Giulietta, que duda de la fidelidad y del amor de su marido, acude a reuniones espiritistas buscando consejo y esperando una señal que le muestre que su marido aún siente cariño por ella y que puede recuperarlo. Por casualidad, conoce a Susy, una perniciosa mujer que sólo vive para el amor y que está a punto de destrozar las ilusiones de Giulietta.
"Giulietta", con algunas limitaciones que veremos, es una pel·lícula importante; de una belleza sugestiva fuera de toda duda. El enfoque vital de este realizador nunca ha sido directo, su visión de las cosas es personalísima, exuberante. Aún en sus films más sencillos de forma, no puede dejar al margen un simbolismo que llega a ser más o menos hermético según lo sea el tema. "Giulietta" es, por naturaleza—y con Jung define Fellini su tarea—una búsqueda en la oscuridad. Búsqueda de una verdad femenina determinada. Incapaz de toda postura realista, el autor se ayuda de símbolos. Quizá, como la mente humana, esta_película no tanga secretos para un psiquiatra. (...) Cuando Giulietta ve perderse a sus fantasmas en la lejanía,respiramos. Un poco más y el caos. Pero hasta esas secuencias finales hemos presenciado un film de grandes valores estéticos y en él se nos ha dado una aventura humana que interesa, aunque no lleguemos a descifrar todas las claves. (Martínez Redondo en ABC del 23 de diciembre de 1966)
Todo esto es, sin duda, fantástico, brillante, incluso en muchos momentos, cautivador. Esa exaltación de lo erótico y de lo femenino que transpira toda la película, no deja de tener un sentido profundo y una espectacularidad trascendente. Los oropeles, los maquillajes, los raros indumentos multicolores, incluso los diálogos, obedecen a una especie de simbología delirante. Fellini, en esta orgía de imágenes y colores, que es su último film, se repite y se copia a sí mismo. Encontramos en él reminiscencias muy visibles de "La dolce vita" y de "Ocho y medió", pero el conjunto de la película no puede negarse que es de una originalidad sin precedentes. Lo que yo no me atrevería a sostener es que sea divertida. Hacia el final de la proyección —que dura más de dos horas— apuntan el aburrimiento y la fatiga.Giulietta Masina es la gran figura central de la película. Todo gira en torno a ella. La pequeña actriz revela de nuevo una singular grandeza íntima, como en "La strada" o en "Cabiria". (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 4 de febrero de 1967)
Tras la espléndida "8 y medio", Fellini intentó una operación similar, centrándose en un personaje femenino construido a la medida de su esposa. La evocación de los fantasmas de esta mujer se realiza con una exuberancia formal realmente brillante. Sin embargo, y en relación con su precedente, tiende en exceso a frivolizar el estimulante material. (Fotogramas)
Lo más importante de la cinta, lo que obliga a verla como mero
escaparate, como una antigua atracción de feria, como una parada de
monstruos en la que ver desfilar diferentes criaturas, todas ellas con
una parte humana y otra soñada, imaginada (no necesariamente la más
evidente), es que la película constituye junto al cine de Buñuel, de
Hitchcock y de Bergman, quizá una de las mejores y más logradas
zambullidas por parte de un cineasta en el inexplorado mundo del
inconsciente, ese mágico y desconocido plano de la existencia donde
reinan los sueños, los absurdos, los secretos de lo inconfesable o de lo
incomprensible, lo que nos da miedo de nosotros mismos, lo que también
nos llama con una fuerza irresistible.(39 escalones)
Dentro de un marco narrativo simple e ingenuamente romántico sobre la desesperación de una esposa por los engaños de su marido, el director Federico Fellini ha reunido una fantasía de una opulencia imperial que hace que los antiguos musicales de Vincente Minnelli para la Metro parezcan películas de entrenamiento del ejército. En la libertad de su forma y en su carnaval de imágenes, Giulietta recuerda constantemente a 8 1/2. Sin embargo, la película se suma algo menos que sus partes individuales. El espectáculo físico, fotografiado en brillante tecnicolor, puede ser tanto la fuerza de la película como su debilidad. (Variety)
