miércoles, 27 de febrero de 2019

El hilo invisible (Phantom Thread, 2017). Paul Thomas Anderson


En el Londres de la posguerra, en 1950, el famoso modisto Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) están a la cabeza de la moda británica, vistiendo a la realeza y a toda mujer elegante de la época. Un día, el soltero Reynolds conoce a Alma (Vicky Krieps), una dulce joven que pronto se convierte en su musa y amante. Y su vida, hasta entonces cuidadosamente controlada y planificada, se ve alterada por la irrupción del amor.

Todo aspira a poseer un halo de misterio e interpretaciones múltiples. No es contagioso en mi caso. Los sofisticados personajes y su retorcida relación me desinteresan de principio a fin. Y está rodada con mucha solvencia. Y es imposible despegar la mirada de ese actor siempre magnético llamado Daniel Day-Lewis en la que asegura ha sido su ultima interpretación. Pero permanezco como un témpano de principio a fin. (Carlos Boyero en El País)

Pero estamos en una película de ese tipo malicioso que hizo «Magnolia», «Boogie Nights», «Pozos de ambición» o «The Master», y hay que esperar, por lo tanto, que su historia nos provea de al me-nos una gota de colirio sulfuroso que pique a rabiar y utiliza para ello a los dos personajes femeninos (la hermana, Lesley Manville, tiene un peliculón ella sola), y especialmente el que interpreta Vicky Krieps, la amante, el adorado tormento, ese punto de perversidad, de veneno, que necesita el cine de Thomas Anderson, el ardor entre el frío... Lo justo para voltear todo lo que creíamos haber visto. Mentira: «El hilo invisible» nos cuenta otra cosa, más profunda, más oscura, más temible. (Oti Rodríguez Marchante en ABC del 2 de febrero de 2018)

Krieps es elcontrapunto perfec­to para la obsesión de Day­Lewis.La suya es una relación enfermiza,de tintes sadomasoquistas.Como en El último tango...,pero sin la ino­cencia de ella. Su encuentro,que es un choque, que es un pulso de vo­luntades, hace sospechar que a la postre una pareja perfecta, más que del amor, surge del resultado de dos neurosis complementarias. (Salvador Llopart en La Vanguardia del 2 de febrero de 2018)

Es posible que en su nueva película Thomas Anderson haya realizado una obra más concreta, más controlable, pero sin duda alguna su ambición es más que patente y una nueva muestra de su posición a contracorriente en el cine actual. Algo que llevará a discutir, lo cual es normal, la propuesta dado que su radicalidad visual bajo un dispositivo en apariencia más clásico de lo habitual –tan solo en su superficie- puede producir desconcierto. Como lo hará también su resolución final en el que, de repente, se entienden muchos de los impulsos de los personajes que hasta ese momento pasaban por extraños, casi estrafalarios, cuando no extravagantes. Y al final, quedan expuestos, bajo su superficie y su constructo, a un estado mundano y perverso que será, a su vez, no poco discutido por el arrojo a la hora de hablar de una relación sentimental en el que la figura masculina queda desdibujada y la femenina, en un doble aspecto, expuesta de una manera muy particular. Y perturbadora. (Israel Paredes en Sensacine)

‘El hilo invisible’ nos trae de vuelta al mejor Paul Thomas Anderson con una película que es prima lejana de ‘Rebeca’ en algunos aspectos pero que a la hora de la verdad tiene una conexión más espiritual que cualquier otra cosa con la cinta de Alfred Hitchcock. A su gran dirección y fantástico acabado técnico hay que sumar un trío protagonista que borda sus papeles y que hace que todos esos pequeños espacios que deja el guion se lleven de forma estupenda. (Mikel Zorrilla en Espinof)

El director zurce todos los elementos con los que compone esta historia de amor malsana para configurar un collage lleno de texturas en el que convive el melodrama romántico, el horror psicológico, la comedia negra y el suspense, y utiliza el mundo de la moda (como ocurría en 'Falbalas', la película de Jacques Becker con la que establece un diálogo directo) para introducirnos en un universo cerrado de pasiones ocultas. El hilo invisible es una película aparentemente fría, pero de fondo arrebatado, de apariencia clásica, pero espíritu profundamente moderno y rompedor. (Beatriz Martínez en El Periódico)

Phantom Thread probablemente llega a su límite en esta forma de enviar señales contradictorias: la película es más desestabilizadora que molesta. Pero esta excentricidad es también su fuerza: como Reynolds Woodcock capitulando ante Alma, uno debe rendirse a su suntuosidad extraña. (Nicholas Elliott en Cahiers du Cinéma)

Caracterizaría la película de Anderson como una comedia romántica con un final feliz inusualmente complicado y profundamente desestabilizador. (Michael Phillips en Chicago Tribune)

A pesar de todo, seguimos aferrados a los problemas y búsquedas de este obsesivo dandy. ¿Y por qué? Simplemente porque nunca ha habido un actor tan obsesivo como Day-Lewis. (Anthony Lane en The New Yorker)

Esta es una película profunda, intensa, extravagantemente personal. (A.O. Scott en New York Times)

