lunes, 14 de noviembre de 2016

A Countess from Hong Kong (1966). Charles Chaplin


Odgen Mears, nombrado embajador de los Estados Unidos en Arabia Saudita, vuelve a su país tras dar la vuelta al mundo. Conoce y después acoge a regañadientes a Natasha, condesa rusa que entra en el barco en Hong Kong como polizona para evitar ser empleada en la prostitución y se esconde en el armario del embajador en ciernes, no tiene pasaporte y se ve obligada a permanecer en el camarote. Quiere llegar a los Estados Unidos a toda costa.

La historia se basa vagamente en la vida de una mujer que conoció en Francia Charles Chaplin: Moussia Sodskaya, o Skaya, como la llama el cineasta en su libro de 1922 Mi viaje al extranjero (My Trip Abroad). Era una cantante y bailarina rusa que había quedado en Francia sin pasaporte.
El trabajo se había emprendido en principio en los años 30, la película se iba a llamar Stowaway (La polizona) y estaba pensada para Paulette Goddard, pero no se alcanzó a llevarla a cabo entonces.
Para el trabajo de 1966, se ofreció en principio el papel principal masculino a Rex Harrison, que lo rechazó.
La película, ya acabada y estrenada en 1967, fue un fracaso crítico y comercial, si bien algunos críticos, como Tim Hunter y Andrew Sarris, así como el poeta John Betjeman, la consideraban entre las mejores obras de Chaplin, quien, por su parte, la tenía como la mejor de su última etapa.
La canción principal, obra del propio Chaplin, se convertiría en el éxito del mismo año: This Is My Song, de Petula Clark.
Tras la mala recepción que tuvo la película, Chaplin escribió una nota en la prensa en la que indicaba que la película era resultado de un viaje que había hecho en 1931 a Shanghái, durante el que había conocido a varios aristócratas rusos escapados de la revolución.

"Chaplin se despidió de la dirección con esta envejecida comedia. Ni su reparto era el más adecuado ni la película posee el talento de la brillante filmografía de Chaplin. Pese a todo conserva escenas de indudable interés." (Fernando Morales: Diario El País)
Ya sabía de antemano que no me iva a entusiasmar, pero Chaplin ha sido uno de los más grandes y había que ver su despedida del cine. Seguramente su trabajo mas flojo, aún así es agradable y tiene momentos destacables. Uno siempre espera que los genios le deslumbren, pero a veces la inspiración se agota, entonces entra el oficio, como en esta película, aún siendo previsible, romanticona y blanda le hace a uno pasar un buen rato, sumamente agradable y con sabor a cine clásico. (Mohinder en Film Affinity)
Bajo formas muy distintas, las últimas películas de Chaplin tienen una firme base autobiográfica o documental: Candilejas era un exorcismo contra su miedo al fracaso; Un rey en Nueva York (de la que no habla Chaplin en su autobiografía), una confesión muy amarga sobre su desengaño político; La condesa de Hong Kong es una rotunda afirmación de su necesidad de amor. Cuando anunció su rodaje, Chaplin dijo que iba a hacer una película romántica y, en efecto, el sentimiento amoroso es lo único que respeta Chaplin en un film en el que se burla de su filosofía, de la política y de todo el mundo. De las frívolas escenas situadas en Hong Kong a la fascinación romántica que se inicia en el encuentro de Sidney Chaplin y Sofía Loren en la playa de Waikiki (digna de los más encumbrados momentos de Douglas Sirk) media un abismo. El que va del cínico Chaplin que abandona América al que encuentra el amor y la alegría de vivir en un rincón de Suiza. Al final de La condesa de Hong Kong, Ogden renuncia a su puesto de diplomático porque prefiere ser feliz a ser presidente. Como en su autobiografía, Chaplin acaba con un canto al amor y al optimismo. Hermoso final para una obra que rara vez encontró el amor que siempre buscó. (Gurbrevista)

Al final lo que nos queda es una comedia insípida que no parece acabar de arrancar con Sophia Loren haciendo todo lo posible por salvar el resultado final, entrando y saliendo sin parar de una habitación a otra, mientras Brando cumple su papel con el menor esfuerzo y ganas posibles y Sidney Chaplin se encuentra con la obligación de ser él quien deba aportar el contrapunto cómico masculino en lugar de Brando. Las breves apariciones de Margaret Rutherford y Tippi Hedren animan levemente la función, e incluso un servidor no puede evitar pensar que Hedren habría sido una protagonista mucho más acertada que Loren. Sea como sea, La Condesa de Hong Kong fue un cierre de carrera extraño y que hace poca justicia al talento de Chaplin. (El gabinete del doctor Mabuse)

El último film de Chaplin resultó un tanto envejecido, aunque plenamentecoherente con el universo de su creador. Su principal aliciente reside en su aire pasado de moda, radicalmente opuesto al cine que se estilaba en aquellos momentos. El romance entre el político Brando y la vagabunda Loren (algo así com la versión femenina del tradicional personaje de Charlot) estaba abordado con sensibilidad, aunque chirriara en algunos momentos. (Fotogramas)
Película estrenada en España el 26 de marzo de 1963.

Título español: La condesa de Hong Kong.

Reparto: Marlon Brando, Sophia Loren, Sydney Chaplin, Tippi Hedren, Charles Chaplin, Patrick Cargill, Margaret Rutherford, Michael Medwin. 



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