La verbena de la Paloma es una película española dirigida por Benito Perojo que se convierte en la segunda adaptación, la primera sonora, de la obra del mismo nombre inspirada en las celebraciones de la fiestas de la Paloma. La película tiene una duración de 95 minutos, pero sólo se han recuperado 72 de los mismos.
Dos hermanas modistillas, que viven en la pensión de la señora Rita, son
pretendidas por el viejo boticario Don Hilarión. Cuando las dos deciden
ir a la verbena de la Paloma con el farmacéutico, el novio de una de
ellas tratará de impedirlo. Basada en la famosa zarzuela madrileña del
mismo nombre.
Perojo contó con un millón de las
antiguas pesetas para llevar a la pantalla la famosa zarzuela y dotarla
de narración cinematográfica, huyendo de la teatralidad. Contrató como
decorador al italiano Fernando Mignoni, quien construyó una calle de
500 metros de largo por la que hizo circular un tranvía tirado por
caballos, y como operador al alemán Fred Mandel. La película fue rodada
en blanco y negro, a excepción de una escena de la aristocracia que lo
hizo en Technicolor, pero dicha escena en la actualidad se ha
perdido.Se rodó en los Estudios CEA y produjo la mítica productora
Cifesa, la Antorcha de los Éxitos.
Es en la escena del baile en la que Perojo muestra la gran diferencia
de clases que había en aquel Madrid de finales del siglo XIX en que
está ambientada la zarzuela. Esta secuencia parece sacada de contexto,
pero teniendo en cuenta que falta parte del metraje no sabemos a
ciencia cierta su encaje en el resto del filme.
Además es una de las primeras veces en el cine español en que podemos
ver un atisbo de componente ideológico, ya que cambiaron el libreto
original del sainete. El cambio más significativo fue convertir a los
protagonistas en obreros, darles ese sello de identidad: en la película,
nada más casarse, el novio tiene que irse a trabajar. (Pakilo en Film Affinity).
Obsoleta aunque atractiva versión de la zarzuela de Ricardo de la Vega y Tomás Bretón, que constituyó uno de los grandes éxitos del cine
español de la República. Sus limitaciones residen en su propio carácter
de casticismo trasnochado. Su sólida construcción y las excelentes
interpretaciones consiguen paliar hasta cierto punto este
inconveniente.(Fotogramas)
José, Paco y Luis, tres hombres de mediana edad que combatieron en el bando franquista durante la Guerra Civil Española, se reúnen en un pueblo de Castilla para cazar conejos. El lugar de la caza, un coto perteneciente a José, que ha organizado la cacería, coincide con un antiguo campo de batalla en el que los tres combatieron.
José está ahogado por las deudas debido a una separación inminente y está
viviendo más allá de sus posibilidades con una mujer más joven. Su
principal motivación para haber organizado la cacería es asegurar un
préstamo de Paco, un astuto hombre de negocios, también desgraciado en
el amor y a la busca de mujeres más jóvenes. José trae consigo a Luis,
ahora empleado en su fábrica. Luis es un individuo débil y triste,
alcoholizado y aficionado a la ciencia ficción. Un cuarto miembro del
grupo, Enrique, un pariente adolescente de Paco, se une al grupo para la
caza de conejos.
Juan, el guarda del coto, y su joven sobrina Carmen les ayudan en la caza, proporcionando varios hurones que prevén utilizar para cazar a los conejos en sus madrigueras. Después de unos tragos, José pide a Paco un préstamo que éste le niega.
A medida que avanza la jornada de caza aumentan las tensiones entre
los miembros del grupo. Luis, en estado embriaguez, practica el tiro con
un maniquí, además de provocar un incendio que casi llega a
descontrolarse. José abofetea a Luis, que no hace frente a la
humillación. Cerca del final, Paco mata a un hurón de los proporcionados
por el guarda para la caza. Aunque afirma que fue accidentalmente, José
cree que lo hizo con malicia. La caza gana en intensidad y el ritmo de
los disparos se aviva.
Tras buscar localizaciones para su película Llanto por un bandido había observado unos parajes desérticos que le habían llamado la atención y decide escribir un historia donde tenga importancia dicho lugar y se le ocurre una caza de conejos. Tras escribir el guion fue a entre diez y doce productoras distintas que no aceptaron su proyecto. Sin embargo sí lo haría Elías Querejeta quien pondría la mitad del presupuesto y la otra mitad Saura tras pedirle el dinero a su padre. El rodaje se llevó a cabo durante cuatro semanas en el mes de agosto de 1964 en donde tuvieron dificultades los actores debido a las altas temperaturas.
