jueves, 26 de octubre de 2017

Se7en (1995). David Fincher


El veterano teniente Somerset (Morgan Freeman), del departamento de homicidios, está a punto de jubilarse y ser reemplazado por el ambicioso e impulsivo detective David Mills (Brad Pitt). Ambos tendrán que colaborar en la resolución de una serie de asesinatos cometidos por un psicópata que toma como base la relación de los siete pecados capitales: gula, pereza, soberbia, avaricia, envidia, lujuria e ira. Los cuerpos de las víctimas, sobre los que el asesino se ensaña de manera impúdica, se convertirán para los policías en un enigma que les obligará a viajar al horror y la barbarie más absoluta.

"Sombría, desasosegante. Guión turbio e inteligente. Las escenas de acción no son un pegote comercial y funcionan magistralmente. Sus imágenes perviven en la memoria." (Carlos Boyero: Diario El Mundo)

 "'Seven', un thriller oscuro, espeluznante, aterrador e inteligente, puede ser demasiado perturbador para mucha gente, supongo, aunque si puedes soportar su visionado, contemplarás cine de altísimo nivel." (Roger Ebert)

Ningún cineasta ha renovado el thriller contemporáneo como David Fincher. En 'Zodiac' subvertía la esencia del procedimental para demostrar que una investigación pormenorizada, obsesiva y que se alarga en el tiempo a veces desemboca... en nada. Unos años antes, ya había cargado de ambiente malsano la típica buddy movie de policías que tienen que atrapar un asesino en serie en 'Seven'. Ya desde los influyentes títulos de crédito de Kyle Cooper (fotografiados por el malograda Harris Savides), en 'Seven' se palpa un clima enfermizo. Al contrario de otros thrillers donde tota la maldad e inquietud se concentra en la figura del asesino, Fincher tiñó, a la manera del noir clásico, toda la película de un desencanto existencial: la ciudad hostil, la lluvia que cae constantemente, la agresividad que desprenden los crímenes, la podredumbre que pretende destapar el matarife... todo conduce a que... (Sensacine)

La trama es prácticamente inexistente, reduciéndose a los golpes de efecto y “cabriolas” criminales, cada vez más truculentas, eso sí, con las que nos sorprende el psicópata de turno; los personajes no sobrepasan el simple y visto estereotipo, quedando reservadas la contención y la pose sabia para el más mayor, y la impulsividad y las meteduras de pata para el más joven (aún no sé qué diantres pinta en la historia el personaje de Gwyneth Paltrow, al margen de su escabroso “protagonismo” final); y, para colmo de males, el guión trata de paliar sus evidentes deficiencias, a base de una impostada intelectualidad muy típica de Hollywood, que cree que con aludir superficialmente a Dante y a Geoffrey Chaucer, ya está dándole mayor entidad a lo narrado. (Esculpiendo el tiempo)

El film de David Fincher se convierte en una obra cinematográfica de primera magnitud gracias a un fenomenal guión de Andrew Kevin Walker traspasado visualmente con acierto a través de una relente atmósfera urbana con influencias góticas llena de claroscuros (destacado trabajo fotográfico de Darius Khondji), una exposición desarrollada con progresivas dosis de inquietud que culmina con un efectivo y efectista final, y unas estupendas interpretaciones de la pareja detectivesca en busca de asesino en serie Morgan Freeman y Brad Pitt, muy distinta en registros pero ambas sobresalientes. (Aloha Criticón)

Los realizadores se apegan a su visión con tal dedicación y persistencia que surge algo indeleble, algo ética y artísticamente superior a El silencio de los corderos, que se niega a explotar el sufrimiento por diversión o entretenimiento. (Jonathan Rosenbaum)

Un film glauco, nihilista y deprimente. (Bill Krohn en Cahiers du Cinéma)

Esta búsqueda del efecto a cualquier precio garantiza la calidad del espectáculo al mismo tiempo que traza sus límites. (Philippe Rouyer en Positif)

'Seven' no aguanta un análisis detallado o naturalista del guión. Hay muchas cosas inverosímiles o simplemente incoherentes. Pero de esa incoherencia saca Fincher la materia prima para hacer un cine en el que alterna momentos de ritmo lento e intimista, con secuencias trepidantes, sin que entre unas y otras haya una fractura, sino una continuidad absolutamente lógica. (Nuria Vidal en Fotogramas)
 
Película estrenada en España el 10 de enero de 1996.

Reparto: Brad Pitt, Morgan Freeman, Gwyneth Paltrow, Kevin Spacey, R. Lee Emery, Richard Roundtree.


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