jueves, 25 de febrero de 2021

Top Gun: ídolos del aire (Top Gun, 1986). Tony Scott

 

La Marina de los Estados Unidos ha creado una escuela de élite para pilotos con el fin de sacar una promoción de expertos en técnicas de combate. En la academia, más conocida como Top Gun, a los mejores se les entrena para ser intrépidos y fríos al mismo tiempo, capaces de no perder los nervios en situaciones extremas y de no inmutarse al romper la barrera del sonido a los mandos de un F-14. A la escuela llega el joven Maverick, famoso por su temeraria aunque brillante forma de pilotar.

Una puesta en escena en la que se abusa de los primerísimos planos, de los efectos fotográficos y de la sensiblería, sin por ello caer en la vulgaridad, hace del filme, como producto de consumo inmediato, una obra superficialmente brillante, aunque, en última instancia, mendaz. Cruise es un actor sólo mediano, que no siempre soporta el acercamiento excesivo de la cámara a que se le somete. En contrapartida, Kelly McGillis es una deliciosa actriz, de belleza fresca y jugosa. Y el mejor del reparto, en definitiva, es el veterano Tom Skerrit. (César Santos Fontenla en ABC del 25 de agosto de 1986)

Las secuencias del aire, más que otra cosa, ayudan al espectador no avezado en estas lides a la confusión: un montaje frenético y una técnica perfecta para las cabriolas de nuestros chicos disimulan en todo momento el tosco alarde narrativo.(...) Toda esta amalgama de heroicidades barbilampiñas y bobas ha sido dirigida por Tony Scott, sin el esporádico brillo que su imperfecta pero atractiva ópera prima, El ansia, destilaba. Todo queda en el aire. (Jordi Batlle Caminal en El País del 3 de septiembre de 1986)

El problema es que el espectáculo, que lo hay, es hoy, en 1986, mucho menos espectacular de lo que era en otras películas de corte parecido. Y lo es, desgraciadamente, por una concesión absoluta al público potencial del filme, ya que “Ídolos del aire” no es otra cosa que un vídeo-juego gigante. (…) Esto es lo más curioso que tiene el filme de Scott. Al contrario del vídeo que reduce el cine a tamaños liliputienses, Scott ha crecido el vídeo-juego a tamaños desmesurados.(N.V. en La Vanguardia del 5 de septiembre de 1986)

A pesar de una superficie levantada con gran eficacia y recubierta con una pátina de brillantez, este producto, sin duda atractivo, no puede por menos de producir un escalofrío en quien lo estudia críticamente. (Carlos García Brusco en Dirigido por nº 140 octubre 1986)

Aunque presenta algunas de las imágenes aéreas más memorables y electrizantes filmadas con un ojo experto para la acción, Top Gun ofrece muy poco para que los espectadores no adolescentes sigan el film cuando sus personajes no están en el aire. (Rotten Tomatoes)

Ambientada en el mundo de los pilotos de combate navales, la imagen tiene sólidos efectos visuales, jóvenes guapos con ropa elegante y una banda sonora que no para. (Variety)

Los duelos aéreos son absolutamente los mejores desde las electrizantes escenas aéreas de Clint Eastwood en Firefox. Pero fíjese en las escenas en las que los personajes hablan entre sí. (Roger Ebert)

Cada momento se resalta para lograr el máximo impacto visual y visceral, pero Scott no muestra el más mínimo interés (o creencia) en los personajes y situaciones reales. (Dave Kehr)

Top Gun trata sobre el entrenamiento de los mejores pilotos de combate de la Marina y su experiencia en incidentes de la guerra fría. Lo único que el director Tony Scott no ha puesto al día es la historia. (Time)

La película alterna secuencias de entrenamiento de aviadores y combates en el aire en un estilo visual llamativo con un telón de fondo de música disco. (...) Retendremos de "Top Gun" la erotización de la muerte presentada con solemne seriedad. (Michel Ciment en Positif 309)

 "Top Gun" es un largo videoclip dedicado con amor a un ejército que, bajo la mirada conmovedora de antiguos y futuros combatientes, se relame ante la idea de la guerra. (S.D. en  Libération, 20 de septiembre de 1986)

La película estalla en imágenes deslumbrantes que se suceden a la velocidad de disparo de una ametralladora eléctrica. (Pierre Darcourt en Le Figaro, 17 de septiembre de 86)

Película estrenada en Madrid el 21 de agosto de 1986; en Barcelona, el 29 de agosto de 1986.

