miércoles, 28 de febrero de 2018

Gunga Din (1939). George Stevens


Cutter, MacChesney y Ballantine, tres sargentos del ejército británico unidos por una estrecha amistad, son enviados a una zona montañosa de la India para averiguar las causas de la extraña interrupción de las comunicaciones telegráficas. Los tres vivirán, en compañía de Gunga Din, su porteador de agua, diversas aventuras que les enfrentarán a los temibles tags, una secta de adoradores de la diosa Kali. Descubrirán, además, un templo escondido, serán apresados y torturados y salvarán al ejército de caer en una trampa mortal.

Gunga Din” es un extraordinario título que desarrolla a través de sus animadas situaciones y burlescos personajes una oda a la amistad y a la camaradería mezclando la acción con el humor. Templos de oro, elefantes juguetones, rituales espirituales, gurús con amplios conocimientos militares o ponches adulterados son algunos ingredientes de este clásico de aventuras que transcurre deliciosamente ante el espectador a ritmo de gaita escocesa. (AlohaCriticón)

Repleto de planos hermosos y encuadres perfectos, enlazados con un relato vigoroso y febril, una primera parte del film mucho más jocoso y distendido para pasar a la parte final, mucho más épica y cargada de emoción y sentimientos profundos en esta bella y exótica historia. Un tipo de cine que desapareció hace mucho tiempo, pero que guarda un lugar especial en nuestra niñez y en nuestra memoria, desde aquellas “sesión de tarde” de los sábados en la aparatosa y vetusta televisión de blanco y negro. (Antonio Morales en Film Affinity)

Por encima de todo, el encanto de una producción de época de la RKO que da lo que promete, y que se ha quedado un tanto vetusta y avejentada, especialmente en algunos apuntes humorísticos, esquemática, en personajes y estereotipos, interpretada con el piloto automático (McLaglen en su papel de siempre; Grant, atípico de uniforme colonial, sin embargo, se luce en los momentos cómicos -especialmente cuando irrumpe en la reunión de los fieles a Kali-, no tanto en los de acción), algo tópica y previsible, sobrevive con la solvencia de las viejas historias de los tebeos que uno vuelve a visitar con nostalgia por la juventud perdida. (39 escalones)

Irónicamente, para una película que presentó a Rudyard Kipling al público de masas más que cualquier otra adaptación de su obra, Gunga Din se topó con la sensibilidad de la viuda del autor, que objetó las escenas que representan a un periodista anónimo llamado Kipling. Esas tomas fueron cortadas a petición suya después del estreno de la película. Estas escenas permanecerían invisibles hasta finales de la década de 1980, cuando fueron restauradas bajo los auspicios de Turner Entertainment, la compañía que compró el fondo de películas de la RKO. (Bruce Eder)

Esta es una historia de aventuras bastante emocionante, con algunas peleas coreografiadas de manera clásica y estupendas actuaciones. (Tom Milne en Time Out)

El ritmo deliberado de Stevens sirve a la comedia notablemente bien, aunque las escenas de acción están atenuadas por composiciones demasiado cuidadosas y un montaje artístico. (Dave Kehr en Chicago Reader)


Ben Hecht y Charles MacArthur idearon el argumento de este film, inspirándose en un poema de Rudyard Kipling. No tardaría en convertirse en un clásico del cine de aventuras coloniales, siendo plagiado y homenajeado en numerosas ocasiones. Stevens era un director sólido pero no excesivamente imaginativo, que en esta ocasión consiguió conferir un notable vigor a la narración aunque no acabó de encontrar el aliento épico consubstancial a la historia. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 27 de marzo de 1948.

Reparto: Cary Grant, Victor McLaglen, Douglas Fairbansk Jr., Sam Jaffe, Eduardo Ciannelli, Joan Fontaine, Robert Coote, Montagu Love.


jueves, 22 de febrero de 2018

La guerre est finie (1966). Alain Resnais


En 1965, Diego, un activista del Partido Comunista de España, vive en el exilio en París. Regularmente cruza la frontera bajo identidades prestadas, asegurando así la conexión entre los militantes exiliados y los que permanecieron en España. De regreso de una misión difícil, Diego comienza a dudar del significado de su acción y de los medios usados. Su confrontación con los jóvenes izquierdistas, que se convertirán en los actores de mayo del 68, es profética de la evolución de las formas de lucha.

