viernes, 20 de septiembre de 2019

El hombre de mimbre (The Wicker Man, 1973). Robin Hardy


Una carta que hace sospechar que una joven desaparecida ha sido asesinada lleva al sargento Howie de Scotland Yard hasta Summerisle, una isla en la costa de Inglaterra. Allí el inspector se entera de que hay una especie de culto pagano, y conoce a Lord Summerisle, el líder religioso de la isla...

Se la ha calificado de película de terror; no lo es. Tiene, sí, imágenes insólitas, como si hubiesen sido filmadas en otra cultura, otro lugar u otro tiempo; nunca son terroríficas, sólo inesperadas y no pocas veces hermosas. (Julio Olivier en Academiaplay)

Robin Hardy es muy inteligente a la hora de transmitir la creciente incomodidad del personaje de Woodward y el hecho de que todo se desarrolle durante el día convierte cada acto en algo inevitable: no hay sitio donde esconderse, no podemos cerrar los ojos ante la creciente amenaza. Estamos en una fiesta de la que desconocemos las reglas, los invitados y el sentido último. Todos están alegres y felices menos nosotros. Y eso es aterrador. (Javier Trigales en Caninomag)

El cristianismo, al que lógicamente se puede acusar por sus injustificadas inquisiciones y sus sangrientas cruzadas, desarticuló sin embargo la necesidad de sacrificios humanos así como el de animales y he aquí un punto en común con el budismo, que terminó con los sacrificios humanos (y el canibalismo) en el Tibet.. El filme de Robin Hardy nos lo recuerda mostrándonos el lado amargo del tan simpático paganismo. Y eso no lo torna reaccionario; vean sino la insoslayable ironía implícita tras la famosa danza desnuda de Britt Ekland, cuando trata de seducir al sargento de un dormitorio a otro. Si Howie hubiera cedido a la tentación y perdido su virginidad, eso lo habría salvado ante la turba. Por el contrario, mantenerse firme a sus convicciones morales le termina conduciendo a la muerte. ¿Qué mejor ironía que esa para describir luz y sombra de la religión, sea cristiana o pagana? (Darío Lavia en Cinefania)

¿Gana alguno de los dos credos? El plano final, estupendo, de la película muestra cómo la cabeza del hombre de mimbre se desprende, víctima de las llamas, dejando ver el sol (para los isleños el dios Nuada, que lo personifica) que refulge sobre el horizonte, hasta ser tragado por el mar, en una conclusión que puede entenderse, siguiendo con el rico juego simbólico del film, como la inmersión en la nada definitiva para el protagonista. Pero quién sabe si también el hundimiento de las esperanzas de aquellos que, corrupta su comunión con la naturaleza, por haber querido propiciar a los dioses con una víctima engañada, están condenados a no volver a ver sus árboles doblados bajo el peso de sus frutos. (La mano del extranjero)

En fin, una película muy interesante, que debe ser rescatada tanto por su sugerente trama como por su innegable valor histórico, para preservarse como una de las cintas de misterio más originales y emblemáticas de la historia del cine, como prueba de ello está el epílogo, verdaderamente inquietante. (Alohacriticón)

Esta película de terror inteligente es sutil en sus emociones y escalofríos, con un final impactante y verdaderamente memorable. (Rotten Tomatoes)

Anthony Shaffer escribió el guión que, por pura imaginación y casi terror, rara vez ha sido igualado. (Variety)

La película de terror de culto de Robin Hardy de 1973 pasó por varios distribuidores, varias versiones y varias quiebras, recogiendo una poderosa reputación en el camino. (Dave Kehr)

Al igual que muchos de los mejores thrillers de terror, The Wicker Man funciona porque sorprende al público, confiando en el suspenso cuidadosamente cuidado en lugar de los sustos teatrales baratos. (James Berardinelli)

Es obvio, "El hombre de mimbre" es una película muy extraña. A medio camino entre el inquietante thriller y el musical. La trama, sórdida historia sobre una investigación en círculos religiosos exóticos, se desarrolla de una manera muy desconcertante, ya que la puesta en escena le da un aspecto casi documental a la película, incluyendo hermosos paisajes, una visión de la Inglaterra profunda ... Pero finalmente, después de media hora, una vez que estamos dentro de la trama, disfrutamos de esta atmósfera espeluznante. Hay que decir que el personaje de Christopher Lee, excelente, está bastante bien escrito, y el de Edward Woodward tiene una profundidad inesperada. Y el final, a pesar de su lado predecible, sigue siendo bastante efectivo. Lo que hace que la mayor parte del encanto de este "hombre de mimbre" sea su reflexión sobre los conflictos religiosos, así como sobre la antigüedad de algunos de ellos, más lograda de lo que parece. Una bonita sorpresa. (Titusdu59 en Allocine)

Película no estrenada comercialmente en España.

Reparto: Edward Woodward, Christopher Lee, Ingrid Pitt, Britt Ekland, Lindsay Kemp, Diane Cilento, Irene Sunters.



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