Reparto: Tom Cruise, Kelly McGillis, Val Kilmer, Anthony Edwards, Tom Skerritt, Michael Ironside.


lunes, 22 de febrero de 2021

El último pistolero (The Shootist, 1976). Don Siegel

 

John Bernard Books, un legendario pistolero que consiguió capturar a forajidos muy escurridizos, decide regresar a su ciudad natal para vivir en paz lo que le quede de vida. Sin embargo, no tendrá más remedio que saldar una cuenta pendiente con tres bandidos.

Siegel utiliza para narrar la última historia de Books un ritmo lento, que al final resulta ser el apropiado, sin evitar la moraleja final de rechazo de la violencia. Y el resultado tiene empaque, calidad y volumen, aunque no sea un hito en la historia del cine. Se trata, en suma, de un «western» a la medida de los amantes del género y en especial de los admiradores de John Wayne, que quizá interpreta aquí su último papel. (Pedro Crespo en ABC del 20 de abril de 1978)

El western de Siegel canta desde el principio la personalidad del héroe engarzando fragmentos de filmes en los que John Wayne actúa como defensor de la ley y que suponen el pasado de Books. La trayectoria de la película se desarrolla como una exégesís del propio contenido de las cintas del Oeste, pero desafiando a sus normas y glosando su fin como género. La tarea que ha emprendido Siegel en El último pistolero» ha sido soñada—incluso los mejores autores del «western» han sentido tentaciones de hacer un testamento en esta dirección— y a veces apuntada por otros realizadores. Don Siegel se ha atrevido a hacerla y ha logrado buenos resultados. (Ángeles Masó en La Vanguardia del 28 de junio de 1978)

El último film de John Wayne fue un western crepuscular con el que Siegel se despidió del género con una mirada entre nostálgica e irónica. La decadencia de los antiguos héroes y, por extensión, del género que representan es un pretexto, al mismo tiempo que la constatación de que la nueva época comporta una nueva moral. (Fotogramas)

Más allá del homenaje y del respeto a Wayne como figura –consciente o no, ya que el actor moriría apenas tres años después del estreno, pero parece ser que no estaba enfermo durante este rodaje del cáncer de pulmón que acabaría con su vida en 1979- “The Shootist” no es una película demasiado interesante. Parece que Siegel era consciente de ello, ya que a su habitual estilo invisible en la dirección, se añade en esta ocasión cierta dejadez en la puesta en escena (a través de zooms, generalmente empleados como focal variable, con renuncia al formato panorámico anamórfico), sin buscar la menor complicación ni escenas con complicadas coreografías en cuanto a movimientos de cámara y actores. Incluso gran parte del film, cuando no muestra exteriores en localización, tiene cierto aroma a cine de estudio que tampoco le favorece demasiado. Por todo ello, los resultados, más allá del homenaje al actor, no son demasiado interesantes, excepto por apreciar si acaso como Bruce Surtees, el director de fotografía, debía acomodarse y se acomodó a las exigencias de su actor principal (y seguramente, de paso, a las de Lauren Bacall). (Harmonica Cinema)

Simple en la historia pero sofisticada en la textura, The Shootist es un canto del cisne apropiadamente elegíaco para una de las estrellas más icónicas de Hollywood. (Rotten Tomatoes)

A menos que ya hayas descubierto que John Wayne es un actor además de una estrella de cine, te sorprenderán las dimensiones que proporciona a J.B. Books. (Roger Ebert)

Simplemente hermosa y hermosamente simple. (Variety)

Un sutil y conmovedor tributo de despedida tanto a Wayne como al western en general. (Derek Adams en Time Out)

Esto no quiere decir que “The Shootist” sea una mala película. A menudo es divertida. A veces es reveladora. Y John Wayne, James Stewart y Lauren Bacall poseen ese particular misterio en la actuación que les permite tocarnos incluso cuando son ridículos. Pero la falta de forma y fidelidad de Siegel a su propia historia significa que a medida que avanza la película, incluso aquellas cosas que son encantadoras se convierten en plomizas. (Richard Eder en The New York Times del 12 de agosto de 1976)

Película estrenada en Madrid el 14 de abril de 1978 en los cines Benlliure y Cartago; en Barcelona el 26 de junio de 1978 en el cine Petit Pelayo.

