viernes, 15 de enero de 2016

Harvey (1950). Henry Koster


Elwood P. Dowd (James Stewart) es un hombre afable, cariñoso y siempre dispuesto a ayudar a los demás. Su único problema es que va a todas partes acompañado por un imaginario conejo gigante al que llama Harvey. Él dice que el conejo es un "pooka". La familia de Elwood no sabe qué hacer y opta por llevarlo a un psiquiátrico.

El pooka es una criatura del folklore irlandés. Puede ser portador de buena o mala suerte, pueden ayudar o perjudicar a las comunidades rurales o marítimas. Estas criaturas cambian de forma y toman la apariencia de caballos negros, cabras y conejos. Pueden incluso tomar forma humana incluyendo características animales como orejas o rabo. El puca aparece en todas las culturas célticas del noroeste de Europa. En la mitología galesa se le llama pwca y en Cornualles bucca. En las islas del canal de la Mancha se consideraba al pouque como un hada que vivía cerca de los antiguos megalitos; un cromlech se llama pouquelée o pouquelay. En Bretaña se les llama poulpiquet y polpegan.

Es muy posible que esta película hubiera tenido mayor ritmo y acabado, incluso tal vez magia, en manos del magistral Frank Capra, caído en un olvido inmerecido ya en aquellas fechas. Pero cabe señalar que la película no busca conclusiones sencillas y abraza a la magia con una ligereza bienvenida. No se trata de que el conejo sea irreal y todo sea una ficción, sino de que la vida es mucho más feliz y más palpable siendo placenteros. Lo aconseja Elwood P. Dowd y no haríamos mal en seguir su filosofía. (Blog de cine)

En su desarrollo de perspectiva amable el film trata los prejuicios sociales y la libertad de comportamiento vital, lo que no implica una loa a la dipsomanía, sino al modo de encontrar la felicidad propia y ajena sin estar sujeto a los cánones marcados por la comunidad, primando los valores espiriturales (Harvey) como encuentro para hallar ese bienestar contagioso. (AlohaCriticón)

Para todos aquellos a los que el cine de entretenimiento y la comedia les saben a poco porque el ruido de las carcajadas les impide escuchar el sonido de sus pensamientos, El Invisible Harvey tiene una segunda lectura: la del rechazo y la intolerancia que pueden sufrir los "diferentes", los solitarios o los ingenuos en una sociedad en la que, demasiado a menudo, se da una importancia exagerada al hecho de guardar las formas y se concede un inmerecido mérito a los maquiavélicos. Porque a ver quién puede resistirse a la cara de buenazo del inmortal James Stewart cuando suelta una de las más célebres y bonachonas sentencias de la Historia del Cine: "Jamás mezquindad alguna entró en un bar". (De gusanos y lombrices)

Más allá de las situaciones cómicas y confusiones que se dan con un conejo invisible en escena, El Invisible Harvey plantea interesantes cuestiones sobre el comportamiento humano, sobre todo en base al miedo ante lo desconocido y/o lo diferente. Elwood es un tipo realmente encantador, amable, simpático, educado, sin maldad alguna de ninguna clase. Sí, vale, tiene un conejo invisible de más de dos metros de altura como mejor amigo, pero ¿es eso suficiente para considerarlo como un peligro para la sociedad, para querer encerrarlo? ¿Es el "qué dirán" uno de los pilares básicos de nuestra sociedad que condiciona/justifica nuestros actos? ¿Nos empeñamos sin darnos cuenta en matar la felicidad? Hay una frase magistral del protagonista a este respecto:  Hace años mi madre solía decirme: “En este mundo, Elwood, tienes que ser..” – ella siempre me llamaba Elwood – “En este mundo, Elwood, tienes que ser o muy listo o muy agradable”. Bueno, durante años fui listo. Yo recomiendo ser agradable. Puede Ud. citarme. Lo dicho, no la juzguéis anticipadamente porque casi seguro que os vais a equivocar. Vedla hasta el final y sacad conclusiones. ¿Naïf total o no?. En mi opinión de ingenua tiene bastante, bastante menos de lo que aparenta. (El séptimo arte)

Película estrenada en Barcelona el 14 de febrero de 1952 y en Madrid el 9 de marzo de 1952.

Título español: El invisible Harvey.

Reparto: James Stewart, Josephine Hull, Charles Drake, Cecil Kellaway, Jesse White, Victoria Horne, Wallace Ford, Peggy Dow.


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