viernes, 20 de junio de 2014

Miracolo a Milano (1951). Vittorio De Sica


Totó es un bondadoso huérfano que vive, igual que otros muchos desharrapados, en un mísero barrio de chabolas en las afueras de Milán. Cuando en los terrenos donde viven se descubre petróleo, Totó, tan ingenuo como bienintencionado, decide enfrentarse al poderoso señor Mobbi, el dueño del suelo. Aunque contiene elementos fantásticos, constituye con "Ladrón de bicicletas" y "Umberto D." la gran trilogía neorrealista de De Sica.

Tal vez lo más destacable del film, teniendo en cuenta que la historia en sí no da para más, sea el retrato descarnado de las ciudades europeas sumidas en la crisis más absoluta tras la contienda bélica. Ciudades y personajes sobrevivientes al horror, a la carencia, al vacío, cuyo único asidero es la fábula en forma de personajes mágicos con poderes para poner las cosas en su sitio y sobre todo para darles a los poderosos su medicina. Película para pasar un rato muy divertido y pensar sobre el valor de la sinceridad y la bondad. (Goiano en Film Affinity)

Adaptación de una novela de Cesare Zavattini que, de alguna manera, proponía un cruce entre el cine de Frank Capra y la ortodoxia del neorrealismo. Montada como una fábula donde los pobres vencen a los ricos gracias a intervenciones sobrenaturales, su dimensión estrictamente social es muy inferior a su encanto ingenuista. El tiempo se ha encargado de diluir su carga presuntamente corrosiva, dejando sólo su agradable aspecto fabulador. (Fotogramas)

Título español: Milagro en Milán.

Reparto: Francesco Golisano, Emma Grammatica, Paolo Stoppa, Brunella Bovo.


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