Reparto: John Wayne, Lauren Bacall, Ron Howard, James Stewart, Richard Boone, John Carradine, Scatman Crothers, Sheree North, Hugh O'Brian.


viernes, 19 de febrero de 2021

Regreso al futuro II (Back to the Future. Part II, 1989). Robert Zemeckis

 

Aunque a Marty McFly todavía le falta tiempo para asimilar el hecho de estar viviendo dentro de la familia perfecta gracias a su anterior viaje en el tiempo, no le queda ni espacio para respirar cuando su amigo Doc aparece de improviso con la máquina del tiempo (mucho más modernizada), e insta a que le acompañen él y su novia a viajar al futuro para solucionar un problema con la ley que tendrá uno de sus futuros hijos. 

En «Regreso al futuro II» es fácil pasar por encima de ciertos detalles, de ciertos agujeros negros, de ciertos engorros de guión, porque es una película tan agitada, tan espumosa, que quien quiera podrá sin ningún esfuerzo brindar con ella. (E. Rodríguez Marchante en ABC del 26 de diciembre de 1989) 

Al humorismo de buena ley y a la crítica familiar irónica que constituía lo mejor del proyecto anterior le ha sucedido ahora una incontrolada sucesión de escenas anodinas y frenéticas en las que el enfrentamiento del joven héroe con el villano de turno, en varias épocas, acaba de cansar al espectador mejor dispuesto, sin aportarle nada que valga realmente la pena. (Antonio Lara en El País del 3 de enero de 1990)

El planteamiento no deja de ser hasta cierto punto imaginativo, pero lo que pudo sorprendernos enRegreso al futuro brilla por su ausencia en esta cara —35 millones de dólares— secuela, que utiliza muchos recursos, pero renuncia a las dos cartas de triunfo del original. Una es la simpatía de los personajes: como se supone que ya no hace falta explicarlos, se les empuja de bote pronto a la pura acción, con lo que se quedan en meros robots al servicio de un videojuego. Y la otra es la ingeniosa construcción del guión: como se supone que ya nos hemos familiarizado con las paradojas del tiempo, el juego se complica hasta extremos que bordean peligrosamente la frontera de la confusión. (José Luis Guarner en La Vanguardia del 7 de enero de 1990)

Primera secuela de uno de los títulos fantásticos más estimables de los 80 que, como suele suceder en estos casos, resulta muy inferior a su precedente. En esta ocasión se acentuó el carácter de comedia adolescente, ya presente en la anterior, matizando mucho menos sus perfiles. Pese a ello, tiene hallazgos imaginativos realmente notables que la salvan de la quema. (Fotogramas)

Una continuación oscura, a ratos misántropa, del filme con el que Robert Zemeckis se estableció cómo el alumno aventajado de Steven Spielberg. La segunda tanda de aventuras de Marty McFly y el Doctor Emmett Brown no fue muy bien recibida en su momento, pero casi treinta años después –sí, como si hubiera necesitado de un viaje al futuro para triunfar- se descubre como una secuela valiente capaz de ampliar el imaginario de la saga a base de un montón de ideas geniales. (Xavi Sánchez Pons en Sensacine)

Back to the Future II es mucho más desigual que su predecesora, pero sus grandes locuras superan a las maquinaciones ocasionalmente desordenadas de una trama sobrecargada. (Rotten Tomatoes) 

La fascinación de Zemeckis por que los personajes interactúen en diferentes edades de sus vidas daña visualmente la película y tensa la credibilidad más allá del punto de ruptura, al obligarlo a confiar en algunos diseños de maquillaje muy cursis. (Variety)

Al final, es posible que el espectador sienta que acaba de ver un largo comercial hecho para dar publicidad a la primera (que debe verse para que esta secuela sea comprensible) y la tercera parte (un trailer literal termina la segunda película). (Jonathan Rosenbaum) 

