viernes, 19 de febrero de 2021

Regreso al futuro II (Back to the Future. Part II, 1989). Robert Zemeckis

 

Aunque a Marty McFly todavía le falta tiempo para asimilar el hecho de estar viviendo dentro de la familia perfecta gracias a su anterior viaje en el tiempo, no le queda ni espacio para respirar cuando su amigo Doc aparece de improviso con la máquina del tiempo (mucho más modernizada), e insta a que le acompañen él y su novia a viajar al futuro para solucionar un problema con la ley que tendrá uno de sus futuros hijos. 

En «Regreso al futuro II» es fácil pasar por encima de ciertos detalles, de ciertos agujeros negros, de ciertos engorros de guión, porque es una película tan agitada, tan espumosa, que quien quiera podrá sin ningún esfuerzo brindar con ella. (E. Rodríguez Marchante en ABC del 26 de diciembre de 1989) 

Al humorismo de buena ley y a la crítica familiar irónica que constituía lo mejor del proyecto anterior le ha sucedido ahora una incontrolada sucesión de escenas anodinas y frenéticas en las que el enfrentamiento del joven héroe con el villano de turno, en varias épocas, acaba de cansar al espectador mejor dispuesto, sin aportarle nada que valga realmente la pena. (Antonio Lara en El País del 3 de enero de 1990)

El planteamiento no deja de ser hasta cierto punto imaginativo, pero lo que pudo sorprendernos enRegreso al futuro brilla por su ausencia en esta cara —35 millones de dólares— secuela, que utiliza muchos recursos, pero renuncia a las dos cartas de triunfo del original. Una es la simpatía de los personajes: como se supone que ya no hace falta explicarlos, se les empuja de bote pronto a la pura acción, con lo que se quedan en meros robots al servicio de un videojuego. Y la otra es la ingeniosa construcción del guión: como se supone que ya nos hemos familiarizado con las paradojas del tiempo, el juego se complica hasta extremos que bordean peligrosamente la frontera de la confusión. (José Luis Guarner en La Vanguardia del 7 de enero de 1990)

Primera secuela de uno de los títulos fantásticos más estimables de los 80 que, como suele suceder en estos casos, resulta muy inferior a su precedente. En esta ocasión se acentuó el carácter de comedia adolescente, ya presente en la anterior, matizando mucho menos sus perfiles. Pese a ello, tiene hallazgos imaginativos realmente notables que la salvan de la quema. (Fotogramas)

Una continuación oscura, a ratos misántropa, del filme con el que Robert Zemeckis se estableció cómo el alumno aventajado de Steven Spielberg. La segunda tanda de aventuras de Marty McFly y el Doctor Emmett Brown no fue muy bien recibida en su momento, pero casi treinta años después –sí, como si hubiera necesitado de un viaje al futuro para triunfar- se descubre como una secuela valiente capaz de ampliar el imaginario de la saga a base de un montón de ideas geniales. (Xavi Sánchez Pons en Sensacine)

Back to the Future II es mucho más desigual que su predecesora, pero sus grandes locuras superan a las maquinaciones ocasionalmente desordenadas de una trama sobrecargada. (Rotten Tomatoes) 

La fascinación de Zemeckis por que los personajes interactúen en diferentes edades de sus vidas daña visualmente la película y tensa la credibilidad más allá del punto de ruptura, al obligarlo a confiar en algunos diseños de maquillaje muy cursis. (Variety)

Al final, es posible que el espectador sienta que acaba de ver un largo comercial hecho para dar publicidad a la primera (que debe verse para que esta secuela sea comprensible) y la tercera parte (un trailer literal termina la segunda película). (Jonathan Rosenbaum) 

La película es divertida, sobre todo porque es muy loca. (Roger Ebert)

Es un entretenimiento impresionante y, lo mejor de todo, nunca degenera en un sentimentalismo a lo Spielberg: puedes reír, emocionarte y pensar sin avergonzarte. (Geoff Andrew en Time Out)

Satíricamente aguda, intrincadamente estructurada y de ritmo hábil, en el fondo es robusta, buena y no está contaminada por el sentimiento fácil. (Richard Schickel en Time Magazine)

La fluidez de la puesta en escena, el ritmo sobrecogedor del montaje y el sacrificio de los actores se ganan fácilmente el apoyo del espectador. (L.V. en Positif)

He aquí un cineasta cuyo futuro es tan predecible como el de sus personajes y tan poco inspirador. (Jean-Michel Frodon en Le Point)

Si la primera entrega de Zemeckis (…) fue exquisita, la segunda parece un revoltijo inverosímil. (S.G. en L'Express)

Película estrenada en España el 22 de diciembre de 1989.

Reparto: Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Lea Thompson, Thomas F. Wilson, Elisabeth Shue, Charles Fleischer.


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