viernes, 14 de octubre de 2016

Viaggio in Italia (1954). Roberto Rossellini


Alexander Joyce y su esposa, Katherine, se trasladan a Italia con el objetivo de hacerse cargo de una fabulosa villa que les ha sido legada gracias a una herencia familiar. Mientras que su marido tiene el propósito de permanecer en Italia el tiempo imprescindible, Katherine pretende aprovechar esta oportunidad para visitar Nápoles y Pompeya. Las relaciones entre ambos han sido siempre tan correctas como frías. Mientras toman el sol en la terraza de la mansión heredada, la esposa confiesa a su marido que estuvo enamorada de un joven que luchó durante la guerra en Italia.

El film es un drama con elementos de comedia y de documental. Es una obra singular e innovadora, que se separa del movimiento neorrealista impulsado por Rossellini, para focalizar la atención en el análisis del mundo interior de los personajes, de sus emociones íntimas, sus sentimientos, deseos e impulsos. A Rossellini le sigue preocupando la exploración de la realidad, sigue siendo un autor realista, pero su maduración como cineasta ha propiciado una evolución que le ha desplazado el foco de atención a la realidad interior del ser humano. La nueva etapa del autor prepara el camino de lo que será la “nouvelle vague”, se adelanta a “Al final de la escapada” (Godard, 1960) y prefigura el advenimiento del cine moderno. (Miquel en Film Affinity)

La película Te querré siempre diseña un espectador diferente, y esa es una aportación del cine moderno, que supone el contacto primero de Rossellini con los críticos de Cahiers du Cinema, y luego constituiría lo que se haría llamar la Nouvelle Vague. El proyecto inicial del film era rodar una adaptación de Duo, la novela de Colette. El equipo de rodaje llegó a Nápoles y Rossellini se encontró con que los derechos de la novela habían sido ya adquiridos. A instancias de Marcello d’Amico, jefe de producción del film, redactó cinco folios de localizaciones a modo de guión. La película se rodó entre febrero y abril de 1953. La versión original inglesa (Journey To Italy) es cinco minutos más larga que la italiana (88’/83’), ya que en la segunda versión se suprimió una escena en la que el protagonista no se entendía con una mujer debido al idioma, y esto, siendo directamente en italiano, no se podría representar.

En esta película, Rossellini no quiere llevar el sentido de la acción y del viaje, por eso al principio se produce un cambio de conductor y aparecen dos interrupciones que simbólicamente introducen un elemento aleatorio, que va a cambiar el sentido de la direccionalidad del montaje. A lo largo de la película, se pueden diferenciar diferentes itinerarios. En el primero se asigna un campo visual en relación con la perspectiva de la conductora, que es una visión turística. Va a haber otros dos itinerarios donde esto se va a ir cargando poco a poco para anunciar el final de la película. Se plantea un relato en relación al encuentro amoroso, de lo que supone el matrimonio y la descendencia. Así mismo, transmite una idea de congelación del tiempo y de memoria de las pasiones. Cabe fijarse cómo en el segundo itinerario a la protagonista le llaman la atención la presencia de mujeres embarazadas. Y es en el tercer itinerario cuando se encuentran unas imágenes proyectivas, vemos a novios que empiezan y luego a matrimonios con hijos. El tiempo en la historia son siete días, los siete días que pasa el matrimonio allí. Finalmente, lo que cristaliza la reflexión final de la película sobre la acumulación de cuerpos muertos, de cuerpos incluso calcinados, es la evidencia de determinados elementos de la vida y la muerte.

Visualmente la película es excepcional. Las imágenes que muestra de paisajes naturales y humanos y de los restos del pasado son poderosas y emocionantes, no exentas, además, de simbología (impresionante la imagen en la que los restos humanos carbonizados en ceniza son retirados de entre las ruinas de Pompeya y Herculano, una clara alusión a la forma de sentirse de los protagonistas y de su propia relación, poco a poco convirtiéndose en ceniza…). Más allá de identificaciones propias con la historia o las evoluciones de ambos personajes, las interpretaciones de los protagonistas son excepcionales, un verdadero recital, tan creíble, emotivo e inquietante como puede resultar una situación verídica en cualquier pareja que podamos conocer. (39 escalones)

Una de las obras cumbres de su autor, en la que se propone una incisiva disección de los sentimientos humanos coherentemente relacionados con su contexto social y cultural. Se desarrolla dentro de una absoluta racionalidad, aunque introduciendo con gran sabiduría el elemento de misterio que siempre acaba modificando las conductas. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 27 de septiembre de 1955.

Título español: Te querré siempre.

Reparto: Ingrid Bergman, George Sanders,  Anna Proclemer, Marie Mauban, Paul Muller, Leslie Daniels, Natalia Ray.


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