La película es divertida, sobre todo porque es muy loca. (Roger Ebert)

Es un entretenimiento impresionante y, lo mejor de todo, nunca degenera en un sentimentalismo a lo Spielberg: puedes reír, emocionarte y pensar sin avergonzarte. (Geoff Andrew en Time Out)

Satíricamente aguda, intrincadamente estructurada y de ritmo hábil, en el fondo es robusta, buena y no está contaminada por el sentimiento fácil. (Richard Schickel en Time Magazine)

La fluidez de la puesta en escena, el ritmo sobrecogedor del montaje y el sacrificio de los actores se ganan fácilmente el apoyo del espectador. (L.V. en Positif)

He aquí un cineasta cuyo futuro es tan predecible como el de sus personajes y tan poco inspirador. (Jean-Michel Frodon en Le Point)

Si la primera entrega de Zemeckis (…) fue exquisita, la segunda parece un revoltijo inverosímil. (S.G. en L'Express)

Película estrenada en España el 22 de diciembre de 1989.

Reparto: Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Lea Thompson, Thomas F. Wilson, Elisabeth Shue, Charles Fleischer.


martes, 16 de febrero de 2021

Ghost: más allá del amor (Ghost, 1990). Jerry Zucker

 

Una pareja de enamorados ve truncada su felicidad cuando él es asesinado por un ladrón. La necesidad de salvar la vida a la chica hace que él permanezca en la Tierra en forma de fantasma e intente advertirla del peligro que corre. Su único medio de comunicación es una alocada vidente.

Un filme tosco, maniqueo (los buenos van al cielo envueltos en brillantes luces y los malos son literalmente tragados por unas sombras ululantes que proceden del subsuelo y llegan hasta la tierra), previsible hasta la náusea, mortalmente aburrido. (Casimiro Torreiro en El País del 7 de noviembre de 1990)

La historia se acerca  con tanta  intriga y discreción  como una tribu de indios en pie de guerra; se la ve venir  como a un toro de chiqueros, y en cada rincón de la previsible  narración se halla una imagen usual, una concesión,  un trazo gordo, un  goterón  sensible.  Porque  «Ghost»,  puro ectoplasma,  blandurrea  con notable  eficacia, y a los habitantes  de una fila sí y otra no  de la  sala  donde se proyecta se les arrasan los ojos y moquean sin  ningún  pudor. (E. Rodríguez Marchante en ABC del 21 de noviembre de 1990)

La novedad principal reside en su calculada amalgama de película de horror, epopeya de efectos especiales —por una vez juiciosamente empleados—, comedia loca y melodrama romántico. (...)
Película decididamente larga e intermitentemente divertida,“Ghost” se apoya en valores culturales “yuppies” y convicciones religiosas fundamentalistas. Más allá de sus valores como obra de artesanía o pieza de entretenimiento, es posible que “Ghost” ayude a las generaciones futuras a comprender algo de la confusión moral de la América de George Bush. (José Luis Guarner en La Vanguardia del 25 de noviembre de 1990).

El guión de Bruce Joel Rubin consiguió una gran conexión con el público, que convirtió la película en un éxito. Aunque la mayoría de los tramos adolecen de una dirección plana y funcional, Zucker demostró tener cierto olfato para la creación de imágenes memorables y consiguió que la secuencia de amor con el torno de alfarería y el sonido de 'Unchained Melody' se convirtiera en una de las más icónicas y recordadas del cine comercial reciente. (Diana Albizu en Sensacine)

Ghost ofrece a los espectadores un romance conmovedor al tiempo que combina elementos de comedia, terror y misterio, todo lo cual se suma a uno de los éxitos más duraderos de su época. (Rotten Tomatoes)

Hay algo ofensivo en la visión mezquina de la muerte en la película y en la forma en que coquetea aquí y allá con presunciones prometedoras solo para alejarse de ellas de la manera más cobarde posible. (Jonathan Rosenbaum)

Ghost es una obra extraña: a veces casi se ahoga en una sombría pretenciosidad, en otras, se convierte en una comedia divertida y alocada. (Variety)