Esta película es quizás la más lineal de Resnais, bajo la influencia de su primera colaboración con Jorge Semprún. Alain Resnais dijo: "Si quisiéramos hacer una película sobre España, hubiera sido mejor hacer un documental o lanzar una campaña de prensa. Quiero decir, si el verdadero propósito estuviera allí, refugiarse detrás de una ficción sería cobardía. Lo cual no significa que la ficción no tenga un papel que desempeñar. Cuando vemos la furia que provocó esta película en el Ministerio del Interior español (que exigía que la película fuera eliminada de la competición del Festival de Cine de Cannes de 1966), debo admitir que estoy sorprendido. Deberían haberlo dejado ir. "Poco después, en julio de 1966, Jorge Semprún fue al festival de Karlovy Vary  por haber sido seleccionada la película. Podleniak, el director del festival, incómodo en su papel represivo, anuncia que la película se eliminará de la sección oficial, pero se proyectará fuera de competición. Siguiendo las opiniones de Miloš Forman y Antonin Liehm, los organizadores le otorgaron un premio especial.

En medio de una estructura cinematográfica que enfatiza la circularidad y la multiplicidad, Diego logra una especie de singularidad elemental. Andrew Sarris encuentra un naturalismo heroico en la interpretación de Montand que sirve para unificar los múltiples registros narrativos y estructurales de la película: "Sin importar cuán fragmentados puedan estar los sentimientos del director, Montand sigue siendo una roca de compromiso y con la solidez de Montand como actor que sirve de anclaje en un mar de estilo, un mar de imágenes se puede unificar en una caracterización mental "(7). Si bien Sarris subestima la medida en que Resnais crea un espacio para Diego en el núcleo de la película, su evaluación de la centralidad fundamental de la actuación de Montand es perfectamente adecuada. Como un héroe del cine negro que ha sido despojado por el tiempo y la modestia de cualquier vestigio de vanidad o gesto teatral, el revolucionario profesional de Montand encarna el epígrafe de Sartre que abre la película: "El militante no pide que su acción lo justifique: él es, y no necesita justificación posterior. " (Lisa Broad en Senses of Cinema)

Diego (Yves Montand, sobrio y conmovedor) le debe mucho a la carrera del guionista Jorge Semprún, antiguo líder de la resistencia antifranquista en el exilio. El guionista transmitió al personaje sus dudas sobre el comunismo y la llamada a la huelga general, en un discurso - "la guerra española terminó y el discurso revolucionario es una mascarada" - que, dos años antes de mayo del 68, estuvo lejos de ser un lugar común. A pesar de este pesimismo político, a pesar del uso puntual de una voz en off que comenta la trama, La guerra ha terminado no es una película de tesis, sino una gran historia novelística llevada por la audacia formal y narrativa de Alain Resnais. ... Gran cineasta de la modernidad, Resnais explota el tiempo o, más bien, los tiempos, el de la realidad y el de la imaginación, el de la acción y la reflexión, al fragmentar el cuerpo de Genevieve Bujold en escenas de amor. Y la política se convierte en vértigo. (Samuel Douhaire en Télérama)

El tratamiento narrativo es realista, síntesis entre documental tipo “Nuit et Brouillard”, y lirismo especulativo de “Marienbad” o “Hiroshima”. Las localizaciones son precisas; los detalles, exactos, y dramáticas las interpretaciones (y sobrias e intensas), todo ello subordinado a una tesis sobre la situación política española: la vanguardia revolucionaria no puede guiar a distancia a masas embarcadas en el inesperado desarrollo económico. Resnais especula menos con las formas del Tiempo, aunque mantienen su fuerza recurrente: en el montaje juega con flashes anticipadores de expectativas, casi todas proyectadas hacia Nadine, una estudiante radical. Sin desequilibrar el tono realista dominante, aportan poesía. (Archilupo en Film Affinity)

Las películas anteriores de Resnais ("Hiroshima, Mon Amour", "El año pasado en Marienbad") fueron exploraciones del subconsciente. Con "La Guerre Est Finie", inesperadamente, nos ofrece no solo psicología, sino un emocionante thriller, realizado con gran maestría. (Roger Ebert)

La Guerre Est Finie es un drama por encima de los prejuicios políticos. Es un estudio poderoso del compromiso de un hombre con una creencia consumidora y desconcertante. (Bosley Crowther)

Los fantasmas de la guerra civil española evocados con rigor pero sin que nunca se llegue al exorcismo. El retrato del desencanto y el cansancio de un veterano militante, en el que no es difícil descubrir al propio Semprún, resulta certero pese a ciertas concesiones a la autocomplacencia. El conjunto es estimable pero ha envejecido tanto como la propia Historia del país. (Fotogramas)

Película estrenada en España en abril de 1977.

Título español: La guerra ha terminado.

Reparto: Yves Montand, Ingrid Thulin, Geneviève Bujold, Paul Crauchet, Marie Mergey, Dominique Rozan, Jean-François Rémi, Jean Dasté.


jueves, 15 de febrero de 2018

The Hunchback of Notre Dame (1939). William Dieterle


A finales del siglo XV, en París conviven un pueblo ignorante, un rey comprensivo, un malvado juez y una organización de mendigos que servirán de comparsas a dos personajes marginados: la gitana Esmeralda y Quasimodo, el jorobado campanero de Notre Dame.

