Musical de la RKO que tuvo un gran éxito de público, además de ser nominada al Oscar a la mejor película. Guy Holden, un célebre bailarín americano, está de viaje por Europa en compañía de su amigo y abogado Egbert. Camino de Inglaterra, un incidente en la aduana francesa le hace conocer a Mimi Glossop, que viaja con su tía. En Londres vuelve a tener un encuentro casual con ella. Guy queda profundamente enamorado de Mimi, sin saber que se trata de una mujer casada, en proceso de divorcio, cuyos trámites está llevando el propio Egbert. Guy, Egbert, Mimi y su tía volverán a coincidir en un hotel de la costa en el que se van a producir una serie de equívocos.
El crítico del New York Times, Andre Sennwald (16 de noviembre de 1934) dijo sobre la película: "Al igual que la despreocupada pareja de Rogers y Astaire, La alegre divorciada es alegre en su estado de ánimo e inteligente en su enfoque. Para humor secundario, están Alice Brady como la tía habladora; Edward Everett Horton como el confuso abogado ... y Erik Rhodes ... como el falso amante excitable, quien se enorgullece de su habilidad y se opone a la interferencia externa. "Todos ellos, más el Continental, ayudan a hacer que la nueva película sea la fuente de una buena cantidad de inocente alegría".
Un aspecto interesantísimo de este film: su presentación, resuelta con elegancia y lujo, pero sin barroquismos. Se pasa de la acción estricta a sus escenas coreográficas con naturalidad, con ingeniosa naturalidad. Ahí está la danza “Continental”, magnífica en cuanto a su ejecución, a la que se llega sin violencias, sin que la acción pierda unidad ni intensidad. (Alberto Gracián en La Vanguardia del 5 de octubre de 1935)
Mark Sandrich (…), un realizador excepcional, tan consciente, que supedita todos los factores del éxito al exclusivo lucimiento de la imagen y elimina todo aquello que, por tener su peculiar medio expresión en otras manifestaciones artísticas, resulta extraño para la cámara. (…)
Escenario, montaje, fotografía, diálogo, todo medido, todo preciso, sigue un ritmo de danza, ritmo que no falta nunca, porque la música, aunque no siempre la perciba el espectador, está siempre en el celuloide, para convertirse en visualidad, de maravilla, al llegar a la pantalla. (Antonio Barbero en ABC del 11 de octubre de 1935).
Bastante divertida, en especial gracias al personaje secundario interpretado por un espléndido Erik Rhodes, la película “The Gay Divorcee” está dirigida con admirable funcionalidad por Mark Sandrich (asiduo colaborador de Astaire y Rogers en otras maravillas RKO como “Sombrero De Copa” o “Sigamos La Flota”) y es un ligero y muy disfrutable espectáculo cómico-musical. (AlohaCriticón)
Sin duda la ejecución del Night and Day de Porter se eleva como un tótem sublime de la historia del cine. Su puesta en escena es sencillamente impecable, rodada en grúa en un único escenario que parece más grande de lo que es gracias a los movimientos de cámara lentos pero seguros de Sandrich. Pocos cortes y mucha secuencia que demuestra las horas de ensayo y trabajo para una conclusión de matrícula de honor en la que no se atisban fallos de sincronización. (Cine maldito)
Uno de los musicales más celebrados de la popular pareja que formaron Fred Astaire y Ginger Rogers, con una consistencia superior a otros vehículos suyos. Con coreografía de Dave Gould y canciones de Cole Porter, contiene momentos musicales tan conocidos como "Noche y día" o "El continental". Estos alicientes para los aficionados al género se completan con una estructura tan elemental como eficaz. (Fotogramas)
Reparto: Fred Astaire, Ginger Rogers, Alice Brady, Edward Everett Horton, Erik Rhodes, Eric Blore, Betty Grable.
Película estrenada en España el 4 de octubre de 1935 (Cine Astoria, Barcelona; Cine Avenida, Madrid)
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