Durante la Guerra Fría, un escritor norteamericano, mujeriego y
aficionado a la bebida, llega a Estocolmo para recibir el Premio Nobel
de Literatura. Una vez allí, descubre, por casualidad, un complot soviético para secuestrar a un eminente científico también galardonado
con el Nobel.
A broma, a gigantesca broma, hay que tomar el excelente trabajo profesional de Robson. "El premio" es, como película, una película excelente: espléndida fotografía en los preciosos exteriores de Estocolmo; admirable el color en todos sus ponderados y riquísimos matices. Y un trabajo perfecto de Robson en el movimiento y la visualidad de gentes y escenarios. (Gabriel García Espinia en ABC del 29 de marzo de 1964)
La impresión de conjunto que nos produce «El premio» es que se trata de un excelente film. Un film irónico, con una picante intención satírica, que resulta en todo momento divertido y brillante. Sin embargo, nos parece evidente que pudo serlo más. (...) No se trata, evidentemente, de un film trascendente, ni menos aún de un film testimonial, no obstant los aspectos satíricos que abundan en la cinta, pero que resulta incuestionablemente un film entretenido, amable y delicioso. La excelencia del reparto artístico contribuye también a sus brillantes atractivos. (A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 24 de mayo de 1964)
Discurriendo con espléndida fluidez durante sus dos horas —la cinta no tiene ni un sólo bajón de ritmo—, y aunque sea bien sencillo anticiparse al misterio al que pretende dar solución Newman, 'El premio' se beneficia tanto de su tono desenfadado —atención especial merece en este sentido la irrupción del protagonista en una conferencia sobre el nudismo— y de, de nuevo, la presencia del actor, que poco pesa aquí la facilidad con la que se lee la trama a distancia, un hecho que, aplicado a cualquier otro filme del género habría sido un auténtico veneno. (Sergio Benítez en Espinof)
Una intriga de espionaje ambientada en el marco de la concesión de los premios Nobel, según una novela de Irving Wallace. Un improbable Paul Newman habría conseguido el Nobel de literatura, descubriendo la impostura que constituye el detonante de la acción. El siempre gris Mark Robson sirvió la historia con un brío bastante discreto, malogrando gran parte de sus prometedoras posibilidades. (Fotogramas)
La crítica retrocede, desarmada, ante una película que apenas se permite tomar en serio al premio Nobel. (Penelope Houston en Sight and Sound)
The Prize es un melodrama de suspense interpretado para hacer reír. El problema es que el enfoque básico de la comedia choca con el marco político-tópico de la historia. (Variety)
Es una historia de la Guerra Fría, aunque la historia de la conspiración en realidad no "significa" nada. La trama es solo un vehículo dentro del cual sus estrellas beben cócteles, intercambian púas y coquetean sin parar; este último es el pasatiempo favorito del personaje de Newman, quien se entrega a él con los personajes interpretados por Elke Sommer, Diane Baker y Micheline Presle. Es un poco decepcionante que el malabarismo de Newman con estas tres damas no sea más divertido. Debería ser completamente ridículo, pero el director Mark Robson lo minimiza.Y Robson es probablemente la razón principal por la que The Prize no alcanza las alturas que debería. El tono es demasiado suave, sin grandes momentos de humor o suspense. Se parece demasiado a una telenovela, cuando debería ser más rápido y más enérgico. Es un poco demasiado cortés y comedido, que era exactamente el tipo de toque por el que Robson era conocido. (Casey Burchby en DVD Talk)
La forma en que la película presenta a los espectadores a sus principales protagonistas es ingeniosa, y aunque el confiable director Mark Robson (Peyton Place) no es capaz de proporcionar la creciente tensión que Hitchcock habría aportado a este atractivo material, The Prize todavía funciona como un entretenimiento ingenioso. (Film Frenzy)
4 años después del éxito de "North by Northwest" (1959) de Alfred Hitchcock que, hay que decirlo, es una obra maestra del cine, podemos entender que un productor tenga muchas ganas de repetir la hazaña. Entonces, ¿por qué no pedirle al mismo guionista Ernest Lehman que lo intente de nuevo? Además, éste aprovecha para recrear escenas ya inventadas para el modelo. Como por ejemplo el situado en una habitación de un apartamento donde había un cadáver y del que ya no queda rastro unos minutos después. (...) Si la película es agradable de ver, especialmente con un escenario bastante sofisticado, carece de una o dos escenas de acción espectaculares. Además, la producción es un poco menos festiva. Todo está filmado con bastante sabiduría. Mark Robson obviamente no tiene el genio de Sir Alfred Hitchcock. (Rueducine.com)
Película estrenada en Madrid el 28 de marzo de 1964 en los cines Callao y Richmond; en Barcelona, el 23 de mayo de 1964 en el cine Windsor Palace.
Reparto: Paul Newman, Elke Sommer, Edward G. Robinson, Diane Baker, Kevin McCarthy, Micheline Presle, Sergio Fantoni, Leo G. Carroll.
Un tanto peculiar adaptación de la novela de Irving Wallace.
ResponderEliminar