Saura consiguió un Oso de plata en Berlín al mejor director por la película y sería muy valorada en el extranjero.
"Tan cerca de la perfección como pedirías a cualquier película que
sea (...) 'La caza' te proporciona una hora y media arrebatadora" (Brendan Gill: The New Yorker)
Un título emblemático del cine español de los sesenta, con el que se
inició la colaboración entre Carlos Saura y Elías Querejeta. A partir de
una situación límite llevada a los últimos extremos se intentan
exorcizar los fantasmas de la historia reciente, en un lenguaje críptico
pero reconocible. El tiempo ha puesto al descubierto parte de su
artificio pero no ha invalidado sus propuestas. (Fotogramas)
Reparto: Alfredo Mayo, Ismael Merlo, José María Prada, Emilio Gutiérrez Caba, Fernando Sánchez Polack, Violeta García.
En la ciudad de Barcelona se recrudece, en un violento enfrentamiento,
el odio de dos familias gitanas rivales: "Los Tarantos" y "Los
Zorongos". Rafael, el Taranto conoce, en el marco singular de una boda, a
Juana, La Zoronga. Los dos jóvenes, envueltos por la magia de la
fiesta, se juran amor eterno con un pacto de sangre. Tras una noche de
amor, descubren con desesperación que pertenecen a las dos familias
rivales. Angustias, la madre Taranta, seducida por el embrujo del baile
de Juana, supera el odio familiar, pero Rosendo el padre Zorongo se
niega aceptar el enlace. Basada en un obra teatral de Alfredo Mañas, una
versión de "Romeo y Julieta" trasladada a una barriada gitana de
Barcelona. Nominada al Óscar a la mejor película en habla no inglesa.
Su argumento es una trasposición de la tragedia de amor frustrado de Romeo y Julieta (o de la lorquiana Bodas de Sangre) a dos familias gitanas rivales (los Tarantos y los Zorongos) en la periferia chabolista de la Barcelona del franquismo (barriada de gitanos y pescadores de Somorrostro, hoy desaparecida). Buena parte de las escenas, rodadas en localizaciones genuinas (allí
había nacido la propia Carmen Amaya), pueden considerarse casi cine documental o similares al cinéma vérité francés o al neorrealismo italiano; pero las escenas musicales de puro flamenco y danza española, la emparentan con el cine musical; y las convenciones de la lectura entre líneas a la que el público de la época estaba acostumbrado por la censura, con el cine de denuncia o cine social.
Adaptación de una obra teatral de Alfredo Mañas que propone una
trasposición de "Romeo y Julieta" en ambientes gitanos contemporáneos.
Rovira Beleta la dirigió con pulso bastante firme, mostrando una imagen
de Barcelona tan insólita como creíble. En 1989, Vicente Escrivá dirigió
una nueva versión considerablemente inferior: "Montoyas y Tarantos". (Fotogramas)
Reparto: Carmen Amaya, Sara Lezana, Daniel Martín, Antonio Gades, Antonio Prieto, Margarita Lozano.
La cinta consta de dos partes cuyo único nexo es que son historias de
amor en los dos extremos de la vida: la infancia y la senectud.
En la primera historia, que se presenta bajo el epígrafe de «Del
rosa...», Guillermo, de doce años, está perdidamente enamorado de
Margarita, de trece. Ambos pertenecen a la misma pandilla de niños de un
barrio acomodado de Madrid. Guillermo sabe por sus amiguitas que a
Margarita también le gusta él, y lo confirma jugando a las prendas
cuando recibe un beso en la mejilla de Margarita, que había sido retada a
besar al niño que más le gustara. Guillermo se pasa el día imaginando
historias románticas en las que impresiona a Margarita, descuidando sus
estudios. Está preocupado por ser pequeño y reza para crecer deprisa y
convertirse en un hombre fornido y velludo digno de ser el novio de
Margarita. Al llegar el verano se tienen que separar porque Margarita se
va con sus padres a la playa y a él lo mandan a un campamento.
Guillermo no olvida a Margarita durante este periodo, continúa pasándose
el día pesando en ella y le escribe cartas de amor; pero en cambio
Margarita conoce a un chico de 18 años y se hace su novia. Margarita le
rompe el corazón a Guillermo cuando se lo dice y le devuelve la pulsera
que éste le había regalado. Desconsolado Guillermo borra el nombre de
Margarita del corazón que había dibujado en su libro de matemáticas,
pero inmediatamente lo vuelve a poner, porque a pesar de todo sigue
queriéndola.
