viernes, 15 de julio de 2016

Fort Apache (1948). John Ford


Terminada la Guerra de Secesión (1861-1865), el general Owen Thursday, tras ser degradado, es enviado a Fort Apache en calidad de coronel para hacerse cargo del mando. El fuerte, situado en medio del desierto de Arizona, es un puesto militar fronterizo cuyos soldados están curtidos en la lucha contra los apaches mescaleros.

El desarrollo del relato se apoya en gran medida en la confrontación de contrarios. En este sentido cabe hablar de la contraposición que se da entre el teniente coronel y el capitán, la mentalidad práctica del Oeste y el rigorismo formalista del Este, la vida de cuartel y la familiar, las marchas en formación de la Caballería y los bailes de salón, etc. El film describe con gran eficacia y satisfactoria economía de medios la vida cotidiana en el cuartel de oficiales, suboficiales, clase de tropa, reclutas y familiares (esposas, hijos, sirvientas…). La obra muestra la notable capacidad narrativa del realizador, que se advierte a través de la acertada selección de detalles significativos que muestra, capaces de decir muchas cosas al espectador (imagen religiosa, biblia, colgador de prendas de vestir…) y del excelente uso que hace del lenguaje no verbal (gestualidad), del vigor expresivo que caracteriza el diseño y la composición de numeroso encuadres. Me parece magnífico el fotograma que desde el interior de la casa de los padres del segundo teniente Michael O’Rourke (Agar) muestra un exterior luminoso a través de la puerta de entrada y de la ventana abiertas de par en par). Aligera el relato un salpicado abundante de humor deliciosamente jovial. (Miquel en Film Affinity)

El maestro John Ford describe los sentimientos como nadie lo ha hecho. Sostiene un plano para retener un gesto, una mirada que suple a cientos de palabras, utiliza los escenarios y sus elementos de manera asombrosa, concede el ritmo necesario a la acción, conexiona diálogo e imagen como método descriptivo de manera siempre efectiva y concede profundidad a unos temas que definen a un hombre lleno de humanidad y respeto social, ejemplificado en la consideración y casi homenaje (por el comportamiento injusto de Owen hacia ellos) en el gratificante tratamiento al pueblo apache. (AlohaCriticón)

Fort Apache, denostada en su momento por la crítica pero apreciada inmediatamente por el público, es ahora reconocida como una obra maestra del maestro de directores. En ella podemos deleitarnos con su amor por la naturaleza rodando en espacios abiertos. Conjuga así los grandes planos, como los del regimiento de caballería atravesando Monument Valley, con los interiores en los que su reconocida capacidad de composición le permite llenar la escena de personajes sin mostrar apelotanamiento. En definitiva, una obra imprescindible para los amantes de los westerns y, especialmente, del buen cine. (Juan Sanchís en Rosebud)

John Ford inició con este film su conocida “Trilogía de la caballería”, integrada además por La legión invencible y Río Grande. El personaje de Thursday estaba inspirado, obviamente, en el general Custer, muerto en la célebre masacre de Little Big Horn. El director empezaba a trabajar esa idea, que tendría su máxima expresión en El hombre que mató a Liberty Valance, de que la leyenda muchas veces ayuda más a la nación que los hechos reales. Por eso aseguraba que “al país le conviene tener héroes a los que admirar. Como Custer, un gran héroe.” (Decine21)

"El Sr. Ford nunca nos decepciona. Cada episodio, cada detalle del drama y de los personajes está realizado con firmeza y vigor." (Bosley Crowther: The New York Times)

Primera entrega de la famosa trilogía sobre la caballería, que se completaría con "La legión invencible" y "Río Grande", en la que se contrastan un majestuoso sentido de la épica con la lucidez de una reflexión sobre la inutilidad de ciertos heroísmos. A su impecable resolución formal debe sumarse la calidez de un tono narrativo que muy a menudo roza el lirismo. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 10 de febrero de 1949.

Reparto: John Wayne, Henry Fonda, Shirley Temple, Pedro Armendáriz, Ward Bond, George O'Brien, Victor McLaglen, Anna Lee, Irene Rich, Dick Foran, Guy Kibbee, Grant Withers, Mae Marsh, John Agar.


viernes, 8 de julio de 2016

Invasion of the Body Snatchers (1956). Don Siegel


En una pequeña ciudad de California empiezan a suceder cosas muy extrañas: el comportamiento de algunas personas cambia de tal manera que causa estupor e incluso miedo entre sus parientes y amigos.

