La cinta consta de dos partes cuyo único nexo es que son historias de amor en los dos extremos de la vida: la infancia y la senectud.
En la primera historia, que se presenta bajo el epígrafe de «Del rosa...», Guillermo, de doce años, está perdidamente enamorado de Margarita, de trece. Ambos pertenecen a la misma pandilla de niños de un barrio acomodado de Madrid. Guillermo sabe por sus amiguitas que a Margarita también le gusta él, y lo confirma jugando a las prendas cuando recibe un beso en la mejilla de Margarita, que había sido retada a besar al niño que más le gustara. Guillermo se pasa el día imaginando historias románticas en las que impresiona a Margarita, descuidando sus estudios. Está preocupado por ser pequeño y reza para crecer deprisa y convertirse en un hombre fornido y velludo digno de ser el novio de Margarita. Al llegar el verano se tienen que separar porque Margarita se va con sus padres a la playa y a él lo mandan a un campamento. Guillermo no olvida a Margarita durante este periodo, continúa pasándose el día pesando en ella y le escribe cartas de amor; pero en cambio Margarita conoce a un chico de 18 años y se hace su novia. Margarita le rompe el corazón a Guillermo cuando se lo dice y le devuelve la pulsera que éste le había regalado. Desconsolado Guillermo borra el nombre de Margarita del corazón que había dibujado en su libro de matemáticas, pero inmediatamente lo vuelve a poner, porque a pesar de todo sigue queriéndola.
La segunda historia, bajo el epígrafe «... al amarillo», trata de una pareja de ancianos, Valentín y Josefa, que viven en un asilo de ancianos ubicado en Toledo. Se quieren en secreto, mandándose cartas de amor a escondidas para que no se enteren las monjas que regentan el asilo. Un día Valentín decide escaparse del asilo y vivir una nueva vida y le pide a Josefa que lo acompañe, pero a Josefa le da miedo, le dice que es una locura y que no irá con él. Valentín dice que él no puede vivir así y que la esperará hasta la una de la madrugada por si cambia de opinión. La anciana se siente incapaz de acompañarlo y llora la pérdida de su amor, pero a la mañana siguiente comprueba con alegría que Valentín no la ha abandonado y que se ha quedado por ella, al verlo sentado en el banco de siempre en el patio.
Exitosa cinta del nuevo cine español surgido de las discutidas conversaciones de Salamanca y ópera prima de Summers.
Se trata de una película dividida en dos partes y edades: el amor en la adolescencia de Guillermo a Margarita, no correspondido por ésta; el amor de dos ancianos en un asilo, pero separados al haber una división entre hombres y mujeres. La película adquirió (y aún tiene) no poco prestigio, pero ha perdido la mayoría de la frescura y humor de su época. Así, ha quedado como un producto honesto y entretenido, que aporta una inocente y serena mirada al mundo del amor y su atemporalidad, pero de desarrollo monótono y reiterativo, dónde las canciones no suplen la falta de diálogos y dónde ese estilo documentalista de Summers no acaba de resultar todo lo valioso o irónico que quiere ser. Merece una nueva visión, no obstante. (Kafka en Film Affinity)
Película impregnada de esa tristeza humana y desoladora que caracterizan las primeras obras de Summers.(Cromatico en Film Affinity)
El primer largometraje de Summers ilustraba dos historias de amor en sus fases inicial y terminal: entre dos adolescentes y dos ancianos en un asilo. Su tono expositivo es de una contenida ternura, con los latiguillos de humor propios de su director. Es un film menor pero decididamente simpático que se sitúa entre lo mejor que su malogrado director filmara en su carrera. (Fotogramas)
Reparto: Cristina Galbó, Pedro Díez del Corral, José V. Cerrudo, Lina Onesti.
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