Cuando la joven Becky Fuller (Rachel McAdams), una enérgica productora de TV, es despedida de su trabajo en Nueva Jersey, su vida profesional se hace tan sombría como su vida sentimental. Su siguiente trabajo, en una gran cadena neoyorquina, consistirá en sacar a flote un magazine matinal de segunda; para ello contrata a Mike Pomeroy (Harrison Ford), un famoso periodista de televisión caído en el olvido, para que presente el programa con Colleen Peck (Diane Keaton), una veterana cascarrabias.
La cinta
amaga, por otro lado, con plantear un debate sobre el futuro de la
información y la telebasura, pero sus autores, ya sea por pereza o por
quitarse problemas (como si Wilder hubiera suavizado su apartamento;
cruel comparación) ni se mojan ni parecen cómodos con las preguntas
difíciles. Se conforman con cuatro chistes y tres achuchones y a otra
cosa, que con este reparto bastará para que la gente vaya al cine y
luego no se queje demasiado. (Federico Marín en ABC del 21 de enero de 2011)
Dos asuntos enturbian un tanto un conjunto de todos modos estimable, casi notable para el entretenimiento pasajero: la insustancial puesta en escena del otras veces interesante Roger Michell (Notting Hill, Al límite de la verdad), repleta de horrendas transiciones musicales (tras comenzar a contarlas tarde, su número debe estar más cerca de 13 que de tres); y un mensaje final quizá cinematográficamente acorde con la indolencia del producto, pero periodísticamente escalofriante. ¿Se imaginan a Iñaki Gabilondo presentando con el delantal puesto? Pues eso. (Javier Ocaña en El País del 21 de enero de 2011)
Una parodia boba, amable, sin gota de veneno, sólo a ratitos frecuentable por las artes de zorro viejo de Ford y Keaton. Tan graciosa, a fin de cuentas, como una carantoña en el moflete. (Jordi Batlle Caminal en La Vanguardia del 21 de enero de 2011)
Comedia gremial sobre el mundo del periodismo de entretenimiento, prima lejana de 'Al filo de la noticia' (James L. Brooks, 1987), consigue zafarse de los titubeos de su segundo acto y de su obvia selección musical (la peor cara del sello J.J. Abrams, productor de la cinta) gracias a la solidez de su planteamiento y a un reparto impecable. Al encanto inagotable de Diane Keaton, cabe añadir la luminosa presencia de Rachel McAdams, que insufla una eléctrica docilidad al papel de heroína. Cierra el trío un entonado Harrison Ford, que hace gala de aquella frágil petulancia que supo inocular a Indy o Han Solo. (Manuel Yáñez en Fotogramas)
Sólo el carisma de los veteranos (Ford, Keaton, Goldblum) consigue hacer soportable el visionado de ‘Morning Glory’, una mediocre comedia de lo más convencional y ñoña, escrita con evidente desgana (por Aline Brosh McKenna, la misma de ‘El diablo viste de Prada’), con una música insufriblemente acaramelada (temas pop y un score compuesto por David Arnold) y realizada con el mismo estilo con el que se despacha el episodio de una corriente sitcom. No perdáis el tiempo. (Juan Luis Caviaro en Espinof)
De nuevo, Roger Michell, como ya consiguió en 'Nothing Hill', nos ofrece una película con encanto, al menos, por encima de la media de lo que estamos acostumbrados dentro del panorama melifluo de la comedia romántica actual. (Beatriz Martínez en Sensacine)
Se eleva por las afables actuaciones de su impecable reparto y, a menudo, es un film encantador, pero también es inconsistente e imitativo. (Rotten Tomatoes)
Morning Glory es un entretenimiento divertido para empezar, y luego Rachel McAdams lo transforma. Y Harrison Ford se transforma. (Roger Ebert)
Esta producción es un desastre por muchas razones, la mayoría de las cuales tienen que ver con sus frenéticos esfuerzos por ser graciosa. (Joe Morgenstern en Wall Street Journal)
Casi tan ordinaria como una bandeja de comida distribuida por una aerolínea. (Positif)
Película estrenada en España el 21 de enero de 2011.
Reparto: Rachel McAdams, Harrison Ford, Diane Keaton, Jeff Goldblum, Patrick Wilson, John Pankow.
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