La obra incorpora un relato inquietante, que pone de manifiesto una vulnerabilidad del género humano que sorprende y preocupa al espectador. Propone una incómoda tarea de exoploración de la identidad personal, ya que ésta no se puede definir en función de lo que uno piensa, recuerda, sabe y aparenta. Establece la posibilidad de que un poder arbitrario acabe sutilmente con la libertad de pensar, valorar y decidir de las personas, apoyándose en la insensibilidad y el conformismo. Para los problemas que sugiere no ofrece soluciones ni da esperanzas. Es memorable la escena en la que Miles pide ayuda en la autopista. (Miquel en Film Affinity)

Siegel aplica al film un ritmo perfecto e in crescendo, llegando a agobiar bastante al espectador, sobre todo en su tramo final. Y tratándose de un film de corte fantástico, rehuye en todo momento los golpes de efecto típicos del género, e incluso de la violencia, logrando todo con una atmósfera extraordinaria de puro terror. A ello contribuyen también las excelentes interpretaciones de todos su reparto, empezando por un sensacional Kevin McCarthy, que a partir de esta película se hizo bastante famoso, llegando a ser uno de los secundarios de lujo de los 70 y 80. A su lado, una primeriza Dana Wynter, aguantando muy bien el tipo. Un reparto de desconocidos, para lograr un mayor impacto en las audiencias, sin necesidad de que éstas tuvieran delante una estrella famosa. A modo de curiosidad, cabe citar que en la película aparece en un pequeño papel Sam Peckinpah, que era amigo de Don Siegel, quien logró meterle en el film, para el que además Peckinpah hizo una de las revisiones del guión. (Blog de cine)

Obra clave de Don Siegel y todo un clásico de la ciencia-ficción cinematográfica basado en la novela escrita por Jack Finney, quien fijando los hechos en una ocupación corporal por parte alienígena crea una alegoría sobre la deshumanización y la intrusión ideológica en una acomodaticia comunidad, habitantes de una época marcada por la paranoia anticomunista del senador Joseph McCarthy, a quien se critica con el ambiente arbitrario del poder que acosa a la gente con autonomía de pensamiento y ausente de la insensibilidad permanente en un pueblo conformista. (AlohaCriticón)

Daniel Mainwaring transformó el relato original del veterano autor de ciencia-ficción Jack Finney en una de sus sombrías visiones de la sociedad norteamericana, acosada por la paranoia urbana y una creciente histeria política. A pesar de algún que otro tropezón con los “cazadores de brujas” de Hollywood y de verse despedido de la RKO por Howard Hughes a causa de sus simpatías políticas, Mainwaring logró seguir escribiendo para el cine. (Pasión por el cine clásico)

Se puede tomar como final el momento en el que un enloquecido por el espanto y el dolor Miles se abalanza en medio de la autopista pidiendo ayuda y acaba topándose con lo que se encuentra. Un desenlace demoledor y demasiado oscuro y deprimente para la época. El productor Walter Wanger decidió que no era apropiado que todo terminara tan mal y por eso impuso el prólogo y el epílogo que dan un poco de luz a la que no deja de ser una de las invasiones más eficaces que hemos visto en el cine. Que nadie diga ni piense nada malo de Wanger: al fin y al cabo él fue el principal valedor de la película, quien eligió a Siegel para dirigirla y quien confió en un escritor tan reconocidamente de izquierdas, pareciera una broma macabra decir que sería objeto de la caza de brujas de McCarthy, como lo era el guionista Daniel Mainwaring. Lo genial de todo esto es que ese epílogo impostado no deja de resultar estupendo. La forma en que consiguen que lo imposible, el alucinado relato de Miles, de repente resulte verídico para los policías y el psicólogo que le escuchan descreídos es un toque maestro de guion. Sencillo y efectivo, tan perfecto que permite cerrar la película sin que nos importe que el verdadero final nos haya sido arrebatado. (José Luis Forte en Eam cinema magazine)

"Maravilloso clásico de la ciencia-ficción. Sobria y emocionante historia cortada a los patrones del más puro cine negro. Una cinta redonda y llena de calidad, un lujo en blanco y negro." (Fernando Morales: Diario El País)
Ejemplar e inquietante film de ciencia-ficción que se ha convertido en uno de los clásicos del género. La extrema simplicidad de los medios empleados no impide que se consiguiera un máximo de eficacia, con una inteligente estilización de sus componentes. Constituye una buena muestra de como la imaginación se impone siempre por encima de la espectacularidad. (Fotogramas)

Película estrenada por TVE el 10 de febrero de 1972 en el espacio Sesión de noche.

Título español: La invasión de los ladrones de cuerpos.

Reparto: Kevin McCarthy, Dana Wynter, Larry Gates, King Donovan, Carolyn Jones, Jean Willes, Ralph Dumke.

viernes, 1 de julio de 2016

Out of the Past (1947). Jacques Tourneur


Jeff Bailey, un antiguo detective, posee una gasolinera en un pequeño pueblo, donde lleva una vida tranquila y sencilla. Sus amores son la pesca y una joven con la que quiere casarse. Inesperadamente, recibe la visita de un viejo conocido que le anuncia que el jefe quiere verlo. Bailey se ve entonces obligado a contarle a su novia su turbio pasado.