Contiene algunas buenas ideas y, ocasionalmente, durante algunos momentos, logra evocar los misterios con los que juega. (Roger Ebert)

Zucker pulsa diligentemente todos los botones (romance, emoción, risas, lágrimas) que han sido pulsados antes por manos más seguras. (Peter Travers en Rolling Stone)

Una producción muy moralista y aséptica destinada a resaltar los ingenuos efectos especiales. (Positif)

Como es Whoopi Goldberg quien interpreta a Oda, la vidente recalcitrante, (…) su presencia es suficiente para convertir una linda comedia fantástica en algo infinitamente más explosivo. (Louella Interim en Libération)

Cuando no podemos reírnos, es francamente insoportable. (Le Monde)

Película estrenada en España el 2 de noviembre de 1990.

Reparto: Patrick Swayze, Demi Moore, Whoopi Goldberg, Tony Goldwyn, Vincent Schiavelli.

viernes, 12 de febrero de 2021

El rey de la comedia (The King of Comedy, 1982). Martin Scorsese


Rupert Pupkin es un cómico obsesionado con la fama y convertirse en el mejor en su campo. Un día Rupert conoce a su ídolo, Jerry Langford, y le suplica la oportunidad de aparecer en su show, pero éste se la niega. Sin embargo Pupkin no cejará en su empeño, acosando a Jerry para intentar poder conseguir sus propósitos y, con ayuda de su amiga Masha, usará un método contundente para poder obtener sus minutos de celebridad.

A través de los dos personajes, figuras que, en realidad, se completan, Scorsese realiza una reflexión sobre la celebridad, la influencia de la televisión en la sociedad, y las claves del triunfo. Naturalmente, uno de los motivos de la cinta, es revelar la miseria y la soledad que se esconden detrás de los grandes triunfadores del espectáculo. Para pintar estas sensaciones, tanto Scorsese como De Niro y Lewis, han aportado sus experiencias en el medio artístico. El resultado es un filme de gran sobriedad, fijado a un guión excelente, y con la base de una interpretación excelente por parte de Robert De Niro, menos expresiva en lo que se refiere a Lewis… (Ángeles Masó en La Vanguardia del 22 de mayo de 1983) 

A Scorsese —lo subrayábamos en una reciente crónica desde Cannes— se le ha ido de punto la película. Tal vez por una mala medición de ingredientes, acaso porque no supo, en el momento de la verdad, por qué decidirse, si por hacer reír al espectador o ponerlo a pensar. Parece que no les ha llamado Dios por el camino de la comedia ni a De Niro ni a él. Y que tampoco Jerry Lewis hará fortuna como actor dramático. «El rey de la comedia» está tan lejos de la electrizante «Network»—si de señalar los abusos de influencia de la televisión se trataba— como de «El profesor chiflado» —si lo que se pretendía era utilizar los servicios de uno de los cómicos más singulares del cine americano—, en tierra de nadie, a medio camino, en la indefinición. (Pedro Crespo en ABC del 29 de mayo de 1983)   

El rey de la comedia, que es un drama que se pretende demoledor, es más sugerente en su enunciado que en las imágenes. Scorsese ilustra con monotonía, y hasta con sorprendentes torpezas de montaje, un proyecto que se le queda a medio camino. Hasta que la película recoge el capítulo en el que Rupert Pupkin utiliza la violencia, la larga presentación del conflicto y los personajes se ofrecen en la pantalla sin imaginación, con tópicos. Cuando estalla el drama definitivo las situaciones dramáticas de El rey de la comedia han explotado completamente la breve inspiración inicial. El ritmo es chato, las pretensiones obvias. (Diego Galán en El País del 29 de mayo de 1983)

Feroz y despiadada metáfora de un mundo en el que triunfan los idiotas, en el que las tragedias íntimas son tomadas a broma, en el que hacer públicas las miserias cotidianas es motivo de celebración y de chanza. Scorsese no muestra compasión, ni por unos showman capaces de vender su alma al diablo, ni por un público ávido de sensaciones fuertes, ni por una sociedad que primero te alaba para luego echársete al cuello. (Adrián Massanet en Espinof)

En gran parte incomprendida desde su lanzamiento, El rey de la comedia hoy se ve inquietantemente profética y presenta una excelente actuación de Robert DeNiro como un psicópata extrañamente simpático. (Rotten Tomatoes)

