martes, 9 de enero de 2024

Senderos de gloria (Paths of Glory, 1957). Stanley Kubrick


Primera Guerra Mundial (1914-1918). En 1916, en Francia, el general Boulard ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana (el Hormiguero) y encarga esa misión al ambicioso general Mireau. El encargado de dirigir el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un infierno, y el regimiento emprende la retirada hacia las trincheras. El alto mando militar, irritado por la derrota, decide imponer al regimiento un terrible castigo que sirva de ejemplo a los demás soldados.

Prácticamente, la película es el fallido ataque al “hormiguero” y los enfrentamientos verbales de los soldados, oficiales y jefes franceses. Kubrick cuida al máximo los detalles que marcan los dos mundos: el de los que mandan y el de los mandados. El campo de batalla, las trincheras, cubiertos de restos, con hombres aterrorizados, gritando y muriendo, de un lado. Y del otro, el exquisito ambiente del Castillo donde está instalado el Alto Mando. La demagogia es evidente, pero no por ello deja de ser eficaz, provocando una reacción en el espectador contra el mando militar, en el que el coronel Dax es la encarnación del jefe ideal, sereno, valiente y estrechamente identificado con sus hombres, y que por ello mismo es, al final, sacrificado. (Pedro Crespo en ABC del 20 de octubre de 1986)

El director esgrime hechos más que palabras, documenta con la maniática precisión que le es preverbial los gestos del ritual castrense —la visita de Mireau a las trincheras (en un “travelling” célebre), los pormenores del consejo de guerra, el ceremonial alucinante de la ejecución en los jardines de un hermoso palacio—para revelar su absurdo delirante. Parece, en suma, que Kubrick aprendió del Buñuel de “Tierra sin pan” que no hay arma agresiva tan poderosa como la frialdad documental. La retórica no asoma la nariz hasta el último momento, cuando los soldados franceses corean la canción torpe de la prisionera alemana (de la cual pretendían burlarse), puesta sin duda para devolver la fe en la humanidad al público, al protagonista y tal vez al mismo director. (José Luis Guarner en La Vanguardia del 22 de octubre de 1986) 

Título clave dentro del cine antimilitarista, en el que se ilustra un supuesto episodio de la Primera Guerra Mundial, extraído de un relato de Humphrey Cobb. En una línea similar a "Rey y patria", de Joseph Losey, se dedica a diseccionar los valores que conforman la mentalidad castrense, desvelando su carácter irracional. Todo ello se consigue a través de una narrativa que combina el sentido de la tensión con una generosa emotividad. (Fotogramas)

En uno de sus trabajos más redondos, Stanley Kubrick reconstruye un oscuro episodio real, recogido en una novela de Humphrey Cobb. Prohibida por el gobierno francés de la época, realiza un sentido alegato contra los horrores de la guerra, al tiempo que reflexiona sobre el idealismo, la justicia, la insubordinación y el valor de la vida humana. (Decine21)

Es imposible ver ‘Senderos de gloria’ y que algo no se altere por dentro de uno. Remueve conciencias y estampa la verdad en la cara sin concesiones ni florituras de ningún tipo. Kubrick siempre declaró que era una película que hablaba de sentimientos y ésa es precisamente una de sus virtudes. Cine visceral en forma y contenido salido del fondo del alma. Puede que el término “obra maestra” se use a veces con demasiada alegría, pero en el caso de ‘Senderos de gloria’ creo que esas palabras se quedan cortas. (Alberto Abuín en Espinof)

"Paths of Glory" fue la película con la que Stanley Kubrick entró en las filas de los grandes directores para no abandonarlas jamás. Cuando entrevisté a Kirk Douglas en 1969, la recordó como la cumbre de su carrera como actor: "Hay una película que siempre será buena en los años venideros. No tengo que esperar 50 años para saberlo; lo sé ahora".Tiene una economía de expresión que es casi brutal; es una de las pocas películas narrativas en las que se siente la ira al contarla. Samuel Fuller, que luchó en la Segunda Guerra Mundial, la recordó en "The Big Red One" con nostalgia por la camaradería de su unidad. No hay nostalgia en "Paths of Glory". Sólo pesadilla. (Roger Ebert)

En cuanto al significado de la película, llega a un punto no concluyente. Su demostración de la injusticia es como una muestra dentro de una botella en un museo médico. Es grotesca, espantosa, nauseabunda, pero tan enmarcada y aislada que, cuando sales, te quedas con la sensación de que sólo has sido testigo de un incidente horriblemente extraño. (Bosley Crowther en The New York Times del 26 de diciembre de 1957)

Esta obra maestra todavía tiene un gran impacto, aunque nada en ella es tan simple como puede parecer a primera vista; el público todavía está discutiendo sobre la secuencia final, que se ha caracterizado por ser de todo, desde una evasión sentimental hasta el giro cínico definitivo. (Jonathan Rosenbaum)

Si bien el tema está bien manejado y representado en una serie de caracterizaciones sobresalientes, parece anticuado y resulta sombrío en la pantalla. (Variety)

Kubrick nos ofrece sólo una escena de batalla, y es sombría. La mayor parte de la película trata sobre las diferencias de clase entre los oficiales, que trabajan en un espléndido castillo, y los hombres insomnes, cubiertos de barro. La retórica sardónica puede ser un poco pesada a veces, pero la película es contundente y desdeñosamente brillante. (David Denby en The New Yorker)

Recordaremos (…) una bonita simplificación del trazo y sobre todo un cierto ritmo martilleado muy atractivo, una velocidad frenética y, reconozcámoslo, un aliento cinematográfico. (R.L. en Cahiers du Cinemá n° 82 de abril de 1958)

Pintura exacta de la vida en las trincheras, servida por un estilo incisivo y nervioso. (Fréderic Vitoux en Positif nº 143 de octubre de 1972)

La fascinación de Kubrick por la capacidad del individuo o de sus instituciones para provocar, a través de sus errores, la ruina de éstas, difícilmente podría encontrar un objetivo mejor que el ejército. (Benoit Smith en Critikat.com)

Película estrenada en Madrid el 13 de octubre de 1986 en los cines Roxy A y Renoir; en Barcelona, el 15 de octubre de 1986 en los cines Alcázar y París. 

Reparto: Kirk Douglas, Ralph Meeker, Adolphe Menjou, George MacReady, Wayne Morris, Richard Anderson, Joe Turkel, Timothy Carey, Christiane Harlan.

1 comentario:

  1. La peli es un prodigio de técnica, con unos planos en travelling de las trincheras que recorre la cámara de un lado para otro, que son fantásticos.
    Un film ausente de toda épica y que nos viene a decir que en una guerra no hay vencedores, ni vencidos, porque todos son perdedores.

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