El film suma cine negro, drama, intriga y thriller. Presenta una trama que se torna progresivamente compleja, en la que se dan cita los principales características del cine negro. Las atmósferas son opresivas, sombrías e inquietantes. En ellas palpitan la traición, la deslealtad, el chantaje, la venganza, el fraude, la mentira y la fatalidad. Los personajes, cada uno a su manera, encarnan manifestaciones del mal: el gángster elegante y de trato afable es un asesino implacable, la bellísima mujer fatal es codiciosa, destructiva y mata sin piedad, los esbirros del gángster matan por dinero. Son figuras oscuras, ambíguas, ambivalentes y retorcidas. Viven permanentemente angustiados y dominados por el peso de amenzas difusas, inconcretas e intangibles, pero insolubles e hirientes. El pasado siempre regresa para proyectar su sombra implacable de fatalidad y destrucción. (Miquel en Film Affinity)

Del mismo modo, la fotografía constituye una de las principales aportaciones que confieren calidad y majestuosidad a este filme noir. Su magistral utilización ayuda a potenciar los rasgos del cine negro que ya enunciamos al principio de esta crítica, y que se concretan en el juego de claroscuros (geniales los planos ambientados en Nueva York), las luces y sombras (a destacar la bellísima parte en Acapulco, donde la luminosidad del exterior contrasta con la ambientación sombría del interior de los cafés) y los primeros planos (irremplazable el rostro de Robert Mitchum capaz de expresar profundas emociones con sólo un gesto, sin duda uno de sus mejores trabajos). Los encuadres incluyen a los paisajes como unos protagonistas más de la historia, ya que describen el entorno en el que se desenvuelven los personajes y reflejan su estado de ánimo así como se erigen en verdaderos marcos pictóricos para cada uno de los planos, como si se tratara de pequeñas y sutiles postales que pretenden dejar en la memoria del espectador la magia de cada escenario. (Alvaro Esteve Ferrer en El espectador imaginario)

Desde la primera secuencia en el lago, vemos reflejado en el rostro de Jeff el signo de la fatalidad, como si fuera consciente de que más tarde o más temprano tendrá que enfrentarse a un pasado que acecha esperando el momento oportuno para reaparecer e impedir que pueda llevar una vida “normal”. No en vano, y tal como vemos en el mencionado flahsback (un flashback, no lo olvidemos, narrado desde el punto de vista del protagonista), Jeff es un personaje que intenta desesperadamente enterrar el recuerdo de su relación con Kathie, quintaesencia de la femme fatale, bajo el influjo de la cual el detective cae irremediablemente desde el primer momento que la encuentra (“Entonces la vi, y entendí por qué a White no le importaban los 40.000 pavos”). Poseído por este influjo, Tourneur imprime a este larguísimo episodio una aureola romántica (en el sentido más etimológico del término, referido a lo inefable, aquello que no se puede expresar con palabras) que confiere a sus imágenes esa atmósfera onírica antes referida. Sirva como ejemplo la extraordinaria secuencia nocturna de Jeff y Kathie en la  playa, en la que los personajes manifiestan su pasión bajo la luz nocturna de la luna, entre amenazantes redes de pesca que parecen sugerir la fatalidad que el destino les depara (secuencia que contrasta con la anterior de Jeff y Ann en el lago, de una luminosidad radiante y formalmente mucho más apacible). (David Vericat en Cine esencial)

Puede parecer una razón demasiado subjetiva, pero como exponente del cine negro que es, ‘Retorno al pasado’ desprende los tópicos que hicieron irrepetible al género en los años cuarenta: diálogos lacónicos y afilados, violencia latente, muerte tras muerte, contrastes entre la inocencia del mundo rural –de nuevo personificada en la novia de Mitchum– y la diabólica ciudad, que corrompe a los personajes hasta hacerles cometer todo tipo de actos abominables. Como dice José Antonio Hurtado en el libro ‘Gun Crazy’ (T&B Editores, 2005), la película provoca un malestar general difícil de expresar con palabras. A fin de cuentas, el gran cine es sentimiento. (Víctor Guerrero en El criticón9

"Una de las cimas incontestables del cine negro de los cuarenta. El realizador crea unos personajes rotundos y ambivalentes, entre los que destaca un impactante retrato de femme fatale, bajo los rasgos de Jane Greer, que destruye a todo aquel que se le acerca. Una historia alambicada, de innumerables lecturas. Imprescindible." (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
 
Memorable film negro que adaptó una novela que Daniel Mainwaring publicó con su habitual seudónimo: Geoffrey Homes. A partir de una historia que tiene como constante la ambigüedad, Tourneur consiguió su obra maestra. La fascinación emanada de sus imágenes lleva emparejada una carga de ambivalencia moral que le confiere un poder irresistible. En 1984, Taylor Hackford realizó un olvidable remake: "Contra todo riesgo". (Fotogramas)

Película estrenada en España el 28 de abril de 1958.

Título español: Retorno al pasado.

Reparto: Robert Mitchum, Jane Greer, Kirk Douglas, Rhonda Fleming, Richard Webb, Steve Brodie, Virginia Huston, Paul Valentine.