John Ford, el prestigioso realizador de tantos films
notables, ha dado a «Misión de audaces» esa expresividad vibrante que
caracteriza a su estilo. Hay en el film una habilísima valoración de múltiples
aspectos, tanto plásticos como narrativos, que en las manos de otro ealizador
nos parecerían pequeños detalles secundarios, pero que narrados por Ford
adquieren una categoría expresiva, casi simbolista, que sorprende. (...) No
obstante lo trillado del asunto, la labor de John Ford consigue elevarlo sobre
el nivel medio de este tipo de films y mantenerlo casi constantemente en una
tensión dramática honda y concentrada. (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del
20 diciembre de 1959)
No desmiente la realización que presenciamos la mano
magistral de John Ford, el director –para no citar más que uno de sus títulos,
y uno de los más clásicos- de “La diligencia”. Su estilo tan personal como
extraordinariamente expresivo, y sobre todo cuando aborda estos, o semejantes
temas, se patentiza a lo largo de la proyección. Posee la magia John Ford de obtenir
la máxima economía, o, mejor, sobriedad, en los medios, lo que no quiere decir
que actúe con escasez de medios materiales. (Donald en ABC del 23 de diciembre
de 1959)
Ford presenta más acción de lo habitual, pero la valiente heroína Hannah Hunter (interpretada por Constance Towers) y el leal equipo de actores secundarios son detalles típicos del director. Aunque a menudo es conmovedora, Misión de audaces sigue siendo una película obstinadamente normal y estancada en una rutina familiar en algunos pasajes, por lo que no se encuentra entre los mejores trabajos de Ford. Sin embargo, las hermosas imágenes de Luisiana en otoño tomadas por el director de fotografía William H. Clothier le añaden un toque de distinción. (Derek Winnert)
Si bien es un sólido western de la Guerra Civil, "The Horse Soldiers", también es bastante olvidable. Resulta familiar la historia de la misión detrás de las líneas enemigas y hay poco que la haga sentir única. Incluso las actuaciones de John Wayne y William Holden no logran que parezca más original y sin Constance Towers aportando un agradable toque de ligereza al drama, podría haber sido aún más olvidable. (Andy Webb en The Movie Scene)
Algunos de los ingredientes de Ford están ahí: patriotismo belicoso, comedia vulgar, canciones de caballería, momentos simbólicos (un soldado blanco de la Unión muere mientras un niño negro nace en libertad con la ayuda de un médico del ejército), un sargento irlandés borracho. En cierto modo es bastante formularia. Una repetición de elementos ya vistos. Pero hay poco de la vieja magia de Ford. No hay Monument Valley y no hay indios. Es extraordinario cuán diferente es este western bastante ordinario (y bastante anticuado para 1959) de Centauros del desierto, sólo tres años anterior. Algunos incluso dirían que era triste ver cuánto se había hundido Ford. (Jeff Arnold)
Hay momentos en los que nos preguntamos si John Ford no se está divirtiendo haciendo él mismo un pastiche. Desafortunadamente, esto es poco probable. Movido, se podría decir, por una especie de mecanismo interno que ninguna circunstancia puede perturbar, Ford pone en escena estos títeres y anima esta acción irrisoria con la misma maestría técnica, el mismo aliento, el mismo virtuosismo de una obra maestra. Nos asombra ver tanto talento puesto al servicio de tanta estupidez. (Jean de Baroncelli en Le Monde del 5 de octubre de 1959)
En cualquier caso, Misión de audaces no es ciertamente la mejor película de John Ford, pero sigue siendo una obra maestra en gran medida subestimada en su carrera y un ataque muy vigoroso contra la guerra en general. En cualquier caso, parece que las carencias del rodaje no empañaron esta obra contundente, atrayente y muy conmovedora. (Justin Leonard en DVD Classik)
John Ford dirigió a regañadientes Misión de audaces. El tema se lo había impuesto United Artists que produjo la película, y podemos imaginar al viejo y brusco cineasta refunfuñando contra sus poco complacientes jefes. Sin embargo, como ocurre con todas sus obras, menores o no, encargadas o no, John Ford consigue imponer su toque inimitable a la película. En un magnífico Cinemascope, multiplica los planos generales de la caballería estadounidense, cuya valentía y devoción tan bien glorificó en el pasado. Pero al igual que Centauros del desierto, que marca un punto de inflexión en la obra de Ford, Misión de audaces impone una visión más oscura y ambigua de la naturaleza humana por parte de un cineasta anciano que se encontraba entonces en el ocaso de su carrera. (Ophélie Weil en Critikat)
Misión de audaces es una gran película turbia, donde las mujeres son humilladas, los hombres desollados vivos y los niños enviados a la carnicería. Pero, cuando puede caer en emociones fáciles, Ford siempre escapa a través de la trivialidad. Así, durante la sublime secuencia de la carga de los cadetes de la Academia Militar, calma el patetismo justo cuando John Wayne se niega a combatir. Con otro cineasta, digamos John Huston, el pequeño tambor habría muerto en primer plano bajo una lluvia de violines; aquí le dan una azotaina sin que le veamos la cara. Nada debe interferir con la fría descripción de la violencia, el inevitable aumento de la barbarie. Nunca antes Ford había alcanzado este nivel de oscuridad. Aquejada de mala fama, difícil de amar, esta película desgarradora debe ser redescubierta. Es la confesión de un humanista desesperado. (Frédéric Bonnaud en Les Inrockuptibles)
Película estrenada en Barcelona el 18 de diciembre de 1959 en los cines Astoria y Cristina; en Madrid, el 20 de diciembre de 1959 en el cine Capitol.
Reparto: John Wayne, William Holden, Constance Towers, Althea Gibson, Hoot Gibson, Russell Simpson, Anna Lee, Ken Curtis.
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