jueves, 3 de marzo de 2022

Noé (Noah, 2014). Darren Aronofsky

En un mundo asolado por los pecados humanos, Noé, un hombre pacífico que sólo desea vivir tranquilo con su familia, recibe una misión divina: construir un Arca para salvar al mundo del inminente diluvio. Todas las noches tiene una pesadilla recurrente en la que puede ver la catástrofe provocada por ese diluvio, pero después el sueño termina con la reaparición de la vida en la Tierra.  

«Noé» no solo abruma como espectáculo, sino que aporta multitud de interpretaciones personales e incluso invenciones para vestir una trama que casi todos conocemos peor de lo que creíamos. Aronofstky, obsesionado con el personaje desde niño, le proporciona una personalidad completa, compleja, contradictoria y puede que incluso incómoda, con ramalazos de crueldad genocida. Y mientras Noé construye su arca, el director adorna la trama con elementos fantásticos, escenas de acción y hasta soluciones geniales para resolver la aglomeración animal. Sus miras son tan altas que, por lo bajini, se le escapa más de un detalle. El espectador puede revisar la letra pequeña o disfrutar la grandeza. (Federico Marín en ABC del 4 de abril de 2014) 

El arranque de Noé parece inspirado en Mad Max; en su mejores momentos la dura supervivencia de este señor obsesivo y de su dividida familia tiene cierto poder de conmoción, en los peores su estética me recuerda para mal la del videoclip de lujo, también la de la saga del Anillo. Russell Crowe tiene potencia interna y externa, es complejo, es creíble. Veo y escucho sin disgusto esta digna adaptación bíblica, pero al cabo de un tiempo consulto el reloj, un síntoma que siempre es revelador. (Carlos Boyero en El País del 4 de abril de 2014)

No, Aronofsky no es el Cecil B. DeMille de Moises. Su mundo es otro, más propio de El Señor de los anillos. Con monstruos de piedra, batallas épicas, traiciones y enamoramientos. Donde hay decisiones que tomar, no sabes muy bien por qué. Con más drama que lógica/logística -todo más Abraham, por lo del hijo y el cuchillo-, Noé se mueve como un torbellino por un mundo herido. El paisaje es apocalíptico, y la agitada cámara de Aronofsky atrapa ese mundo moribundo con -casi- la personalidad de El luchador y Cisne negro. Desmesurada y grandilocuente, tan enérgica y audaz como a veces boba, ni por un momento Noé resulta sosa. (Salvador Llopart en La Vanguardia del 4 de abril de 2014)

Con un sentido del espectáculo a la vez sofisticado y primitivo, esta síntesis de megablockbuster delirante y turbio dilema moral es un enérgico antídoto contra el orden racional dominante en la industria de la ficción, pero también víctima potencial de instrumentalización por parte de los integrismos. (Jordi Costa en Fotogramas)

Aronofsky renuncia al debate teológico y filosófico para alinearse con la interpretación menos polémica del texto, pero quizá sea interesante comprobar lo lejos que quedan los tiempos de Pi (1999): ambas películas hablan de la comunicación con Dios a través de la abstracción, pero ahora sus obsesivos protagonistas se pliegan ante las exigencias del mainstream falsamente espiritual. (Noel Ceballos en Fotogramas)

Aronofsky juega inteligentemente con la percepción del fanatismo religioso a ojos del espectador actual, y convierte el filme en un thriller de cámara en alta mar, en el cual la figura de Noé se desplaza de héroe a atormentado psicópata, una presencia extraña amenazadora incluso para su propia familia: las encendidas discusiones con su esposa Nameeh permiten un recital de primeros planos en los que brilla el dolor de Jennifer Connelly. Y aunque el conflicto se resuelve de forma piadosa, con las aguas volviendo a su cauce, la relectura del destino de Noé tras completar su propósito (alcoholizado, patéticamente desnudo y apartado de los suyos), resume eficazmente las semillas de inquietud que la película ha querido desperdigar en este cuento moral que lleva adherida la sombra de una obsesión. (Gerard Casau en Sensacine)

