viernes, 12 de febrero de 2021

El rey de la comedia (The King of Comedy, 1982). Martin Scorsese


Rupert Pupkin es un cómico obsesionado con la fama y convertirse en el mejor en su campo. Un día Rupert conoce a su ídolo, Jerry Langford, y le suplica la oportunidad de aparecer en su show, pero éste se la niega. Sin embargo Pupkin no cejará en su empeño, acosando a Jerry para intentar poder conseguir sus propósitos y, con ayuda de su amiga Masha, usará un método contundente para poder obtener sus minutos de celebridad.

A través de los dos personajes, figuras que, en realidad, se completan, Scorsese realiza una reflexión sobre la celebridad, la influencia de la televisión en la sociedad, y las claves del triunfo. Naturalmente, uno de los motivos de la cinta, es revelar la miseria y la soledad que se esconden detrás de los grandes triunfadores del espectáculo. Para pintar estas sensaciones, tanto Scorsese como De Niro y Lewis, han aportado sus experiencias en el medio artístico. El resultado es un filme de gran sobriedad, fijado a un guión excelente, y con la base de una interpretación excelente por parte de Robert De Niro, menos expresiva en lo que se refiere a Lewis… (Ángeles Masó en La Vanguardia del 22 de mayo de 1983) 

A Scorsese —lo subrayábamos en una reciente crónica desde Cannes— se le ha ido de punto la película. Tal vez por una mala medición de ingredientes, acaso porque no supo, en el momento de la verdad, por qué decidirse, si por hacer reír al espectador o ponerlo a pensar. Parece que no les ha llamado Dios por el camino de la comedia ni a De Niro ni a él. Y que tampoco Jerry Lewis hará fortuna como actor dramático. «El rey de la comedia» está tan lejos de la electrizante «Network»—si de señalar los abusos de influencia de la televisión se trataba— como de «El profesor chiflado» —si lo que se pretendía era utilizar los servicios de uno de los cómicos más singulares del cine americano—, en tierra de nadie, a medio camino, en la indefinición. (Pedro Crespo en ABC del 29 de mayo de 1983)   

El rey de la comedia, que es un drama que se pretende demoledor, es más sugerente en su enunciado que en las imágenes. Scorsese ilustra con monotonía, y hasta con sorprendentes torpezas de montaje, un proyecto que se le queda a medio camino. Hasta que la película recoge el capítulo en el que Rupert Pupkin utiliza la violencia, la larga presentación del conflicto y los personajes se ofrecen en la pantalla sin imaginación, con tópicos. Cuando estalla el drama definitivo las situaciones dramáticas de El rey de la comedia han explotado completamente la breve inspiración inicial. El ritmo es chato, las pretensiones obvias. (Diego Galán en El País del 29 de mayo de 1983)

Feroz y despiadada metáfora de un mundo en el que triunfan los idiotas, en el que las tragedias íntimas son tomadas a broma, en el que hacer públicas las miserias cotidianas es motivo de celebración y de chanza. Scorsese no muestra compasión, ni por unos showman capaces de vender su alma al diablo, ni por un público ávido de sensaciones fuertes, ni por una sociedad que primero te alaba para luego echársete al cuello. (Adrián Massanet en Espinof)

En gran parte incomprendida desde su lanzamiento, El rey de la comedia hoy se ve inquietantemente profética y presenta una excelente actuación de Robert DeNiro como un psicópata extrañamente simpático. (Rotten Tomatoes)

Es frustrante de ver, desagradable de recordar y, a su manera, bastante efectiva. (Roger Ebert)

Sin duda, Robert De Niro presenta otra actuación virtuosa para Martin Scorsese, al igual que en sus cuatro esfuerzos anteriores. Pero una vez más, y más aún, presentan un personaje con el que es difícil pasar el tiempo. (Variety)

Es muy divertida y termina con una nota alta que fue, para mí, una sorpresa total y una completa satisfacción. Sin embargo, también es áspera, a veces maníaca hasta el borde de la locura y, por el camino, aterradora. (Vincent Canby en The New York Times)

Esto es Taxi Driver sin el taxi o la angustia de la guerra de Vietnam, pero con el mismo tipo extraño de personaje antisocial dispuesto a hacer cualquier cosa (incluso si es criminal) para hacer realidad su sueño. El repulsivo personaje que interpreta De Niro está impulsado por una rabia silenciosa que no permitirá que nadie le impida hacer realidad su sueño, incluso si su viaje lo lleva a dar un paseo por el lado oscuro. (Dennis Schwartz)

Mientras que la película en sí tiene dimensiones inesperadas y excesos inquietantes, el cumplimiento ambiguo del sueño de Pupkin se hace eco espantosamente del final con titulares de noticias de Taxi Driver. Es la película más espeluznante del año en todos los sentidos, y una de las mejores. (Time Out)

Rara vez la atracción del cineasta por personajes iluminados con un misticismo retorcido, los viacrucis personales y los arrebatos de histeria, ha encontrado un objeto de encarnación tan relevante, una ventana colocada tan juiciosamente desde la que vislumbrar el mundo. (Benoît Smith en Critikat.com)

Película estrenada en Barcelona el 20 de mayo de 1983; en Madrid, el 26 de mayo de 1983. 

Reparto: Robert De Niro, Jerry Lewis, Tony Randall, Diahnne Abbott, Sandra Bernhard, Shelley Hack.

2 comentarios:

  1. No he visto la película, pero la verdad es que dan ganas, tiene nombre míticos en el cartel (Scorsese, De Niro, Jerry Lewis, Tony Randall, Arnon Milchan...)

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    1. Vista ahora parece mejor que en su momento. Las películas envejecen como los buenos vinos, tal vez. Saludos.

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