miércoles, 21 de noviembre de 2018

De aquí a la eternidad (From Here to Eternity, 1953). Fred Zinnemann



Año 1941. El soldado Prewitt (Montgomery Clift), que acaba de llegar a la base militar de Pearl Harbor en Hawai, es un antiguo boxeador retirado del ring. El capitán Holmes (Philip Ober), conocedor de sus habilidades como púgil, intenta que se una al equipo del ejército, pero Prewitt rechaza la propuesta. A partir de ese momento se ve sometido a toda clase de castigos y humillaciones tanto por parte de sus superiores como de sus compañeros. Sólo cuenta con la amistad y el apoyo del soldado Angelo Maggio (Frank Sinatra). Mientras tanto, el sargento Milton Warden (Burt Lancaster) y Karen (Deborah Kerr), la mujer de Holmes, viven una historia de amor adúltera. Pero la vida de todos cambiará con el ataque japonés a Pearl Harbor.

En el 2002, la película fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.

Un intenso y amargo drama humano, con tipos que reaccionan de muy distintas maneras. El relato no es, precisamente, un modelo de novela rosa, y no le adornan las delicadas transparencias de la candidez y la pureza. No son edificantes las relaciones entre la esposa del capitán y el sargento, pero, en cambio, a cuanto sucede, tan a ras de tierra, lo ennoblece el sentimiento de lealtad y del cumplimiento del deber que los soldados patentizan en los momentos críticos. (Donald en ABC del 18 de abril de 1954)

La impresión más duradera que “De aquí a la eternidad” deja en el espectador sensible es, precisamente, la de una perfección difícilmente superable. Perfección en el magistral cálculo narrativo del guión, en la labor directora de Fred Zinnemann, que ha orillado cualquier influjo cerebral o de elaboración expresiva para construir una obra de auténtica firmeza clásica; perfección también en la actuación de unos comediantes que superan sus propias posibilidades (…). Perfección asimismo, por último, en la fotografía, en el montaje, en la música y en la adición de un doblaje excelente. (H.S.G. en La Vanguardia de 18 de abril de 1954)

Una película narrada con pulso firme por Fred Zinneman, quien configura el ataque nipón aunando tensión física y psicológica. La vehemencia amorosa queda ejemplificada en la popular secuencia que muestra a Burt Lancaster y a Deborah Kerr besándose efusivamente tumbados en la playa mientras la marea los recoge simulando un abrazo orgásmico. (AlohaCriticón)

Las pasiones son el lugar central en que se mueven los personajes, pasión por el ejército y pasión por el amor: Un hombre humillado pero disciplinado que buscará una huida en el cariñoso afecto de una prostituta, un suboficial leal, veterano y contradictorio, que encontrará una aventura efusiva sin punto de destino, un temperamental y simpático soldado amante de las juergas y el alcohol, y una mujer insatisfecha que vive en un paraíso lleno de hombres libidinosos son algunos de los personajes que encontramos en una película narrada con pulso firme por el maestro Fred Zinneman, quien construye el sorprendente ataque nipón de una manera más que efectiva, contado con suma tensión física y psicológica. (Guevara en El séptimo arte)

El guionista Daniel Taradash rescató, si no una gema, al menos un diamante industrial de alta calidad de esta dura novela. (Time Magazine)

La película cuenta una historia convincente con muchos de los elementos que las audiencias encuentran atractivos. (James Berardinelli)

Burt Lancaster y Montgomery Clift (...) logran hacernos sensibles esta complicidad en el sentido profundo de la justicia, esta amistad viril y austera mantenida con miradas fugaces, temas discretos y entrañables cuya responsabilidad es necesario atribuir a Fred Zinnemann. (Jean-José Richer en Cahiers du Cinéma, nº 34 de abril de 1954)

Una película así desperdiciada no está lejos de ser una película despreciable. (Louis Seguin en Positif nº 10 de mayo de 1954)

Basada en la novela de James Jones que también inspiró la serie televisiva homónima, éste es lo que los franceses llaman un "film-vedette". Con sus ocho Oscars a cuestas y la aureola de escándalo sensacionalista que rodeó su estreno, en su momento fue muy considerado. Con todo, hoy en día se ve reducido a un melodrama bien construido aunque con una enojosa tendencia al exceso. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 17 de abril de 1954.

Reparto: Burt Lancaster, Montgomery Clift, Deborah Kerr, Frank Sinatra, Donna Reed, Ernest Borgnine, Philip Ober.





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