martes, 6 de agosto de 2019

Ágora (2009). Alejandro Amenábar


En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del mundo antiguo, sin percibir que su joven esclavo Davo se debate entre el amor que le profesa en secreto y la libertad que podría alcanzar uniéndose al imparable ascenso del Cristianismo.

Tal vez, ahora el espectador cristiano podría sentirse maltratado, pero en realidad no es el cristianismo actual lo que combate esta película, sino el radicalismo, el fanatismo racial, territorial, sectario o religioso...Y tergiversar el auténtico sentido de «Ágora» por razones de secta, ideología o religión solamentele dará la razón a la sustancia de la película: casi dos mil años después, aún sirven las mismas piedras para tirárselas a los demás. Quedarse en eso, o en si se aleja o se acerca la cámara a las estrellas, es como querer tocar el piano con los codos. (E. Rodríguez Marchante en ABC del 9 de octubre de 2009)

Amenábar transforma sus inquietudes en cine,y esas inquietudes ¡son tantas! No, el Ágora de Amenábar no es fría; si acaso es grande, prolija, desdibujada. Pero también es emotiva y sentida.Un acto de amor al conocimiento. Un ejercicio de cine mayúsculo, de ese que es capaz de transformar las frías ideas en sentimientos que arrasan el corazón. Como sólo sabe hacer el buen cine. Como sólo se atreve, por aquí, a hacer Amenábar. (Salvador Llopart en La Vanguardia del 9 de octubre de 2009)

Si le quitamos el hábil, incluso emocionante macguffin que es el descubrimiento del movimiento de los planetas (ahí es nada construir una película comercial sobre una idea así), lo que queda de Agora es una incendiaria, firme y necesaria crítica del fundamentalismo religioso, se vista con los ropajes que se vista. (...) Brillante cuando se propone el espectáculo, cerebral cuando aborda su aparente tema-coartada, minuciosa en su reconstrucción histórica y emocionante cuando todo se precipita, Agora es una nueva y reconfortante sorpresa más en la larga e inusual carrera del más ambicioso de los directores de nuestro cine. (Mirito Torreiro en Fotogramas)

En esta película todo lo estelar juega en contra de Amenábar. No solo se trata de uno de sus filmes más aburridos, sino que además todo queda sepultado bajo su apariencia fastuosa, bajo ese diseño de producción que ya no se erige en copia ni en "wanna be", sino que directamente ha borrado todo signo de personalidad introduciéndose de lleno en el aparato hollywoodiense. (Cristina Álvarez en Sensacine)

Su defensa racionalista de la ciencia y de la tolerancia, que encarna la protagonista de la historia, se manifiesta en una situación histórica sumamente compleja que será difícil que el público sin formación histórica pueda comprender. De ahí que la perplejidad sea la reacción dominante ante esta película. (Jorge Collar en Decine21)

En su aspecto narrativo la película muestra el talento de Amenábar como creador de imágenes de cierta significación emocional, aunque se subraye demasiado y bordee el esteticismo de tarjeta postal. (Antonio Méndez en AlohaCriticón)

Los objetivos nobles y una actuación apasionante de Rachel Weisz no pueden salvar a Ágora de su guión confuso, actuación desigual y montaje entrecortado. (Rotten Tomatoes)

Fui a ver Ágora esperando una epopeya con espadas, sandalias y sexo. Encontré espadas y sandalias, algunas opiniones inesperadas sobre el sexo y mucho más. (Roger Ebert)

Los escépticos y los laicos también necesitan historias de martirio y actos entusiastas de predicación cinematográfica. (A.O. Scott en The New York Times)

Ágora es un trabajo híbrido y político, asumido como tal. (Florent Fourcart en Positif)

De la lucha contra el machismo, el arribismo y la intolerancia no subsiste más que una mezcla confusa y disparatada teñida a veces de erotismo descafeinado. (Thierry Méranger en Cahiers du Cinéma)

Ágora es un peplum intelectual. Esta aspiración le da a la película un ritmo extraño, que trata de conciliar el debate y los combates, el diálogo y el espectáculo. El resultado a menudo es torpe, pero casi siempre es interesante. (Thomas Sotinel en Le Monde)

Película estrenada en España el 9 de octubre de 2009.

Reparto: Rachel Weisz, Max Minghella, Ashraf Barhom, Oscar Isaac, Michael Lonsdale, Rupert Evans, Homayoun Ershadi, Richard Durden, Sami Samir.

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