Es frustrante de ver, desagradable de recordar y, a su manera, bastante efectiva. (Roger Ebert)

Sin duda, Robert De Niro presenta otra actuación virtuosa para Martin Scorsese, al igual que en sus cuatro esfuerzos anteriores. Pero una vez más, y más aún, presentan un personaje con el que es difícil pasar el tiempo. (Variety)

Es muy divertida y termina con una nota alta que fue, para mí, una sorpresa total y una completa satisfacción. Sin embargo, también es áspera, a veces maníaca hasta el borde de la locura y, por el camino, aterradora. (Vincent Canby en The New York Times)

Esto es Taxi Driver sin el taxi o la angustia de la guerra de Vietnam, pero con el mismo tipo extraño de personaje antisocial dispuesto a hacer cualquier cosa (incluso si es criminal) para hacer realidad su sueño. El repulsivo personaje que interpreta De Niro está impulsado por una rabia silenciosa que no permitirá que nadie le impida hacer realidad su sueño, incluso si su viaje lo lleva a dar un paseo por el lado oscuro. (Dennis Schwartz)

Mientras que la película en sí tiene dimensiones inesperadas y excesos inquietantes, el cumplimiento ambiguo del sueño de Pupkin se hace eco espantosamente del final con titulares de noticias de Taxi Driver. Es la película más espeluznante del año en todos los sentidos, y una de las mejores. (Time Out)

Rara vez la atracción del cineasta por personajes iluminados con un misticismo retorcido, los viacrucis personales y los arrebatos de histeria, ha encontrado un objeto de encarnación tan relevante, una ventana colocada tan juiciosamente desde la que vislumbrar el mundo. (Benoît Smith en Critikat.com)

Película estrenada en Barcelona el 20 de mayo de 1983; en Madrid, el 26 de mayo de 1983. 

Reparto: Robert De Niro, Jerry Lewis, Tony Randall, Diahnne Abbott, Sandra Bernhard, Shelley Hack.

lunes, 8 de febrero de 2021

La leyenda de Bill Doolin (Cattle Annie and Little Britches, 1980). Lamont Johnson

En 1893, una banda de forajidos liderada por el legendario bandido Bill Doolin y su compañero Bill Dalton está a punto de venirse abajo, debido a la fatiga que les produce la vida errante y fuera de la ley. Todo cambia con la irrupción de dos chicas adolescentes, Annie y Jenny, que han huido de su casa en busca de aventuras, inspiradas por estos pistoleros míticos.

Lamont Johnson, que entre otras cintas ha dirigido «Lipstick», se encuentra a gusto en el tema del westem, lo cultiva con una cierta elegancia formal, pero alarga demasiado algunas secuencias y sobre todo, concede a la película un ritmo excesivamente lento. Pero la cinta se ve con agrado sobre todo por la personalidad de BurtLancaster, que conserva de sus buenos tiempos la presencia física necesaria para imponer el personaje, desde el primer fotograma hasta el final. (Angeles Masó en La Vanguardia del 6 de diciembre de 1980)

Un western más o menos desmitificador, basado en una novela de Robert Ward, que ilustra las andanzas de dos muchachas aparentemente frágiles en su intento de reunificar las legendarias bandas de los Doolin y los Dalton. Está resuelto con innegable pericia, pero se echa en falta el aliento mítico que inspiró las mejores piezas del género y que parece irremediablemente perdido. (Fotogramas)Simpático western, curioso y entretenido, amén de excelentemente interpretado. Hay una sabia mezcla de sátira hacia el género rey, y western del bueno, auténtico. (Victor1954's Blog)

La película ha sido aclamada en algunos sectores como un tesoro enterrado, sin embargo, aunque tiene cierto encanto, no es tan lograda como sugiere su reputación. (Matt Brunson en Film Frenzy)

Un divertido y dulce pseudowestern que milagrosamente evita la mayoría de las trampas sentimentales que se pone. Tiene dos ventajas principales, una vieja y otra nueva, en las actuaciones de Burt Lancaster, interpretando a un forajido cansado con el tipo de confianza en sí mismo relajada y cómica que sólo llega después de una vida en la pantalla, y Amanda Plummer, la hija de Christopher Plummer y Tammy Grimes, quien está haciendo un debut cinematográfico espectacular. (Vincent Canby en The New York Times del 15 de mayo de 1981)