Lo que 8 1/2 hizo por un director de cine burgués, Giulietta de los espíritus, lo hace por su homóloga, una ama de casa burguesa, paranoica y reprimida (interpretada, por supuesto, por la esposa de Fellini). Es decir, es un desfile chillón e hiperbólico, en el que una 'realidad' compuesta de sesiones espiritistas, vecinas estrellas de cine, parientes tiránicos y una gran cantidad de culpa católica es invadida gradualmente por 'flashbacks' y 'fantasías'. El encanto general trae la ligereza de la recompensa psicológica, y la forma en que las diferentes vetas de imágenes se entrelazan le da a la película una fuerza de la que luego Fellini lamentablemente careció. (Time Out)
Giulietta Masina fue una actriz maravillosa (ver "La Strada" y "Noches de Cabiria"), pero ¿es mi imaginación, o parece infeliz durante gran parte de "Giulietta de los espíritus"? Se dijo que Masina y Fellini estaban atravesando una temporada difícil de su matrimonio cuando se hizo la película (la fama internacional había transformado a Fellini de un director italiano trabajador en una estrella que recibió sus nuevos privilegios con los brazos abiertos). Ciertamente, Fellini no la presenta como alguien con quien sería divertido estar casado. Es una figurita burguesa orgullosa de su casa, mansa, desaliñada, sexualmente tímida. Mientras Giulietta se abre paso escena tras escena entre fantasías de harén y mujeres opulentas, no parece más que una ama de casa involuntariamente arrastrada por su marido a un espectáculo de striptease que él está seguro de que ambos disfrutarán. Esta percepción de la infelicidad retraída de Giuiletta agrega un matiz melancólico a la película. Ella es la aguafiestas. ¿En qué estaba pensando mientras hacía la película? ¿Que primero su esposo hace alarde de su gusto por el erotismo grotesco y luego espera que su esposa protagonice una película en la que está rodeada por todo eso? La última toma de la película muestra a Giulietta dejando su libro en casa y caminando hacia los bosques cercanos. El director y su esposa discutieron sobre el significado de esta escena. Para Fellini, significaba que era libre. Para Giulietta Masina significaba que estaba sola, abandonada y sola. (Roger Ebert)
Federico Fellini continuó su magistral 8 1/2 con un ejercicio similar de flujo de conciencia, éste en color y que trata de la alienación de una ama de casa de mediana edad (Giulietta Masina, la esposa de Fellini y la estrella de sus primeros años, en La strada y Las noches de Cabiria). Los resultados son difíciles de manejar, desiguales y demasiado largos, por decir lo menos. Las encantadoras secuencias de fantasía y el uso del color psicodélico no pueden compensar su estructura suelta, que se convirtió en el defecto fatal en muchas películas posteriores de Fellini. Además, uno nunca siente que Fellini entienda a su heroína en profundidad. (Jonathan Rosenbaum)
"Giulietta de los espíritus" se presenta a menudo como la contraparte femenina de "8 1/2". Después de haber analizado y exteriorizado su inconsciente, Federico Fellini ha decidido efectivamente abordar el de su esposa. Quería llevar a la pantalla las obsesiones, las fantasías, los sueños más locos de su esposa, buscando comprenderla mejor, diseccionando la influencia en particular de su infancia y su educación en su personalidad. ¡Y el resultado es más que extraordinario! Dando rienda suelta a su abundante imaginación, el maestro conecta secuencias oníricas, repletas de exuberante simbolismo y mostrando una permanente originalidad. “Giulietta de los espíritus” es la primera película en color de Fellini, y lo menos que podemos decir es que ha aportado un notable trabajo de investigación gráfica, abriéndose su paleta a los más variados matices. Su puesta en escena es admirable en maestría e ingenio, notable influencia en muchos directores (Lynch, Kubrick, ...) que nunca han podido igualarlo en la brillante extravagancia de sus visiones. Muchos pasajes siguen siendo memorables, el largometraje se baña constantemente en una atmósfera lúdica y fascinante, completamente alucinada. Una maravilla de sutileza y creatividad, “Giulietta de los espírituss” es sin duda una de las grandes películas de Federico Fellini. ¡Una obra maestra deliciosa! (Arthur Debussy en Allociné)
Película estrenada en Madrid el 22 diciembre de1966 en los cines Pompeya, Palace y Gayarre; en Barcelona, el 2 de febrero de 1967 en el cine Montecarlo.
Reparto: Giulietta Masina, Sandra Milo, Mario Pisu, Valentina Cortese, Lou Gilbert, Caterina Boratto, Silvana Jachino, Luisa della Noce, José Luis de Vilallonga, Waleska Gert, Fredrich Ledebur, Sylva Koscina.
Los sueños y las fantasías de Fellini hechos película.
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