Paul Thomas Anderson y Daniel Day Lewis, ambos en plena forma, utilizan el mundo de la moda para enfrentarse a la agonía y la euforia de la creación. Tomar la medida completa de Phantom Thread puede requerir más de una visualización. Nuestro consejo por ahora: sólo siéntate y contémplala. (Peter Travers en Rolling Stone)

Emulando a Woodcock en su gusto por ocultar mensajes secretos en el forro de sus creaciones, Anderson logra que la gelidez espartana de este retrato del genio como déspota maniático acabe convirtiéndose en lo más inesperado, como si entre sus limpios cortes de montaje hubiera espacio para un relato gótico con fantasmas o para una de las más poderosas historias de amor del melodrama posmoderno, donde la crueldad puede allanar el camino a una turbadora armonía. ¡Qué interesante sesión doble sobre la creación y sus infiernos formaría con la violentamente distinta 'Madre!' (2017), de Darren Aronofsky! (Jordi Costa en Fotogramas)

Reparto:  Daniel Day-Lewis, Vicky Krieps, Lesley Manville, Richard Graham, Bern Collaco.

Película estrenada en España el 2 de febrero de 2018.



lunes, 18 de febrero de 2019

Vuelta a la vida (Back to God's Country, 1953). Joseph Pevney


A finales del siglo XIX, en un pequeño pueblo de un remoto y helado paraje de Alaska, el capitán Peter Keith tendrá que defenderse de dos astutos villanos que han asesinado a un esquimal para robarle los planos de una mina de oro, y que además acechan a su esposa, Dolores.

Una aventura en Technicolor situada en el desierto ártico, Back to God's Country, se sitúa en la intersección de tres de los géneros de películas más reconfortantes; el Western pre-revisionista, la historia de supervivencia en el desierto y la historia de perro fiel patentada por Jack London. El autor del relato, James Oliver Curwood era un contemporáneo de London, y aunque su ideas políticas no era tan preocupantes como las de Jack, sufrió una dramática conversión de cazador a conservacionista. La tensión de esa transición subyace en la narrativa y el tono de la película de Joseph Pevney, un realizador tradicional a tope, que tiene matices sorprendentemente reflexivos y modernos. (...) Pevney nunca fue un director de primera fila de Hollywood; (...) pero su Ártico filmado en estudio es sorprendentemente persuasivo, incluso si claramente no es real. La debilidad principal de la película reside en la floja caracterización de sus villanos, interpretados por Steve Cochran y Hugh O'Brian, una decepción en un momento en que directores como Raoul Walsh y Nicholas Ray inyectaban una verdadera complejidad psicológica en el Oeste. Pero esto forma parte del atractivo regresivo de la película. Ocurre en una época en la que los villanos eran malvados, los héroes eran apuestos, las damas eran duras y los perros leales, y es difícil resistirse a sus encantos. (Graham Williamson en The Geek Show)

Obviamente, la película tiene más de medio siglo, pero vale la pena frente a las producciones de hoy. Por supuesto, algunos aspectos están completamente obsoletos, pero la historia es fácil de seguir, es interesante, los paisajes son hermosos y los efectos especiales son de estar por casa, lo que deja espacio para la naturalidad. Joseph Pevney nos ofrece un espectáculo entretenido donde la acción, la infamia y la venganza se mezclan. Buena película de aventuras para ver en familia, una tarde de domingo en un clima sombrío. (Sinefil44 en Allocine)

La pareja protagonista (Rock Hudson y Marcia Henderson) contribuye al buen hacer general de una película que entretiene y se ve con agrado. (Marius en Film Affinity)

Adaptación de una de las más populares novelas de James Oliver Curwood, que cuenta con innumerables versiones cinematográficas, como las de David M. Hartford (1919), Irwin Willat (1927) o Robert Tansey (1946), entre otras. Plantea una tradicional trama de aventuras, resuelta de manera más bien discreta. Su ritmo es excesivamente premioso y su formulación visual deja entrever el cartón-piedra del decorado en demasiadas ocasiones. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 24 de diciembre de 1963 en los cines Amaya y Bulevar de Madrid

Reparto: Rock Hudson, Marcia Henderson, Steve Cochran, Hugh O'Brian, Chubby Johnson.

lunes, 11 de febrero de 2019

Fatalidad (Dishonored, 1931). Josef von Sternberg



Una viuda (Marlene Dietrich), que para sobrevivir ha tenido que dedicarse a la prostitucion, es requerida por el Servicio Secreto Austriaco para que se convierta en un agente especial. Gracias a su extraordinaria belleza, la mujer descubre secretos del enemigo, salva miles de vidas y altera el curso de la guerra. Su debilidad es un agente ruso llamado Kranav (Victor McLaglen), que continuamente se burla de ella.

