Ned Racine (William Hurt), un joven abogado de Florida, lleva una vida normal hasta que conoce a Matty Walker (Kathleen Turner), una tentadora y sensual mujer casada con un rico hombre de negocios (Richard Crenna). Ned pronto se da cuenta de que Matty es la clase de mujer por la que un hombre sería capaz de matar.
Magistrales actuaciones (de los protagonistas sobre todo), una dirección soberbia, una narración cálida, bien dosificada y con giros en momentos claves, un enorme guión bien redondo sin agujeros ni inverosimilitudes exageradas (como hay en muchísimas de las consideradas ''obras maestras'' del genero), una femme fatale como jamás vi (y soy fanático del cine negro), sensualidad, una música esplendorosa, diálogos excelentes, un final espectacular y muchas cosas mas convierten a esta película en una auténtica obra maestra. Realmente no entiendo porque la nota tan baja. Me parece que esta película peca del año en que se realizó, porque si se hubiera hecho en 1940 seguramente tendría un 8.6 y habría 60 críticas poniendole un 10. (Hughes20 en Film Affinity)
Lo cierto es que ‘Fuego en el cuerpo’ es una de las ópera primas más sólidas del mal llamado cine moderno —dichosas etiquetas para ciegos y sordos mentales—, concebida en una época en la que, tras la entrada de directores como George Lucas, Spielberg, Scorsese o Coppola, la concepción de espectáculo en Hollywood cambiaba considerablemente. Con todo, Kasdan realiza un intimista ejercicio sobre el Noir que evoca sin disimulo, y sí mucho cariño, épocas anteriores en el cine, siendo mucho más que un simple ejercicio de revisitación. (Blog de cine)
Fuego en el Cuerpo es un thriller y, como tal, su protagonista no es un personaje activo sino pasivo unas veces y reactivo otras (reacciona ante las acciones del antagonista). Esto, que en otros thrillers cambia en el tercer acto de la historia (cuando el protagonista, en el momento más angustioso del relato y cuando parece que lo tiene todo perdido, reacciona, se vuelve activo y se juega el todo por el todo enfrentándose al antagonista), en Fuego en el Cuerpo se mantiene hasta el final.
Ned Racine no
logra hacerse nunca con el control de la situación, al contrario: el
espectador y él constatan, cada vez con mayor claridad, a medida que
transcurre este tercer acto que el abogado un poco engreído y feliz de
conocerse a sí mismo que era Ned Racine al principio de la película se
ha convertido en una pobre mosca atrapada en la tela de araña tejida por
Matty Walker. (Reflexiones de una guionista)
El debut tras la cámara de Lawrence Kasdan fue con una película que
retomaba las claves del buen cine negro con la femme fatale de
protagonista. Así revisitaba uno de los temas claves de los grandes
clásicos del género: la mujer fatal que convence al amante cegado de
pasión por ella de asesinar a un tercero, normalmente un marido más
anciano y rico, muy rico. Ese asesinato se convierte en un seguro para
una vida próspera de dinero y riqueza. Mientras el hombre lo hace
arrastrado por el amor y la pasión, ella se muestra siempre más fría,
calculadora y práctica (quiere asegurar su futuro) y para ello se sirve
de un instrumento, el amante. Kasdan jugaba con dos claves para crear la
atmósfera sensual, el calor y el sudor de los cuerpos, envuelto en una
música sugerente de John Barry. Atmósfera sensual que se convierte en
cárcel eterna para la víctima: un abogado de poca monta con el rostro de
William Hurt. (El blog de Hildy Johnson)
Película estrenada en España en 1981.
Título español: Fuego en el cuerpo.
Reparto: William Hurt, Kathleen Turner, Richard Crenna, Ted Danson, J.A. Preston, Mickey Rourke.
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