miércoles, 12 de julio de 2023

El señor de los anillos: El retorno del rey (The Lord of the Rings: The Return of the King, 2003). Peter Jackson


Las fuerzas de Saruman han sido destruidas, y su fortaleza sitiada. Ha llegado el momento de decidir el destino de la Tierra Media, y, por primera vez, parece que hay una pequeña esperanza. El interés del señor oscuro Sauron se centra ahora en Gondor, el último reducto de los hombres, cuyo trono será reclamado por Aragorn. Sauron se dispone a lanzar un ataque decisivo contra Gondor. Mientras tanto, Frodo y Sam continuan su camino hacia Mordor, con la esperanza de llegar al Monte del Destino.

Y no hay otro modo de saludar este peliculón entero dirigido por Peter Jackson que con un sombrerazo; incluso si Tolkien levantara la cabeza, y en ella llevara sombrero, saludaria también la película con ese mismo gesto: es su libro tal cual, su universo y su historia puestos en pie, de arriba a abajo. Jackson no ha adaptado ni interpretado la obra de Tolkien: le ha dado vida y movimiento, le ha puesto el cine a su Servicio, y el resultado final, el del tripartito, es espectacular, grandioso, irrepetible y tan ajustado a derecho y forma que se quedará como ejemplo para los restos. (E. Rodríguez Marchante en ABC del 17 de diciembre de 2003)

La batalla más grande jamás contada, el clímax descomunal, no superado ni por Lucas en sus dos últimas entregas galácticas. Trabucos, pedruscos, soldados volando, animales gigantes indecibles y una càmera ubicua filmando desde todos los ángulos, de la más vasta panorámica hasta casi la sinécdoque, logran el milagro de este circense más difícil todavía con que Jackson, el genio neozelandès, pone punto final a una de las empresas fílmicas más monumentales de todos los tiempos. No se engañen: en ese pedazo diamantífero de megalomania no sólo hay destreza técnica puntera; hay cine en bruto, genuino, hay un artista que marca las diferencias (...) Jackson ya ha entrado en el Olimpo. Disfruten como enanos, como hobbits, de este superespectáculo. (Jordi Batlle Caminal en La Vanguardia del 17 de diciembre de 2003)

"Es abrumador el dominio del marco visual sobre la materia enmarcada. (...) deslumbrante y de arrolladora capacidad de engatusamiento, pero vana, que suena a hueco. (...) un río estruendoso, rimbombante, repetitivo y algo tedioso." (Ángel Fernández Santos en El País del 19 de diciembre de 2003)

Tiene Jackson el coraje de los grandes directores y la voluntad de llevar a su criatura exactamente allá donde imaginó; de sumergir al espectador, como cuando el cine era aún inocente (¿se dan cuenta de que, a pesar de su galería de monstruos, no estamos ante un discurso posmoderno, que la historia está contada con toda la seriedad de quien se cree lo que cuenta?), en un baño de maravillas, terribles, heroicas, conmovedoras. Y la voluntad de establecer también un discurso sobre la propia aventura: ese final, con un Frodo vuelto a la rutina de su pueblo, y ya mordido para siempre por la insanía de lo aventuresco, y convertido ya, lo intuimos, en un vagabundo de sí mismo, es el mejor cierre posible para una película monstruosa, sobrehumana, admirable. Tardaremos mucho en volver a ver una película tan impresionante, punto de llegada y frontera a superar en el futuro; uno se siente tentado a afirmar que, tras este broche impecable, estamos en El Señor de los Anillos ante una de las películas de aventuras más espectaculares e impactantes de toda la historia del cine. (Mirito Torreiro en Fotogramas)

De hecho, hay poca profundidad psicológica suficiente en ninguna parte de las películas, y existen principalmente como superficie, gesto, arquetipo y espectáculo. Lo hacen magníficamente bien, pero uno siente al final que nada real y humano ha estado en juego; los personajes de dibujos animados en un mundo de fantasía han sido traídos hasta donde les es posible, y aunque aplaudimos el logro, la trilogía es más una obra para adolescentes (de todas las edades) que para aquellos hambrientos de emociones verdaderas cuidadosamente satisfechos. De todos los héroes y villanos de la trilogía, y de todas las miles o cientos de miles de muertes, sentí emoción sólo dos veces, con los finales de Faramir y Gollum. Hicieron lo que hicieron por su naturaleza y su libre albedrío, que nos fueron explicados y conocidos por ellos. Bueno, sí, y sentí algo por Frodo, quien ha madurado y crecido en su largo viaje, aunque cuando lo vemos por última vez, es difícil estar seguro de que recordará lo que ha aprendido. La vida es tan agradable en la Tierra Media, en tiempos de paz. (Roger Ebert)

El Señor de los Anillos pasará a la historia cinematográfica como un hito. Ha legitimado la fantasía como ninguna otra producción y ha demostrado que es posible que los ejecutivos de los estudios obtengan grandes ganancias cuando asumen grandes riesgos. (Si El Señor de los Anillos hubiera fracasado, New Line Cinema se habría hundido con él). La historia mostrará la importancia de El Señor de los Anillos. El presente ilustra su amplio atractivo y su innegable éxito comercial y de crítica. Para muchos, el estreno de El Retorno del Rey es el acontecimiento del año. Y éste es un momento en que el producto es lo suficientemente bueno como para capear la tormenta de exageraciones. Este anillo es dorado. (James Berardinelli en Reel Views)

El retorno del rey no es menos dinámica que los capítulos anteriores, pero gran parte del diálogo suena como un ejercicio de orientación. Algunos hilos de la historia están crudamente abreviados; otros no logran desarrollar elementos que ya estaban bien establecidos. Dado el tiempo de duración excesivo, es difícil evitar la sensación de que ya hemos estado aquí o hecho esto antes. En cuanto a cómo los temas de liderazgo, sacrificio, lealtad y honor de la trilogía hablan de nuestros tiempos difíciles, la alegoría antifascista de Tolkien no permite la ambivalencia o la ambigüedad. (Time Out)

The Return of the King, la parte final de un mismo monumento cinematográfico, se destaca como una de las películas más bellas jamás realizadas. Una obra de pura emoción, un sueño de cine, la expresión de una simbiosis perfecta entre espectacularidad e intimidad. (Yannick Dahan en Positif)

Jackson todavía no tiene otra solución para abarcar la amplitud de la historia que ejecutar las acciones en paralelo, como velocistas en sus pistas. A fuerza de chocar unos con otros, los bloques narrativos se unen en una epopeya irrisoria. Jackson intenta dar la vuelta con fuerza a este diseño impuesto, pero ello, sin embargo, anula cualquier efectividad. (Jean-Philippe Tessé en Cahiers du Cinéma)

Gran espectáculo y emociones son lo mismo en un guión de asombrosa sencillez y gran legibilidad (...) A pesar de un comienzo un tanto lento, y unos efectos especiales raros y mal dominados (...), Peter Jackson demuestra una vez más con esta película su maestría como director así como su talento como narrador. (Stéphane Benaim en L'Ecran fantastique)

Película estrenada en España el 17 de diciembre de 2003.

Reparto: Elijah Wood, Viggo Mortensen, Ian McKellen, Sean Astin, Andy Serkis, John Rhys-Davies, Orlando Bloom, John Noble, Miranda Otto, Liv Tyler.

1 comentario:

  1. Espectaculares tomas digitales, lograda ambientación y grandes escenas de batalla, todo ello acompañado de la estupenda banda sonora de Howard Shore, sirven para que el talento de Jackson despliegue todo su buen hacer sobre este sólido guión para conseguir un film que tiene ya un lugar entre los clásicos.

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