En Londres, a finales del siglo XIX, cuando los magos eran los ídolos más aclamados, dos jóvenes ilusionistas se proponen alcanzar la fama. El sofisticado Robert Angier (Hugh Jackman) es un consumado artista, mientras que el tosco y purista Alfred Borden (Christian Bale) es un genio creativo, pero carece de la habilidad necesaria para ejecutar en público sus mágicas ideas. Al principio son compañeros y amigos que se admiran mutuamente. Sin embargo, cuando el mejor truco ideado por ambos fracasa, se convierten en enemigos irreconciliables: cada uno de ellos intentará por todos los medios superar al otro y acabar con él. Truco a truco, espectáculo a espectáculo, se va fraguando una feroz competición que no tiene límites.
La película entera está concebida como un inmenso número de
prestidigitación. Algún engaño se intuye, otras falsas presciencias ejercen de
anzuelo y aunque el final no llena el hueco que le habíamos cedido a la
sorpresa, el espectador disfrutará como un niño si se entrega a este fascinante
juego de rivalidades entre dos de los mejores magos que apuraron el siglo XIX. (Federico
Marín Bellón en ABC del 12 de enero de 2007)
Nolan juega con elementos tan fascinantes como la teoría del
doble y el inmenso (y tan actual) deseo del público de ser engañado. Por
prestidigitadores o por ilusionistas que ejercen de políticos. El truco final depara
algunas secuencias sencillamente magistrales, pero el director debería haber
cogido la varita mágica, es decir, las tijeras, para aligerar considerablemente
el metraje. Porque la película se dilata en exceso y termina por resultar
farragosa en algunos momentos. (Lluís Bonet Mojica en La Vanguardia del 14 de
enero de 2007)
Elegante relato gótico narrado a dos voces (Bale y Jackman) que nos ayuda a entender las dudas de un cineasta siempre dividido entre la fuerza de sus emociones y el poder de su implacable racionalismo, ofrece también varias imágenes (oscuras) para el recuerdo que alimentan la particular poética visual de Nolan. (Sergi Sánchez en Fotogramas)
Nolan sigue divirtiéndose con los giros de guion, con las acrobacias narrativas, con los saltos mortales argumentales, y ofrece una película llena de apasionantes recovecos en la que la imagen especular se convierte en la figura retórica fundamental. Engranaje de piezas casi perfecto en el que el triángulo Jackman-Bale-Nolan, funciona como un reloj. (Virginia Montes en Sensacine)
El filme, que se basa explícitamente en el patrón de un truco de magia, también se rige por las reglas del género de suspense y misterio; sin embargo, uno se basa en la incertidumbre persistente, el otro en la revelación total. Y al dedicar tanto espacio a subtramas románticas vacías, la película termina rompiendo dos de las reglas cardinales del mago: no sólo te cuenta cómo se hace todo, sino que se toma tanto tiempo para hacerlo que tienes tiempo de buscar bajo la manga y resolverlo por ti mismo. (Time Out)
La película está montada con gran esmero en cuanto a decorados, vestuario, maquillaje y efectos especiales, pero los propios magos son fríos y astutos, y esa frialdad impregna toda la película. (Andrew Sarris en Observer)
Aquellos que deseen comprender cómo trabajan los magos no encontrarán mucha ayuda en esta película. Se revelan los detalles de algunos trucos, pero están llenos de trampas que sólo se pueden encontrar en las películas o en la literatura. El título se explica como uno de los tres actos de un truco: la promesa, el giro y el prestigio. Curiosamente, es en ese tercer acto, el prestigio, donde la película falla. Hay muchas cosas sucediendo, pero nunca magia real. (James Berardinelli en Reel Views)
Con mayor linealidad narrativa, un poco menos de trucos visuales (...) y unas decenas de minutos cortados, habríamos aplaudido el trabajo de Christopher Nolan. (Lorenzo Codelli en Positif)
Aparecen muchas técnicas al servicio de ese dominio de la ilusión por el que se pelean los protagonistas, pero aún más destinadas a la manipulación de un espectador al que le gusta dejarse sorprender e incluso engañar con tal de que el juego merezca la pena. En este sentido, El truco final ofrece mucho por el precio de la entrada. (Jacques Mandelbaum en Le Monde)
Es una pena que Nolan acabe perdiéndose un poco en los vericuetos de una trama demasiado enrevesada: cuando llega el momento de las revelaciones, perdemos un poco el interés, a pesar del esfuerzo de unos actores que se dejan habitar por sus personajes. (Olivier Bonnard en TéléCinéObs)
Película estrenada en España el 12 de enero de 2007.
Reparto: Hugh Jackman, Christian Bale, Michael Caine, Scarlett Johansson, David Bowie, Piper Perabo, Andy Serkis, Rebecca Hall.