Lo que finalmente impresiona de Noé, incluso para aquellos de nosotros que no somos aronofskianos incondicionales, es el grado de fe inquebrantable sobre la que se ha construido esta empresa enormemente ambiciosa. (Jonathan Romney en Sight and Sound)

Al final, Noé no es sólo una historia que vuelve a la vida, con toda la grandeza reconferida, sino también una historia de personajes. Estamos a bordo del arca, lo sentimos, con un Noé real, su esposa real, incluso (aunque sea apócrifo) un Caín real. (Nigel Andrews en Financial Times)

Darren Aronofsky ha recorrido un largo camino desde su audaz ópera prima "Pi" hasta esta epopeya de 130 millones de dólares, pero el cineasta sigue siendo un original pensador y creador de imágenes. (Leonard Maltin)

Tanto una fantasía inspirada en el Antiguo Testamento como un recuento literal de esa historia, "Noah" logra combinar lo esperado con lo inesperado y lo hace con tanto gusto y energía cinematográfica que no querrás desviar la vista de la pantalla. (Kenneth Turan en Los Angeles Times)

"Noah" puede ser tonta o sublime, pero nunca deja de ser fascinante. Estuve a bordo de principio a fin. (Joe Morgenstern en Wall Street Journal)

Milagrosamente, Aronofsky ha gastado 130 millones de dólares de Hollywood en una película de arte visionario que nos pide que examinemos lo que creemos. En esta película defectuosa y ferozmente relevante, las maravillas nunca cesan. (Peter Travers en Rolling Stone)

"Noah" es ocasionalmente torpe, ridícula y poco convincente, pero casi nunca es aburrida, y tiene muy poco de la calidad cuidadosa y concisa que caracteriza a los espectáculos de acción y fantasía de los grandes estudios. (A.O. Scott en The New York Times)

Si el planteamiento en su tratamiento narrativo puede resultar desconcertante, esta impresionante odisea consigue funcionar a muchos niveles. Aparte de algunas inconsistencias y resbalones de guión, este viaje iniciático hacia un nuevo Edén (...) logra encontrar un equilibrio real. (Nathalie Dassa en L'Écran Fantastique)

El autor de "Black Swan" orquesta secuencias espectaculares a lo Peter Jackson, paisajes kitsch sacados de los bazares de Lourdes (...) Entre "300" y los films de Marvel, el proyecto místico de Aronofsky no se parece a ningún otro blockbuster. (Adrien Gombeaud en Positif)

Toda la cojeante belleza de "Noé" extrae su energía de esta contradicción: por un lado, un laborioso esfuerzo de credibilidad (adaptación de una leyenda bíblica al estilo de una película histórica); por otro, un desapego puntual e incongruente (convirtiendo una crónica de supervivencia familiar en una película de quimeras y pesadillas). (Louis Blanchot en Critikat.com)

Aunque es muy fiel a la Biblia, su visión resulta a la vez audaz e iconoclasta, atemporal e independiente. (Gérard Delorme en Première)

Darren Aronofsky tiene la buena idea de dar una dimensión realista a su epopeya apocalíptica (...). Sin embargo, esto no es suficiente para hacer olvidar un discurso verde un tanto insípido y una relectura de la Biblia no siempre juiciosa. Sin embargo, sigue siendo cine hermoso, elegante e intenso. (Barbara Théate en Le Journal du Dimanche)

Película estrenada en España el 4 de abril de 2014.

Reparto: Russell Crowe, Jennifer Connelly, Emma Watson, Douglas Booth, Logan Lerman, Ray Winstone, Anthony Hopkins, Nick Nolte.

1 comentario:

  1. La verdad es que muchos de los relatos antiguos, incluídos algunos de los que contiene la Biblia, pero que, como este, están presentes en otras civilizaciones, dan para mucho para quien tenga arte e imaginación a la hora de trasladarlos a la pantalla.

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