Pocos discutirán la afirmación de que la adaptación de RKO en 1939 de  la novela de Victor Hugo Nuestra Señora de París fue la mejor de sus muchas versiones cinematográficas. Decimos esto incluso teniendo en cuenta ciertas libertades tomadas con los materiales originales por los guionistas Sonya Levien y Bruno Frank para establecer paralelismos entre el París del siglo XV y la Europa del siglo XX. Por lo tanto, Claude Frollo (Cedric Hardwicke), el villano del film, ya no es un hipócrita religioso incapaz de controlar sus propios deseos carnales. En cambio, Frollo es un Hitler de segunda, advirtiendo que la invención de la imprenta es peligrosa, ya que alentará a la chusma a pensar por sí misma, y planea la persecución y destrucción de los gitanos "indeseables". En la misma línea, el poeta Gringoire (Edmond O'Brien en su debut cinematográfico) se ha transformado en un activista del teatro de agitación, empeñado en llevar la verdad sin barniz a los parisinos ignorantes. Muchas de las tramas secundarias de Hugo han sido eliminadas para concentrarse mejor en Quasimodo (Charles Laughton), grotescamente deformado, campanero de la Catedral de Notre Dame, y su lealtad perruna hacia la bailarina gitana en peligro Esmeralda (Maureen O'Hara, en su primer film americano). El cisma entre los que tienen y los que no tienen en la ciudad amurallada de París se ilustra con amplios y dinámicos trazos.

Ambientada en el siglo XV en Francia, Esmeralda la zíngara captura el tumulto de la época medieval, ya que la superstición y los prejuicios están en guerra con el progreso, tanto material como intelectual. La Iglesia y el Estado se unen para intentar contener las oleadas de cambio que se ciernen sobre Europa, que se encuentra en la cima del Renacimiento. La actuación de Charles Laughton como Quasimodo, el protagonista deforme, es tan conmovedora como el trabajo de Lon Chaney en la película muda anterior. Venciendo su deformidad física y su condición de marginado social, Quasimodo representa todo lo más noble y heroico de la humanidad, mientras que el físicamente dominante Frollo, un hombre de inmenso poder político y religioso, actúa como su contrapunto moralmente corrupto y sexualmente reprimido. El debut cinematográfico de Maureen O'Hara también es memorable; las pasiones que inspira en los hombres a su alrededor son totalmente creíbles. La recreación del París medieval es un logro impresionante, y la elegancia de los valores de producción es indiscutible. El director William Dieterle realiza un difícil trabajo, creando una película de gran alcance y notable intimidad. La película se toma algunas libertades con el material original, pero capta muy bien la esencia de la novela de Victor Hugo. Fue nominado para dos Premios de la Academia (música y sonido); la interpretación definitiva de Laughton fue pasada por alto por la Academia.

La versión de Dieterle es quizás la única traslación cinematográfica que de verdad merece la pena ver. Es una hermosa película por sí misma, sin necesidad de acudir a la fuente y abunda en momentos memorables (la aparición heroica de Quasimodo al grito de "¡Santuario!" sigue poniendo los pelos de punta). Pero por otro lado, hay muchos factores que convergen para convertir esta película en la adaptación casi perfecta: Maureen O'Hara, la sublime ambientación gótica, la mirada de Frollo desde lo alto de la catedral, la perfecta plasmación del obscurantismo medieval, lo grotesco de la Corte de los Milagros, etc... (Neathara en Film Affinity)

Soberbia adaptación de la famosa novela del escritor francés Victor Hugo “El Jorobado De Notre Dame” con una sobresaliente dirección de William Dieterle recreando de forma melancólica el escenario y los personajes de la ciudad de París del siglo XV con espléndida dirección artística de Van Nest Polglase y fotografía de Joseph August. (AlohaCriticón)

Esmeralda la zíngara, titulada así en nuestro país para que el público de entonces no la confundiera con el filme mudo El jorobado de Notre Dame, protagonizado por Lon Chaney en 1923, es un notable ejemplo de cómo todos y cada uno de los elementos que componen una producción cinematográfica (guión, decorados, actores, música, fotografía…), pueden confluir de manera casi perfecta dando lugar a una magnífica película. (Esculpiendo el tiempo)

Una de las innumerables versiones cinematográficas que ha tenido la novela más famosa de Victor Hugo. Pese al notable esfuerzo de producción que supuso en su momento, no consiguió superar la versión dirigida por Wallace Worsley e interpretada por Lon Chaney en 1923. Pese a ello, Charles Laughton compuso un Quasimodo de gran prestancia. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 30 de noviembre de 1944.  
 
Título español: Esmeralda la zíngara.

Reparto: Charles Laughton, Maureen O'Hara, Cedric Hardwicke, Thomas Mitchell, Edmond O'Brien, Alan Marshal, Harry Davenport, George Zucco.