La segunda historia, bajo el epígrafe «... al amarillo», trata de una
pareja de ancianos, Valentín y Josefa, que viven en un asilo de
ancianos ubicado en Toledo.
Se quieren en secreto, mandándose cartas de amor a escondidas para que
no se enteren las monjas que regentan el asilo. Un día Valentín decide
escaparse del asilo y vivir una nueva vida y le pide a Josefa que lo
acompañe, pero a Josefa le da miedo, le dice que es una locura y que no
irá con él. Valentín dice que él no puede vivir así y que la esperará
hasta la una de la madrugada por si cambia de opinión. La anciana se
siente incapaz de acompañarlo y llora la pérdida de su amor, pero a la
mañana siguiente comprueba con alegría que Valentín no la ha abandonado y
que se ha quedado por ella, al verlo sentado en el banco de siempre en
el patio.
Exitosa cinta del nuevo cine español surgido de las discutidas conversaciones de Salamanca y ópera prima de Summers.
Se trata de una película dividida en dos partes y edades: el amor en la
adolescencia de Guillermo a Margarita, no correspondido por ésta; el
amor de dos ancianos en un asilo, pero separados al haber una división
entre hombres y mujeres. La película adquirió (y aún tiene) no poco
prestigio, pero ha perdido la mayoría de la frescura y humor de su
época. Así, ha quedado como un producto honesto y entretenido, que
aporta una inocente y serena mirada al mundo del amor y su
atemporalidad, pero de desarrollo monótono y reiterativo, dónde las
canciones no suplen la falta de diálogos y dónde ese estilo
documentalista de Summers no acaba de resultar todo lo valioso o irónico
que quiere ser. Merece una nueva visión, no obstante. (Kafka en Film Affinity)
Película impregnada de esa tristeza humana y desoladora que caracterizan las primeras obras de Summers.(Cromatico en Film Affinity)
El primer largometraje de Summers ilustraba dos historias de amor en sus fases inicial y terminal: entre dos adolescentes y dos ancianos en un
asilo. Su tono expositivo es de una contenida ternura, con los
latiguillos de humor propios de su director. Es un film menor pero
decididamente simpático que se sitúa entre lo mejor que su malogrado
director filmara en su carrera. (Fotogramas)
Reparto: Cristina Galbó, Pedro Díez del Corral, José V. Cerrudo, Lina Onesti.
Finales del siglo XIX. Basilio Beltrán (Antonio Casal) se pirra por el juego y por una cancionista apodada "La Bella Medusa" (Manolita Morán). Ante el tapete verde se le aparece el fantasma de don Robinsón de Mantua (Félix de Pomés) que le indica los números ganadores y le pide, a cambio, que proteja a su sobrina Inés (Isabel de Pomés)
de los graves peligros que la acechan. En una de sus exploraciones
arqueológicas don Robinsón descubrió que en el subsuelo de Madrid hay
una ciudadela subterránea donde se escondieron los judíos que no
quisieron abandonar España cuando se decretó su expulsión. Ahora, este
refugio está habitado por una banda de jorobados capitaneados por el
doctor Sabatino (Guillermo Marín). Basilio consigue dar con la torre de los siete
jorobados, en cuyo interior permanece secuestrada e hipnotizada Inés, la
sobrina del difunto doctor.
Con cambios superficiales respecto a la novela original de Emilio Carrere como son la
eliminación de personajes, tomando lo esencial de lo sobrenatural y
fantasmal, y sin profundizar en la magia, entre otros motivos, para
intentar eludir la censura de la época.
Podría considerarse una película un tanto híbrida donde se une lo
castizo de la época con la leyenda, lo policíaco, el terror, la aventura
y la ficción.
En esta película podemos ver que Edgar Neville tuvo influencias del cine expresionista alemán (de cuya corriente es una muestra El gabinete del Doctor Caligari) y del cine gótico, por ejemplo en la recreación de la ciudad subterránea, la torre de los siete jorobados que se hunde en la tierra.
Emilio Carrere (Madrid, 1881-1947) fue un escritor muy popular en su
tiempo. Poeta, bohemio, actor aficionado y protagonista de un sinnúmero
de aventuras galantes, se dedicó primero a la lírica en un tono de
modernismo decadente, para luego abocarse de lleno a una prosa de corte
fantástico-humorístico-macabro, que además publicaba en forma
folletinesca en las revistas más en boga de la España de las primeras
décadas del siglo XX: La novela corta, La novela de hoy, El cuento semanal (del cual además fue director por el breve plazo de seis meses, hasta que cerró), Mis mejores cuentos, entre otras de igual difusión masiva.
