En 1864, con el apoyo de los conservadores mexicanos, Napoleón III de Francia (1852-1871) impone como emperador de México a Maximiliano de Austria, lo que provoca la rebelión de los juaristas. En plena guerra civil, dos mercenarios americanos (Gary Cooper y Burt Lancaster), tratando de sacar partido de la situación, ofrecen sus servicios al mejor postor. Así es como conocen a una hermosa juarista (Sara Montiel) y a una condesa francesa (Denise Darcel).
Una película de acción, a la que contribuyen, como elementos de fuerza para enriquecer su interés y su visualidad, un reparto excelente, una presentación ambiciosa, unos bellos paisajes, la animación del colorido, y ese movimiento de las cabalgadas, las refriegas y las batallas, más o menos grandes. (...) Alguien ha escrito que "Veracruz" tiene algo de epopeya, una epopeya que mezcla esencias de novela histórica y de "western" de buena clase; e, incluso, ha ido más lejos encontrando en ella como un soplo de canción de gesta. (Donald en ABC del 1 de junio de 1955)
Vera Cruz es, pues, admirable por lo que representa de sublimación de todo un estilo de hacer cine, tan ingenuo como se quiera, pero dotado de la gracia portentosa de un movimiento vital incesante, auténtica e intransferiblemente cinematográfico. (Horacio Sáenz Guerrero en La Vanguardia del 13 de septiembre de 1955)
'Veracruz' es un western sucio, en el que el polvo y el barro casi pueden palparse, al igual que luego sucedería en el tal sobado eurowestern. Aldrich no escatima en mostrar la violencia de un mundo cruel y sin compasión. (Alberto Abuín en Espinof)
Film notable que fue denostado en su día y que probablemente inspiró maneras, tonos y estéticas futuras del spaghetti western. (Aloha Criticón)
La presencia de Gary Cooper y Burt Lancaster en el elenco de "Vera Cruz", un western en superscope que rugió en el Cine Capitolio el día de Navidad, es un desperdicio de mano de obra potencial. Nada de lo que se pide a ninguno de los dos en esta gran mezcolanza de melodrama al aire libre, ruidoso y mal fotografiado es digno de su habilidad. "Vera Cruz", para decirlo sin rodeos, es una película bastante atroz, cargada de violencia sin sentido y clichés estándar del western. No faltan muchas formas de herir a las personas en este espectáculo sádico, desde patear, abofetear y cortar hasta atropellarlas a caballo y golpearlas con palos. De hecho, todo el cuadro parece estar diseñado como una mera exhibición de cuán malvados y viciosos pueden ser los hombres. (Bosley Crowther en The New York Times del 27 de diciembre de 1954)
Es asombroso que Aldrich haya encontrado tiempo para ser a la vez juguetón, reflexivo y airado, así como compacto y económico, metiendo todas estas cosas en 94 minutos de rápido movimiento y llenos de acción. (Jeffrey M. Anderson en Combustible Celluloid)
Interpretado como un juego de engaño de alianzas cambiantes y dobles cruces, es una historia alegremente despiadada que sirvió como un verdadero modelo para la marca mercenaria de spaghetti westerns italianos de la década de 1960. (Sean Axmaker en Stream on Demand)
Gracias a un guión bien engrasado, que Truffaut ha comparado con un mecanismo de relojería, Aldrich da en el blanco cada vez. Demostrando así que ha asimilado las lecciones del cine clásico, puede permitirse cualquier atrevimiento. (...) Parece que Sergio Leone se amamantó en el biberón preparado por papá Aldrich, tanto Vera Cruz se parece a un spaghetti western con humor demoledor además. (Marianne Spozio en aVoire-aLire.com)
Burt Lancaster es un verdadero villano y Gary Cooper no es tan limpio. Agregue algunas imágenes espléndidas, una mezcla picante de lirismo y humor y tendrá una obra maestra. (Le Figaroscope)
Película estrenada en Madrid el 31 de mayo de 1955 en el cine Lope de Vega y en Barcelona el 12 de septiembre de 1955 en el cine Coliseum.
Reparto: Gary Cooper, Burt Lancaster, Denise Darcel, Sara Montiel, César Romero, George Macready, Henry Brandon, Ernest Borgnine.
Hollywood abrió sus puertas de par en par a Sarita Montiel con esta película.
ResponderEliminarEs curioso que después de trabajar con Robert Aldrich, Samuel Fuller y Anthony Mann, ahí es nada, prefiriese ser una estrella del cine español a raíz de El último cuplé. Tal vez intuía que nunca pasaría de ser una actriz exótica para el público americano. En fin. Saludos.
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