viernes, 5 de marzo de 2021

Cómo robar un millón y... (How to Steal a Million, 1966). William Wyler


El padre de Nicole, un legendario coleccionista de arte, presta su preciada Venus de Cellini a un prestigioso museo parisino. Pero la Venus no es auténtica, la ha esculpido su abuelo, que era un falsificador lo mismo que su padre. Antes de que se descubra la estafa, Nicole contrata los servicios de Simon Demott, un ladrón de guante blanco, para robar el original.

Pirueta, broma, divertimiento agradable y suave como una copa de champán dulce, interpretado por la actriz más elegante del cine contemporáneo y por un divo, bajo la rúbrica del buen artesano William Wyler. Comedia brillante, bien vestida, bien decorada, rodada sobre un guión en el que la comicidad queda siempre del lado de la ironía, hábilmente dosificada a lo largo del relato. (…) Diríase que los tópicos habituales dé la temática parisina están lavados por la inteligencia de Wyler, que ha conseguido una película excelente a base de un hábil manejo de la sorpresa, sin forzar las situaciones humorísticas marcadas en el guión, extrayendo la veta irónica del tema. (Martínez Redondo en ABC del 12 de octubre de 1966)

Con «Cómo robar un millón y...» William Wyler vuelve a este tipo de cine amable, entretenido, bellamente realizado y sin otras aspiraciones que la de divertir a los espectadores por las buenas. Este empeño ha sido ampliamente logrado. La película es una de las más agradables y simpáticas que han pasado por nuestras pantallas en los últimos meses. Con un asunto intrascendente y harto convencional, Wyler ha conseguido un film alegre, de dimensiones justas y abundante en situaciones que provocan, con efecto seguro, la risa o la sonrisa. (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 26 de noviembre de 1966)

Es el tipo de pequeña travesura genial y esponjosa que ya rara vez se hace, lo que no es necesariamente algo malo. (David Nusair en Reel Films Reviews)

Permítanme concluir con seriedad: el arte no puede ser un engaño, pero éste es ciertamente un caso en el que el engaño se convierte en una especie de arte. (Bosley Crowther)

Todo se reduce a que "Cómo robar un millón" es una travesura perfectamente encantadora en la que Peter O'Toole y Audrey Hepburn forman una buena pareja. Pero aparte de eso, es una travesura estereotipada de los sesenta, con mucho estilo, música entretenida y buenos momentos de comedia, aunque la historia no logra captar realmente la atención más allá de la pareja de O'Toole y Hepburn. (Andy Webb en The Movie Scene)

Hepburn y O'Toole estaban en la cima de su carrera a mediados de la década de 1960. Para entonces, Hepburn finalmente estaba siendo emparejada con hombres de su misma edad (a diferencia de las estrellas 20 o 30 años mayores que ella, como Gary Cooper, Cary Grant o Humphrey Bogart). Ella y O'Toole tienen una química genuina. Es una pena que no hicieran otra película juntos. Él queda un poco mejor. Cuando ella interpreta una variación común de su personaje en la pantalla, él reacciona sutilmente a sus excentricidades. Al final, los dos solos llevan el peso de la película, y aunque no pasa de ser un entretenimiento llevadero y aceptable, también te deja con ganas de más. (Stuart Galbraith en DVDTalk)

Hay un sentido palpable de química entre O'Toole y Hepburn, aunque en ocasiones Hepburn parece estar esforzándose demasiado para convertir a Nicole en una figura más peculiar. La actriz nunca parece del todo cómoda en la piel de su personaje, ofreciendo una actuación que es más desigual que cualquier otra. Aún así, la efervescencia legendaria de Hepburn es difícil de resistir, especialmente cuando se combina con el carisma aparentemente natural de O'Toole. (Reel Film Reviews)

O'Toole está en su mejor momento, pero Hepburn parece haber perdido algo de su brillo; no la ayuda uno de sus horribles peinados de colmena de los sesenta. La lenta dirección de Wyler no la despierta, mientras que las imágenes en pantalla ancha del director de fotografía Charles Lang enfatizan las riquezas presentes en la pantalla, pero no su humanidad. Aún así, es un entretenimiento totalmente inofensivo y dos horas lo suficientemente agradables para todos los fanáticos de Audrey. (Jeffrey M. Anderson en Combustible Celluloid)

Ingeniosa, pero no divertida y sin depender de la comedia física, la película quizás basa demasiado su sentido del estilo en los modelos de Givenchy de Hepburn. Como parte de la elaborada travesura de Simon, Nicole debe vestirse como una mujer de la limpieza para fregar los pisos del museo, pero está claro que nunca en su vida ha estado de rodillas ... y la artimaña debería haber sido detectada por sus compañeras de trabajo, si no por los guardias del museo. Más de una vez, el guión pide a O'Toole que imite la peculiar dicción de Bogart y hace un trabajo respetable, aunque al principio se puede confundir su personificación con una de Cary Grant. Pero estas son meras objeciones, indignas de más detalle, dado que la película tiene un ingenio astuto, un encanto fácil y siempre ha merecido más que su modesta reputación. El ingenio de la escena en el armario de las escobas merece más que eso. (Urban Cinefile)

Más bien debería llamarse "Cómo evitar perder un millón de dólares inmerecido", lo que describe mejor la mecánica cómica de esta hermosa película. Hermosa por los lugares en los que se desarrolla, por la clase de Peter O’Toole y por Audrey Hepburn tan encantadora como en "Ariane" o "Funny Face". Es una pena que no se trate a París tan bien como a Roma en 'Vacaciones en Roma'. El placer de ver a dos actores que se llevan tan bien (tuvieron que rehacer tomas porque sus risas eran frecuentes), me hace perder el sentido crítico ante el verdadero valor de esta comedia. (Ttnougat en Allocine)

Película estrenada en Madrid el 10 de octubre de 1966 en el cine Avenida; en Barcelona, el 24 de noviembre de 1966 en el cine Fantasio.

Reparto: Audrey Hepburn, Peter O'Toole, Eli Wallach, Hugh Griffith, Charles Boyer, Fernand Gravey, Marcel Dalio, Moustache.


2 comentarios:

  1. Dentro de sus pretensiones, lo tiene todo: argumento amable, grandes intérpretes, magnífico director...

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  2. Tarda un poquitín en arrancar, pero cuando lo hace, nos encontramos dentro de una maravillosa comedia dirigida por un clásico y con unos intérpretes irrepetibles. Saludos.

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