas, vendíamos naranjas y arroz  a Europa, exportábamos trabajadores sin cualificar  y llenábamos las calles con el coche nacional: el seat 600. El realizador representa en su  películaa a una sociedad menor de edad, casposa, a la que aplicarle el concepto de patriarcal, que es lo que era, resulta hasta pretencioso. (Cinelodeon.com)

Pedro Masó, productor de la película, gastó cinco millones de pesetas en su producción y mantenía muchas dudas sobre la recuperación de su inversión antes de su estreno. Ante la preocupación, el actor Martínez Soria, más seguro de su triunfo, se ofreció a pagarle la cantidad invertida para quedarse con los derechos. La película fue un éxito clamoroso de público que la convirtió en el largometraje español más visto de la década de los sesenta, con casi 4.3 millones de espectadores y una recaudación de más de 73 millones de pesetas 438.786.30€, convirtiéndose en una de las películas con más espectadores de la historia del cine español. ​El actor Paco Martínez Soria obtuvo el Premio Fotogramas de Plata al mejor intérprete de cine español de 1966 por esta película. (Amp.es)

En La ciudad no es para mí el personaje de Agustín Valverde (Martínez Soria), es arrojado a la ciudad y en sus primeras horas en ella es objeto de un intento de estafa, es trasladado al aeropuerto por error, es obligado a subir por la escalera de servicio y es confundido con un vendedorambulante. Mientras que en su lugar de origen, Calacierva, disfruta de una posición de pequeño terrateniente y patriarca rural, en la ciudad sufre una transformación y se convierte en un paleto incapaz de cruzar la calle Atocha pero capacitado, eso sí, para acabar con la influencia negativa de la modernidad sobre el núcleo de su familia. Con su personaje se establece de forma clara una equivalencia entre el ámbito rural y la tradición y el ámbito urbano y la modernidad beneficiosa económicamente pero perniciosa moralmente. Una temática no original que puede rastrearse en otras cinematografías distantes geográfica y cronológicamente, pero que en la española creó y fijó el estereotipo de paleto enfrentado a la gran urbe. (Olga García-Defez)

Magnífica película. Magnífica y entrañable. De aquellas que te arrancan una sonrisa mientras te arrancan un suspiro. De las que da gusto recostarse en el sofá para entregarse a ellas y olvidarse de todo. De aquellas que saben a familia y huelen a pueblo. De las que nos remueven las entrañas al presentarnos los contrastes de nuestra reciente historia. (El fancine del troblogdita)

Película estrenada en Madrid el 14 de marzo de 1966  en los cines Palacio de la Prensa, Bilbao, Velázquez y Progreso; en Barcelona el 26 mayo de 1966 en el cine Novedades.

Reparto: Paco Martínez Soria, Doris Coll, Eduardo Fajardo, Cristina Galbó, Gracita Morales, Alfredo Landa, José Sazatornil, José Sacristán, Jesús Varela.

1 comentario:

  1. Estas películas, al final, tengan más o menos calidad o gusten más o menos, se acaban convirtiendo en un documento sobre la vida diaria de una época.

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