La torre de los siete jorobados se publica en 1924, bajo el auspicio del editor de La novela corta, Juan Palomeque, y de inmediato, como todo lo que era publicado por Carrere, se convirtió en un best seller y fue tal vez la obra que le dio mayor fama a su autor.
Neville tomó la anécdota base de la novela y creó una película que se
diferencia en muchísimos aspectos del texto que la hizo germinar, en
ocasiones enriqueciendo la historia, en otras limitándola debido a
numerosos factores, entre los que podrían destacarse sobre todo la
dificultad de filmar muchos pasajes que en aquella época resultaban
impracticables, debido a cuestiones de tecnología. Hubo cambios de
personajes, eliminando algunos, revistiendo de nuevas funciones a los
más, y el sustrato mismo del film dejó de lado el aspecto, tan relevante
en la novela, de la magia, rescatando sólo la esencia de lo
sobrenatural. Pero lo inherente a ambos productos y que se desarrolla
con fuerza propia en cada uno de ellos, es sin duda el humor, en un caso
más irónico, más negro (el de Carrere), y más espontáneo y festivo el
de Neville.
Sin duda alguna uno de los aspectos más logrados del film
de Neville es la recreación de la ciudad subterránea, que también
muestra las influencias del cine gótico, pues fue el alemán Pierre
Schild, heredero de estas tendencias, quién creó la escenografía y
decorados. Una de las entradas a la ciudad se encuentra en una derruida
casa de los viejos barrios madrileños, abandonada y cubierta de
telarañas, con todo el aspecto de un lugar “donde espantan”. Los
estrechos pasadizos que conforman la complicada red de túneles se
caracterizan por su juego de luces y sombras, y podría aventurarse que
es una alegoría de los vericuetos del subconsciente humano. Pero las
partes mejor logradas de la escenografía son sin duda la torre misma,
que muestra, en picada, un profundo abismo al que se llega por una
escalera que lo circunda, con lúgubres candelabros situados
estratégicamente; y la galería por donde se accede a la sinagoga, donde
hay otra salida, y que está llena de esqueletos y momias, decorado muy
del gusto del cine de aquel tiempo (vale hacer la acotación de que esta
era la época dorada del cine mexicano, y que era frecuente, al contrario
de España, la explotación de temas fantásticos; el recurso de las
momias en el decorado fue muy socorrido en ese entonces).
Curioso film de intriga, basado en una novela de Emilio Carrere, en el
que Neville introdujo una serie de elementos macabros y fantásticos en
la línea del cine norteamericano de terror de la década anterior. Se
trata de una rareza inclasificable dentro del cine español de su época,
cuyo evidente interés no impide que haya sido sobrevalorada en exceso. (Fotogramas)
Reparto: Antonio Casal, Isabel de Pomés, Guillermo Marín, Félix de Pomés, Julia Lajos, Manolita Morán.
Una familia campesina (los Pérez) se deja convencer por las
ambiciones del hijo mayor que convence al padre para ir a la capital
(Madrid) porque allí el dinero
se gana sin esfuerzo y la vida es más fácil que en el campo. Este
convencimiento arranca a toda la familia de sus raíces para trasladarse a
un Madrid urbano y frío, nada que ver con su pasado rural. Para lograr
financiar el viaje venden sus tierras, lo que supone una de las primeras
humillaciones que padecen con la esperanza de prosperar, ya que existe
entre ellos la idea de que "en el campo no hay futuro". Llegan en tren a
la Estación del Norte de Madrid
con una imagen típica de la época —atuendos de labriegos y animales
vivos entre los paquetes y cestas—, el primer contacto con la ciudad es
de rechazo por parte de sus habitantes. Para su desgracia comprobarán
que la realidad urbana es muy distinta a lo que habían imaginado
inicialmente. Pronto aparecen personas que los engañan, los confunden,
los explotan, les ofrecen trabajos precarios, los inducen a la
delincuencia, etc. La familia, unida en el pasado, se descompone tras
llegar a la ciudad y sufre un shock intentando aclimatarse a la
nueva realidad: "buscar un empleo" en una sociedad en la que encontrar
un trabajo no es fácil. El desprecio de los madrileños aparece cuando
les muestran que la ciudad ya no soporta más población y que el poco
trabajo que queda ven que han de repartirlo con los recién llegados del
campo. Pronto sufren hacinamiento en una de las construcciones más
populares de Madrid (una corrala) claramente ubicada en la calle Ave María del barrio de Lavapiés, en Madrid.
