Flamarion es la gran atracción de un espectáculo de Music Hall. Su bella ayudante es una mujer casada, que se enamora de un acróbata, pero intenta seducir a El Gran Flamarion para que mate a su marido y poder huir con el acróbata. Cuando El Gran Flamarion descubre el engaño, la busca para acabar con ella.
Los personajes del film son seres atormentados, que se mueven por celos, engaño, fraude, manipulación, deslealtad y traición. De modo sutil, pero intenso, el ambiente de la obra está saturado de sensualidad, erotismo, adulterios, deseos reprimidos, amores despechados, sexo en solitario y sexo con animales (Cleo). La protagonista, Connie, mantiene relaciones amorosas con el marido, Flamarion y Eddie, en una versión de ninfa maligna, que desea la eliminación de uno y la desparición de otro. No sólo la pasión y los instintos impulsan el comportamiento de Connie, también la mala fe, la maldad, el chantaje, la extorsión y la inducción al asesinato. Flamarion hace las veces de narrador en flashback, que con un flash sobre el final, hecho de dos disparos y un grito de mujer fuera de plano, suscita el interés del público desde el primer momento. (Miquel en Film Affinity)
Sin ser el film más memorable de Anthony Mann, el cineasta entrega algunos pasajes memorables, exprimiendo el talento de Erich von Stroheim como intérprete de personajes decadentes, en la escena de la espera interminable de su amada. (Decine21)
Esta pequeña gran película está muy subestimada dentro de la filmografía de Anthony Mann, como casi toda su etapa negra, minorada al lado de sus monumentales obras en Cinemascope o de su serie de westerns con James Stewart como protagonista. Sin embargo, en esta cinta explora ya la naturaleza obsesiva y traumatizada de los antihéroes de su cine, esos hombres que encuentran en la violencia y en la venganza el objetivo, la finalidad que da sentido a sus vidas, y cuyo cumplimiento hace que ya no importe ni el cuándo ni el dónde de su final. (39 escalones)
Lejos de su espectacular forma de rodar, por la que se haría famoso, Mann se encierra en decorados claustrofóbicos y utiliza las luces y las sombras de forma sorprendente. Algunos ejemplos: cuando nos presenta a los personajes del drama, el número de tiro resulta ser un mal presagio de lo que iba a suceder en realidad; o mientras Connie habla con Flamarion –al que engaña-, podemos ver, detrás de ellos, las sombras de la actuación de un equilibrista encima de su monociclo, un equilibrista que acaba de formar parte de la colección de Connie. (Ethan en Muchocine)
Adaptación de una novela de Vicki Baum, en la que se plantea un melodrama pasional ambientado en el mundo del espectáculo. Toda su acción se centra en torno al torvo personaje que encarna Erich von Stroheim, cuya esforzada interpretación cae ocasionalmente en el exceso. Pese a sus influencias germánicas, la realización es esencialmente funcional. Film inédito en España. (Fotogramas)
La película es de dominio público.
Película estrenada en España por TVE el 18 de septiembre de 1990.
Título español: El gran Flamarion.
Reparto: Erich von Stroheim, Mary Beth Hughes, Dan Duryea, Steve Barclay, Lester Allen.
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