viernes, 18 de octubre de 2019

Lejos del cielo (Far from Heaven, 2002). Todd Haynes


Años cincuenta. Una acomodada y modélica ama de casa de Connecticut lleva una vida aparentemente equilibrada, satisfactoria y programada según los cánones de la familia burguesa americana. Sin embargo, de manera inesperada, tiene que enfrentarse a una gravísima crisis matrimonial y a un mundo exterior que impone límites a las emociones. Un mundo en el que domina el racismo y la intolerancia sexual.

“Lejos del cielo” es una película de impecable ambientación,dirección de actores y detallismo formal. Se parece mucho, y no lo oculta, a los memorables melodramas que el cineasta alemán Douglas Sirk rodó en Hollywood, tan idolatrados primero por Fassbinder y luego por Almodóvar. Pero alabar tan meritorio ejercicio mimético del “melo” elevado a obra maestra por Sirk, descartando otros detalles, supondría una lectura superficial de esta maravillosa, emocionante y –en el fondo– perversa película firmada por el joven cineasta Todd Haynes. (Lluís Bonet Mojica en La Vanguardia del 16 de marzo de 2003)

El filme tiene dos grandes bazas que al final no lo son tanto: como guionista, Haynes no recurre a la ironía ni traiciona a sus personajes, lo cual ennoblece el relato pero a la vez lo vuelve grave, so riesgo de caer en la involuntaria parodia; y visualmente, con una cuidadosa reconstrucción de época que, aunque vistosa y colorista, reproduce no tanto el ambiente real de esos años como su representación mitificada en el cine. (ABC)

En esa delicadeza, en esos diálogos entrecortados que no se atreven a llamar las cosas por su nombre, Haynes elabora una teoría secreta sobre la crisis de las emociones en la sociedad contemporánea. Si es cierto que Lejos del Cielo tiene el aspecto de una película de los años 50, Haynes sabe que los mecanismos de ocultación del ser humano siguen siendo los mismos, que nos es difícil no sucumbir a los rumores y a las mentiras, y que los sentimientos siguen encerrados a cal y canto en el armario. La insondable belleza de Lejos del Cielo está en sacarlos a ventilar. (Sergi Sánchez en Fotogramas)

El reparto fue perfecto, con Julianne Moore como ama de casa sufrida que se niega a admitir la homosexualidad de su marido, un Dennis Quaid que homenajea a Rock Hudson, estrella de este tipo de películas que siempre mantuvo oculta su condición sexual. La película de Haynes es al mismo tiempo un homenaje al melodrama sirkiano como un ajuste de cuentas con la sociedad censora y restrictiva de aquel tiempo. (Miguel Blanco en Sensacine) 

 La pertinente reflexión elaborada por Haynes extrae sus patrones narrativos de las claves genéricas del melodrama, género dominado por el realizador de origen austriaco Douglas Sirk en el Hollywood de los años 50 (All That Heaven Allows, Imitation of Life,...). La película de Haynes no supone una actualización de aquellas premisas genéricas, pues la historia sigue ambientándose en la misma época, sino más bien una puesta al día de lo que en aquellos tiempos permanecía vetado. Es decir, la desaparición de muchos de los condicionantes sociales de la época permiten que aquello que se ocultaba en los melodramas de Sirk aquí sea expuesto sin ningún tipo de obstáculo (a saber: relaciones homosexuales explícitas, comportamientos inaceptados, violencia doméstica,...). Pero ¿constituye esto un logro? ¿Acaso en los melodramas de Sirk uno, a pesar de no verlo, desconocía las motivaciones sexuales de los personajes? Si bien es cierto que la distancia temporal permite a Haynes ser mucho más directo y visualizar lo prohibido, no es menos cierto que su filme carece de la sutil sugerencia empleada por Sirk. (Enric Albero en Encadenados.org)

Un melodrama exquisitamente diseñado y realizado, Far From Heaven gana las lágrimas de sus espectadores con sinceridad e inteligencia. (Rotten Tomatoes)

Aunque es menos obvia como tour de force que muchas películas de arte recientes más llamativas, como el largometraje de Alexander Sokurov, Russian Ark, no es menos impresionante como logro técnico. (Jonathan Rosenbaum)

Los actores se mueven por este elaborado museo de película en un estado de sueño modificado, como si vivieran en el presente mientras están enraizados en el pasado. Pero la estrategia no funciona. Es una imitación de la falta de vida. (Joe Morgenstern en The Wall Street Journal)

Puede ser una película sobre películas, pero el artificio no contradice el realismo emocional de la película. La sorprendente y sutil actuación de Moore como mujer atrapada en las convenciones de su época resume la valiente belleza de doble filo de la película. (David Ansen en Newsweek)

Tranquilamente imponente en plano amplio, emocionante en primer plano, estatura y cara, cuerpo y ojos, Dennis Haysbert es perfecto para eso. Tanto mejor, porque es lo propio de una serie. Y de un melodrama también.(Marie-Anne Guerin en Cahiers du Cinéma)

En apariencia, por supuesto, Lejos del cielo es un pastiche. No es un avatar de melodrama moderno, sino un retorno a su génesis. Esta intuición decisiva del director revela, mucho más que Safe y Velvet Goldmine, sus películas anteriores, un verdadero talento junto con un gran coraje artístico. El pacto no es obvio y, sin embargo, la película sigue adelante, sin retroceder ante las escenas de desgarro impuestas por su trama. (Florence Colombani en Le Monde)

Película estrenada en España el 14 de marzo de 2003.

Reparto: Julianne Moore, Dennis Quaid, Dennis Haysbert, James Rebhorn, Patricia Clarkson, Viola Davis.


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