En plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un anciano militar británico rememora su larga y excitante vida. Su larga amistad con un colega alemán o su desobediencia a las ordenanzas para ayudar a una bella compatriota en apuros sólo son dos episodios de una experiencia personal inolvidable.
Antes de la majestuosidad cromática de dos clásicos indiscutibles como Narciso Negro y Las zapatillas rojas, el dúo formado por Michael Powell y Emeric Pressburger rodó este delicioso ejercicio de estilo que no se molesta en ocultar su naturaleza de obra coyuntural destinada a teorizar (con inusitada sensibilidad) sobre la necesidad del combate bélico cuando las circunstancias así lo exigen, pero siempre contemplado desde un punto de vista humanista y atendiendo a valores hoy tan caducos como son el honor, el valor y el respeto al prójimo. Esto puede sonar muy conservador o reaccionario, pero conviene insistir en que la película está rodada en 1943, justo en plena Segunda Guerra Mundial, por lo que la pertinencia de su muy complejo discurso resulta innegable. (Film Affinity)
La amistad de un militar inglés y otro alemán que se desarrolla en un período de cuarenta años (1902-1943). Partiendo de uno de estos planteamientos tan caros al cine británico, va adecuando la progresión narrativa a los acontecimientos históricos, alternando el registro dramático con el irónico. Los resultados son brillantes, pero no consiguen evitar una tendencia al exceso, sobre todo en su desmesurada duración. (Fotogramas)
Título español: Coronel Blimp.
Reparto: Roger Livesey, Anton Walbrook, Deborah Kerr.
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