Durante la Guerra de Corea (1950-1953), el teniente Benson (Robert Ryan) curtido en cien batallas intenta reunir a los supervivientes de su batallón y llevarlos al cuartel general. Por otra parte, el hostil y poco respetuoso sargento Montana (Aldo Ray), pertenecienet a otra compañía quiere conducir a su coronel, agotado por el combate, a un sitio seguro.
Intensísima cinta antibélica, de pulso electrizante y magnífico reparto, que ahonda en los aspectos más duros de la guerra. El vibrante blanco y negro y la inolvidable relación entre un subordinado y su superior catatónico son sólo algunos de los contundentes argumentos de una película de la que pueden rastrearse huellas en el más reciente cine bélico, como "Salvar al soldado Ryan" o "La delgada línea roja". (Daniel Andreas)
La película es un drama bélico, de aires documentalistas, apoyado en un relato crudo y desgarrador. La acción evita artificiosidades, adornos y concesiones. Hace uso de una estética realista, que presta atención a los momentos de temor, miedo, terror y pánico de los soldados, sus reacciones naturales, su fatiga y extenuación, la camaradería y el coraje que demuestran, sus momentos de aturdimiento, desconcierto y descontrol, la muerte que les amenaza, la tensión que provoca un enemigo sanguinario, sigiloso, invisible y próximo. El teniente se irrita por la precipitación con la que el sargento Montana mata a presuntos enemigos, sin las debidas cautelas. En repetidas ocasiones ha de recordarle que los enemigos, también, son personas humanas. No se habla de ideales, no se justifica ni condena la guerra y no se enardecen los ánimos con patrioterismos. La jornada transcurre como un retazo de la vida de unos protagonistas, movidos sólo por el instinto de supervivencia, al límite de la resistencia física y emocional. El brillante realismo convierte la obra en antecedente de "Platoon", "La delgada linea roja", "Salvar al soldado Ryan", etc. (Miquel en Film Affinity)
“Contarme la historia de un soldado raso y os contaré la historia de todas las guerras”. Esta frase, justo a continuación de los créditos, sirve de arranque para “La Colina de los diablos de acero”. Anthony Mann nos avisa con este desbarre que la película que vamos a presenciar no va a ser “una de guerra” convencional como las que se estilaban en los años precedentes. Con “Men in war”, el género se hace mayor, más real y humano como lo demuestran distintas secuencias donde los personajes recogen fotos de las familias de los enemigos que acaban de matar. Pero también se hace más crítico. Robert Ryan llega a decir “El batallón no existe, el regimiento no existe, Estados Unidos no existe, somos los únicos que seguimos luchando en esta guerra”. Este claro alegato antibelicista de Mann, refleja lo que la guerra de Corea significaba para los americanos en comparación con la recién acabada Segunda Guerra Mundial. Y es que el film es un claro precedente de las cintas bélicas que comenzaron a rodarse sobre la guerra del Vietnam en décadas posteriores. (AlohaCriticón)
Por otro lado, sorprende que un film con un mensaje tan marcadamente antibélico pudiera realizarse en plenos años 50. Aunque la (terrible, realmente terrible) canción heroica que se oye al final en los créditos intenta darle algo de epicidad a lo que hemos visto, difícilmente puede engañarnos: Mann nos ha mostrado a hombres muriendo por algo abstracto e intangible, no tenemos la sensación de que estén haciendo algo por su país ni de que crean en lo que hacen. La misión suicida final parece haberse llevado a cabo más por inercia y porque no les quedaba otra alternativa que por convicción. El único de todos ellos que parece tener una clara motivación es Montana, y ésta era huir de la guerra con el Coronel. (El gabinete del doctor Mabuse)
Uno de los innumerables films que generó la guerra de Corea, y uno de los mejores. Su argumento resume casi todas las convenciones del género, en un extracto realmente hábil. Sin embargo, su principal valor reside en el vigor de la acción, que Mann condujo con singular talento. Alterna sagazmente los momentos muertos, donde se crea una progresiva tensión, con los estallidos de violencia. (Fotogramas)
Título español: La colina de los diablos de acero.
Reparto: Robert Ryan, Aldo Ray, Robert Keith, Vic Morrow, James Edwards, L.Q. Jones, Philip Pine, Scott Marlowe, Nehemiah Persoff.
Secuencia de la película en:
https://www.youtube.com/watch?v=Hcj0LnTlosI
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