martes, 25 de septiembre de 2012

La caja 507 (2002). Enrique Urbizu



Modesto, un hombre honrado y trabajador, dirige una sucursal bancaria en la Costa del Sol. Un día, unos atracadores entran en el banco, revientan las cajas de seguridad y lo dejan atrapado dentro. Casualmente, al mirar el contenido de la caja 507, descubre que la muerte de su hija, ocurrida hace algunos años, no fue accidental. Del contenido de esa caja depende también la vida y la seguridad de Rafael, un ex-policía corrupto y sin escrúpulos, que tratará de recuperar esos documentos como sea.
"Una buena película. Un buen argumento, muy bien rodada, con Resines y Coronado absolutamente veraces" (Carlos Boyero: Diario El Mundo)
"Notable película (...) cautivadora (...) un guión de alta precisión y una dirección expertísima (...) que abren una vía enérgica e inédita al cine español (Ángel Fdez. Santos: Diario El País)
"Ilustre thriller español (...) un filme en el que sobresalen la precisión de una planificación inspirada, que sitúa cada elemento a la distancia y a la velocidad idóneas, y un relato dinámico, equilibrado con la emoción y razón de los personajes" (Alberto Bermejo: Diario El Mundo)
"Espléndido thriller, un devastador retrato de corrupciones y personajes al límite (...) El brío con el que el director acomete el relato se ha visto pocas veces en los últimos años en el cine español. Las interpretaciones de Resines y, en especial, un contundente y sobrio José Coronado redondean una película magnífica." (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)

Enrique Urbizu sigue apostado como francotirador de la modestia. Mientras muchos jovenzuelos quieren ser grandes autores con su primer corto, la experiencia y los logros no han servido a Urbizu para crecerse desde la posición del trabajador de serie B que tanto le gusta. Y ahora ha demostrado que desde su peculiar territorio, que nadie quiere ocupar con él, se puede triunfar y hacer una película que posee una mirada firme y consigue hacer del thriller y el género policíaco en el cine español algo creíble, serio, impactante. Un thriller en el que hay un atraco, corrupción política, mentiras y asesinatos, sin que la acción sea protagonista y dejando que la tensión acumulada y una minuciosa concatenación de acontecimientos se haga dueña de la película por encima de los habituales golpes de efecto y las imágenes explosivas. O sea, Urbizu recorre con seguridad el camino que hay entre Don Siegel y Jean-Pierre Melville, logrando que ese lenguaje seco, escueto, algo distante, poderosamente atractivo, de razón de ser a una trama insólita, con unos actores como el durísimo Jose Coronado, que aguantan el tipo sin pestañear. El banquero Modesto (el nombre de pila no es casual), inocente y de vida ordenada, se interna involuntariamente en un submundo de perversión que no le deja indemne, mientras va aflorando la España del chanchullo a gran escala, la costa de los gilygiles, el enriquecimiento rastrero. Nada folclórico, desde luego, más bien aterrador. Con detalles o frases demoledoras (la dedicada a la prensa es una perla) Urbizu y el coguionista Michel Gaztambide consiguen eso tan difícil que es contar la globalidad desde la experiencia personal y humilde, planteando interrogantes nada simples sobre la realidad de hoy. Y trazan el camino desolador de un héroe anónimo golpeado por la difusa frontera entre el bien y el mal. (Ricardo Aldarondo: Fotogramas)

Reparto: Antonio Resines, José Coronado, Goya Toledo.

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