En la primavera de 1912 acepta la oferta de la turinesa "Itala Films" de Pastrone
para trabajar como operador técnico en efectos especiales. Participa en
varios títulos del empresario, productor y director italiano, empezando
por Padre (1912). Sin embargo, destaca especialmente su labor para la gran superproducción de 1914 Cabiria,
donde Chomón, como director de los trucajes y primer operador de
cámara, tuvo una participación muy relevante. Como ejemplo, cabe decir
que realizó la secuencia de la erupción del Etna, y el resultado fue de un gran realismo, recurriendo para ello al efecto schüfftan, llamado así por su inventor, Eugen Schüfftan, que consiste en impresionar solo una parte del fotograma, habitualmente utilizando maquetas. También perfeccionó el travelling en interiores sobre rieles para dar magnificencia a los decorados de los templos orientales y desarrolló la iluminación expresionista, que dotaba de relieve a los rostros de los actores y a los detalles del decorado.
En 1914 se desencadena la Primera Guerra Mundial,
conflicto en el que entrará Italia al año siguiente. Esta conflagración
provocará una profunda crisis de la industria cinematográfica europea
que afectará al cine italiano debido, sobre todo, al extraordinario
aumento de los costes del celuloide. Los estudios Itala Film serán
reconvertidos en hospital. Pese a la disminución de la producción
cinematográfica Chomón seguirá trabajando a las órdenes de Pastrone en
películas como El fuego (1915), Tigre real (1916), La guerra y el sueño de Momi (1916), en la que aprovechó su experiencia para rodar animación de muñecos mediante el paso de manivela, o Hedda Gabler (1919).
Entre 1919 y 1921 se desvincula de la Itala para trabajar por cuenta propia como socio de la productora del artista de circo Luciano Albertini, Albertini Film.
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