La película va narrando escenas de gran dureza, en un mundo
implacable en el que algunos personajes pierden por completo su
autoestima. Los personajes parecen vivir en historias paralelas, algunos
de ellos obedecen a estereotipos, como el "Chamberlán" (Félix Dafauce),
que representa el nuevo rico; el "Mellao"; los hijos varones de
Rosario: Pepe, que se integra en una banda organizada de delincuentes,
y Manolo, que vive en la más estricta pobreza entre casas en ruinas y
sin lograr un empleo. La hija de Rosario, Tonia, que va conociendo y
relacionándose con los diversos personajes, como el "Mellao" y el
"Chamberlán", y que atraída por la riqueza fácil acaba siendo la querida
de "don Roque", lo que a ojos de su madre es permitido. La familia
Pérez, aprendiendo con todos estos problemas cuál es su lugar natural,
acaba volviendo al pueblo: lugar que, según la moralina de la película,
nunca debieron abandonar. En el guion original, en la escena final,
cuando se vuelven al pueblo, Tonia salta en marcha desde el tren para
regresar a Madrid (esta escena no aparece ya que se prohibió por la
censura).
Considerada por la crítica como una de las mejores películas de la historia del cine español, cuenta con un notable guion transformado por Gonzalo Torrente Ballester a partir de un argumento original de Eugenio Montes (embajador de España en Portugal) y Natividad Zaro. Es considerada como una de las muestras fílmicas del neorrealismo español.
El título original era "Surcos sobre el asfalto"; la productora Atenea Films, S.L., presenta el guion en el año 1950 y finalmente recibe su aprobación para el comienzo del rodaje a comienzos del año 1951; el título original pretendía reflejar las dificultades de adaptación de los campesinos a la vida urbana
de la época. La España de aquella época pasaba por un periodo de
transformación económica en el que aparecía como fenómeno emergente en
la sociedad el éxodo rural hacia las ciudades y que dejaba vacíos
ciertos núcleos rurales. La emigración desde las zonas rurales acaba
generando un exceso de mano de obra no especializada que tiene como
efecto un desempleo, el engaño, la delincuencia.
La película se rueda en el entorno de Atocha, Lavapiés, Legazpi y Delicias y pueden verse diversas escenas de la vida cotidiana de los años 50 en el Madrid de la postguerra. Retrata muy fielmente la vida cotidiana en una corrala (residencia habitual de clases bajas), en los café-bar de la época, en las oficina de empleo, mercados, teatros de variedades, la venta por estraperlo en las calles, etc. La película se realiza con Arias Salgado al frente del recién creado Ministerio de Información y Turismo. La película se salta algunas de las normas de censura del franquismo. Cabe pensar que algunos de los promotores de la película eran falangistas
y el guion reúne algunas de las ideas falangistas acerca del urbanismo,
la ciudad debe cumplir una función y debe admitir personas hasta un
cierto límite, a partir de él se debe cesar su admisión. La censura calificó de "muy duro" el contenido social del guion, uno de sus primeros lectores fue José Luis García Velasco. El coste total en el inventario del rodaje fue de 739.867,55 pesetas.
En cierto modo "Surcos" se podría calificar como la película iniciática
del cine español "moderno", pues hasta entonces la cinematografía de la
posguerra estaba dominada por completo bien por las historias
propagandísticas del régimen de Franco, por el cine moralista impuesto
por el nacional catolicismo o por los relatos folclóricos y raciales a
mayor gloria de la canción popular española. Este contundente drama
costumbrista, escrito por falangistas, rompe por completo con lo
realizado hasta la fecha para narrar una historia dura -y muy poco
amable de la época- sobre la inmigración a las ciudades, con un áspero
retrato de personajes y de ambientes que no gustó a la Iglesia y que
tuvo problemas con la censura (la cual obligó a modificar un final más
duro todavía del que ya de por sí contiene). La excelente dirección de
Nieves Conde, que en nada tiene que envidiar a la realización de
cualquier obra neorrealista europea de la época, es la mejor cualidad de
esta interesante obra, quizá poco conocida, pero clave del cine español. (Pablo Kurt)
Uno de los films más prestigiosos y malditos de su época, donde se
asumieron fielmente los presupuestos del neorrealismo italiano para
trasladarlos a los arrabales madrileños. Temas insólitos en el cine
español del momento fueron abordados con tanta generosidad como poder
de convicción, aunque la censura la atacara frontalmente y desvirtuara
parcialmente sus resultados. (Fotogramas)
Reparto: Luis Peña, Maruja Asquerino, Francisco Arenzana, Marisa de Leza, Félix Dafauce, José Prada, Ricardo Lucia.