El argumento de la película de la Paramount parece especialmente urdido para que una actriz de las condiciones físicas de Marlene Dietrich asuma el papel literario y especioso de la dama irresistible y vampiresca –d’annunziana- que tanto se ha prodigado en la pantalla. (…) Si es sorprendente, como toda novedad, el arte de la Dietrich, no lo es menos, aunque su labor se haya consagrado anteriormente, el de Sternberg, como director de la película. Está realizada con admirable sencillez y una concepción justa y moderna del cinematógrafo hablado, dando a la palabra un valor esquemático y subordinándola a la sucesión y yuxtaposición de imágenes. La sonoridad es perfecta. El público –cosa rara en el cine- aplaudió al final de la magnífica producción de la Paramount, que es, con Las calles de la ciudad y Un reportaje sensacional, la mejor película que este año hemos visto en Madrid. (C. en ABC del 18 de noviembre de 1931)

En todo, y por todo en esta Fatalidad –apoteosis del arte de Marlene Dietrich- aquella nota sutil de vaguedad inteligente y de buen gusto, que ya advertimos en Marruecos y que es el sello inconfundible de la producción de Sternberg. (Felipe Centeno en La Vanguardia del 21 de enero de 1932)

'Fatalidad', o 'Deshonrada', la traducción de su título original, deshonrada por una rigidez que no sabe de sentimientos, ni de música, es una de las obras cumbres de esa oda al artificio que es el cine de Josef Von Sternberg (esas exquisitas sobreimpresiones...; Von Sternberg también se pinta los labios cuando hace cine), quien también firma el guión junto a Daniel N Rubin. Fue su segunda colaboración con Marlene Dietrich en la Paramount. El papel de Kranau había sido ofrecido a Gary Cooper, para repetir el éxito de 'Marruecos' (1930), pero Cooper no quería trabajar de nuevo con Von Sternberg.(El cine de Solaris)

Érase una vez un hombre que inventó la luz del cine (en estudio) para pintar sobre la pantalla el rostro de la mujer que amaba. O también: érase una vez un hombre que inventó a una mujer para pintar la luz del cine que amaba. Ese hombre era Josef von Sternberg. Esa mujer era Marlene Dietrich. Y la luz del cine era el tercer vértice del triángulo amoroso. (La escuela de los domingos)

Me quedaré con esa imagen irrepetible de las piernas de Marlene, bajo el aguacero, enfundadas en unas semi caídas y sensuales medias negras, con el pintalabios final (sin desvelar nada) y con ese saludo marcial del Jefe del Servicio Secreto Austriaco. Todo un epílogo. (Con el cine en los talones)

Dishonored es una obra maestra subestimada. Con frecuencia omitida en las listas de colaboraciones entre Dietrich y Von Sternberg, la película es absolutamente esencial para comprender la técnica artística del director y la evolución de la actriz en su estatus de icono para cada futura mujer fatal. Von Sternberg aplica una rica secuencia de capas de estilo y carácter que embellecen el atractivo deslumbrante de Dietrich como una mujer inteligente comprometida en una búsqueda mortal de más poder temporal en la forma de espionaje militar de alto secreto y empoderamiento sobre los hombres que ella manipula. La interpretación penetrante de Sternberg de las convenciones sociales muestra un claroscuro de fantasía surrealista en contraste con la realidad descarnada del destino que envuelve a su heroína, que finalmente se transforma en una mártir de su propia -y universal- feminidad. (IMDB)

Una historia de espionaje por Josef von Sternberg. El comienzo de la película, cuando Gustav von Seyffertitz como jefe de inteligencia austriaco recoge a Dietrich en la calle para convertirla en una espía de élite, es un trabajo extremadamente bueno. Pero Dietrich se eleva por encima de su director en esta película, tanto como Sternberg la sofocó mientras hacía Marruecos. Dietrich es dominante en Dishonored. Es ella quien fuerza el interés. (Variety)

Es quizás la expresión más pura de la creencia de Sternberg en el triunfo de la estética sobre la mortalidad. (Dave Kehr en Chicago Reader)

Von Sternberg convierte lo que podría haber sido poco más que un típico folletín de espionaje en otro de sus exuberantes ensayos visuales sobre la presencia humeante de Dietrich en la pantalla y su propio amor por la textura cinemática, la profundidad y la tactilidad. (James Kendrick)

Salimos del cine mudo, se nota y debemos acostumbrarnos, lo que no plantea ningún problema. Esta película inteligente es un festival de escenas, gracias al inmenso encanto y la belleza diabólica de Marlene. No se puede olvidar su actuación en el carnaval, la de una camarera de hotel en Rusia, su cara a cara con sus compañeros masculinos y la guinda del pastel en la preparación de su ejecución, probablemente la puesta en escena de la muerte más loca y magnífica de la historia del cine. Sublime. (Estonius en Allocine)

Las desventuras de una espía, inspirada en Mata-Hari, dieron pie a uno de los memorables melodramas del tándem Sternberg-Dietrich. El desmesurado romanticismo y el "glamour", presentes en todo momento, culminan en la secuencia del fusilamiento de la protagonista, uno de los incontestables momentos estelares en la historia del cine. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 17 de noviembre de 1931 en el cine Callao de Madrid y el 18 de enero de 1932 en el cine Coliseum de Barcelona.

Reparto: Marlene Dietrich, Victor McLaglen, Gustav von Seyffertitz, Warner Oland, Lew Cody, Barry Norton.