Cattle Annie and Little Britches es tan cursi y poco memorable como su título. (...) De hecho, toda la película pasa sobre el espectador, sin imágenes ni momentos que se queden en la mente. El efecto se debe en parte al estilo visual extremadamente distante del director Lamont Johnson. (Variety del 31 de diciembre de 1980)

Realizada en un momento en el que el género western parecía haber terminado, Cattle Annie and Little Britches (1981) es una curiosidad. Basada en el libro del mismo nombre de Robert Ward (él coescribió el guión), la película está poblada por muchos forajidos históricos, incluidos Bill Dalton (Scott Glenn), Bill Doolin (Burt Lancaster) y la propia Cattle Annie (Amanda Plummer). Está interpretado por una intrigante mezcla de talentos cinematográficos veteranos y emergentes. La película está plagada de conceptos interesantes, similares aunque no directamente copiados de películas anteriores, incluidas Grupo salvaje y Dos hombres y un destino, pero nunca cuaja del todo. La dirección artística, el vestuario y la cinematografía son buenos, pero el director Lamont Johnson realmente no tiene una idea de la forma que hay que darle. Parece que falta material de la historia, material quizás filmado pero cortado antes del lanzamiento. De hecho, a veces la película parece casi esquemática. (Stuart Galbraith en DVD Talk)

Película estrenada en Barcelona el 2 de diciembre de 1980 en el cine Pelayo; en Madrid, el 23 de febrero de 1981 en los cines Bilbao y Vergara.

Reparto: Burt Lancaster, John Savage, Rod Steiger, Diane Lane, Amanda Plummer, Scott Glenn.


martes, 2 de febrero de 2021

Cita en Honduras (Appointment in Honduras, 1953). Jacques Tourneur

 

Corbet, un aventurero estadounidense, libera a un grupo de cinco delincuentes de un barco para que le ayuden a llegar a tierra y adentrarse en la selva hondureña. El objetivo de Corbet es hacer llegar dinero al general Prieto, un rebelde que lucha en las montañas contra el dictador del país. A ellos se une también el rico matrimonio Sheppard.

Dada la artificiosidad de la mayor parte de los escenarios, la escasa propiedad con que los actores se comportan y la calidad caprichosa y gratuita de los incidentes que componen el film, «Cita en Honduras» no logra interesar. En general, los elementos de que consta son, individualmente considerados, los mismos que en otras ocasiones han conducido a cintas merecedoras de cierta estimación, pero en virtud de la desmañada forma de combinarlos, de su rudimentario y elemental empleo, en esta ocasión no logran más que acentuar los voluminosos y dominantes defectos del film.(Horacio Sáenz Guerrero en La Vanguardia del 17 de mayo de 1955)

"Cita en Honduras" es una película ingenua, infantil, con lances amorosos que hacen reír y con esas luchas cruentas de las que no se concibe cómo logra, al final, salir victorioso el héroe, el protagonista.¡Pero qué desilusión si no saliera, y si la oportuna muerte del esposo, arrastrado involuntariamente con su mujer a la aventura, no dejase paso libre a su futura felicidad ! (Donald en ABC del 25 de junio de 1955) 

El director francés apostó por una insólita propuesta, despojada de artificios y cualquier otro aditamento, que el que le proporcionara la fuerza y sugestión de la imagen, de la ubicación de sus actores dentro del plano, la composición de los mismos, la presencia de las sombras, tomando como base la luminosa y al propio tiempo oscura utilización del color –espléndida la aportación del operador Joseph Biroc, un vez más el más férreo aliado técnico con el que se apoyaba a la hora de formular sus imágenes-, y también el uso de un fondo sonoro sugerente y lleno de amenazas lejanas. De todos modos, la referencia argumental de Cita en Honduras no es más que una leve base sobre la que se sostiene la sensualidad, la ambigüedad y la expresión plena de sentimientos contrapuestos con una sorprendente austeridad, tomando como base unos escasos decorados naturales recreados en estudio, que pudieron estar filmados en cualquier lugar ¿Qué más da? (Juan Carlos Vizcaíno en Cinema de perra gorda)

