Rosario Russo, de origen italiano, está perfectamente integrado en su nuevo hogar cerca de Frankfurt, donde dirige un restaurante y un hotel. Pasa desapercibido porque ha cambiado de identidad y habla un perfecto alemán, pero, con todo, su pasado no desaparece. Un día, su hijo Diego, olvidado y prófugo, aparece en la puerta de casa, y su pasado, de repente, vuelve a perseguirle. Ahora la ordenada y próspera vida de Rosario se precipita con memorias del pasado que resurgen y le envuelven.
Una vita tranquilla es la historia de una familia que funciona bien antes de empezar a funcionar mal. La segunda película del realizador Claudio Cupellini es también su mejor obra, liberada suficientemente de la simbología, a menudo pesada, que al realizador le gusta mostrar. Aquí seguimos encontrando algunos pasajes superfluos. No se entiende muy bien la explosión del principio o el inútil rodeo que da el guión para que el protagonista pueda tener una conversación con Dios. La ligera disminución del ritmo en el tercer acto parece debida a ajustes demasiado elípticos, pero el final corrige estas imperfecciones como una red que cierra la historia y condensa sus elementos. Cuando la trampa se cierra, Cupellini plantea la cuestión del provecho de la fuga cuando, en definitiva, lo que se vive no es más que una prórroga y no una verdadera liberación. (Domenico La Porta en Cineuropa)
Una interpretación ricamente texturizada del gran Toni Servillo (Il Divo, Gomorrah) presenta este thriller dramático de combustión lenta, una brillante adición a la nueva escuela de sofisticadas películas criminales italianas que se centran más en el personaje que en la acción. Detrás de la fachada de modales suaves de Rosario, se vislumbra una violencia arraigada e ineludible incluso antes de que aparezcan los napolitanos. El director Claudio Cupellini, que nunca recurre a los clichés histéricos de la "película de la mafia", organiza un sutil y acelerado suspenso en torno al papel de Servillo como un hombre de familia en conflicto cuyos intentos de proteger a los que más ama provocan solo más dolor. (Istituto Italiano di Cultura)
El director Claudio Cupellini ha creado un thriller tenso, filmado melancólicamente a la luz gris del invierno, montado con un ritmo intenso, con un guión elegante y una banda sonora sensacional. Pero son las tres actuaciones destacadas, incluido el siempre popular Toni Servillo, las que son tan convincentes en esta tragedia griega moderna. (Cineforum italiano)
Llevada por un inquietante y particularmente convincente Toni Servillo, la película irradia una intensidad rara, y la violencia, para ser contenida, es omnipresente. (Jean A. Gili en Positif)
A pesar de algunas faltas de matices, de inventos psicológicos o dramáticos, "Una vita tranquilla" sigue siendo un thriller perfectamente funcional, que induce a la tensión y al alivio, conducido por un actor que nunca escatima sus interpretacions. (Thoma Sotinel en Le Monde)
Película no estrenada en España.
Reparto: Toni Servillo, Marco D'Amore, Francesco Di Leva, Juliane Köhler, Leonardo Sprengler.
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