Me aburrió mucho en su momento, o más bien debería decir que me desorientó, pues conservo de ella la sensación recurrente de girar en círculos como sus personajes perdidos en una selva de estudio, puro cartón piedra trucho con el que el director de Yo caminé con un zombi armó una puesta en escena laberíntica, segura responsable de este recuerdo cíclico mío ligado a ella que nunca me abandona. (Marco Vieytes en Hacerse la crítica)

Glenn Ford, Ann Sheridan y Zachary Scott, caminando a través de la neblinosa selva centroamericana en tecnicolor, son acosados por un guión rutinario más peligroso que los horrores simulados que enfrentan. (P.W. en The New York Times)

Asfixiante aventura en la jungla que es buena en ambiente pero rutinaria en todo lo demás. (Dennis Schwartz)

Película menor pero agradable, con una buena dirección. (Michael E. Grost)

Película estrenada en Barcelona el 16 mayo de 1955 en los cines Alcázar, Borrás y Principal Palacio; en Madrid el 22 de junio de 1955 en el cine Rialto.

Reparto: Glenn Ford, Ann Sheridan, Zachary Scott, Rodolfo Acosta, Jack Elam, Ric Roman.

lunes, 1 de febrero de 2021

Señora doctor (1974). Mariano Ozores

 
Elvira Ruiz, licenciada en medicina, es destinada a un pueblecito habitado por personas rudas y testarudas que no comprenden que una mujer pueda ejercer esta profesión. Debido a su atraso, los lugareños tienen problemas para contarle sus problemas a una mujer, así que ella deberá recurrir a métodos poco ortodoxos para cumplir su tarea.

El abandono de toda regla para un cierto realismo es la característica principal del atroz sainetorro que bajo el titulo de «Señora Doctor» ha rodado Mariano Ozores. (...) La gente ríe con frecuencia, es verdad, pero «Señora Doctor» es una de las pócimas para hacer reír de peor gusto y de menos calidad que han salido del buen oficio técnico de Mariano Ozores. director que podría, si quisiera, ofrecer al público mejores logros cinematográficos. (...) «Señora Doctor», más que un sainete, es una difamación del pueblo rural español y de sus gentes. Tan bestias no las hay por esos pueblos de Dios. Y si las hay, no es posible encontrarlas a todas juntas. (Lorenzo López Sancho en ABC del 8 de mayo de 1974)

De nuevo Mariano Ozores ataca con otro típico producto de su factoría. Menos mal que para la ocasión reunió un plantel protagonista que por aquellos entonces levantaba algo de entusiasmo, por que si no la historia sería vulgar y pobre, como la mayoría de sus inaguantables producciones. Por respeto a Lina Morgan se puede considerar moderadamente entretenida. Abstenerse amantes del cine. (Fernando Morales en El País)

Es una pena que este director, con el buen hacer de su cámara, se especializara en guiones rápidos, baratos, de escaso vuelo y humor chabacano. Pero como decía él, y sostengo yo, sufre nuestra industria una dicotomía tal que el profesional del cine sólo (o casi), ha podido elegir entre el éxito populachero y el fracaso "de qualité", y Ozores, como bien expresó en sus memorias, se decidió, para bien o para mal, por lo primero. (Jokinr en Film Affinity)

Sátira social, muy a la española, sobre la incorporación de la mujer a trabajos destinados tradicionalmente a hombres. Está dirigida por Mariano Ozores, cuya prolífica carrera se centra casi exclusivamente en el género de la comedia. “Señora doctor” pertenece a su etapa más productiva, la primera mitad de los 70, en la que dirigió una mediana de entre seis y siete películas al año. (ABC Play Cine)

Película estrenada en Barcelona el 22 de abril de 1974 en los cines Delicias, Dorado, ABC, Rívoli, Río e Ideal; en Madrid el 6 de mayo de 1974 en el cine Salamanca.

Reparto: Lina Morgan, José Sacristán, Mari Carmen Prendes, Gemma Cuervo, Antonio Ozores, Nadiuska.