viernes, 8 de julio de 2016

Invasion of the Body Snatchers (1956). Don Siegel


En una pequeña ciudad de California empiezan a suceder cosas muy extrañas: el comportamiento de algunas personas cambia de tal manera que causa estupor e incluso miedo entre sus parientes y amigos.

La obra incorpora un relato inquietante, que pone de manifiesto una vulnerabilidad del género humano que sorprende y preocupa al espectador. Propone una incómoda tarea de exoploración de la identidad personal, ya que ésta no se puede definir en función de lo que uno piensa, recuerda, sabe y aparenta. Establece la posibilidad de que un poder arbitrario acabe sutilmente con la libertad de pensar, valorar y decidir de las personas, apoyándose en la insensibilidad y el conformismo. Para los problemas que sugiere no ofrece soluciones ni da esperanzas. Es memorable la escena en la que Miles pide ayuda en la autopista. (Miquel en Film Affinity)

Siegel aplica al film un ritmo perfecto e in crescendo, llegando a agobiar bastante al espectador, sobre todo en su tramo final. Y tratándose de un film de corte fantástico, rehuye en todo momento los golpes de efecto típicos del género, e incluso de la violencia, logrando todo con una atmósfera extraordinaria de puro terror. A ello contribuyen también las excelentes interpretaciones de todos su reparto, empezando por un sensacional Kevin McCarthy, que a partir de esta película se hizo bastante famoso, llegando a ser uno de los secundarios de lujo de los 70 y 80. A su lado, una primeriza Dana Wynter, aguantando muy bien el tipo. Un reparto de desconocidos, para lograr un mayor impacto en las audiencias, sin necesidad de que éstas tuvieran delante una estrella famosa. A modo de curiosidad, cabe citar que en la película aparece en un pequeño papel Sam Peckinpah, que era amigo de Don Siegel, quien logró meterle en el film, para el que además Peckinpah hizo una de las revisiones del guión. (Blog de cine)

Obra clave de Don Siegel y todo un clásico de la ciencia-ficción cinematográfica basado en la novela escrita por Jack Finney, quien fijando los hechos en una ocupación corporal por parte alienígena crea una alegoría sobre la deshumanización y la intrusión ideológica en una acomodaticia comunidad, habitantes de una época marcada por la paranoia anticomunista del senador Joseph McCarthy, a quien se critica con el ambiente arbitrario del poder que acosa a la gente con autonomía de pensamiento y ausente de la insensibilidad permanente en un pueblo conformista. (AlohaCriticón)

Daniel Mainwaring transformó el relato original del veterano autor de ciencia-ficción Jack Finney en una de sus sombrías visiones de la sociedad norteamericana, acosada por la paranoia urbana y una creciente histeria política. A pesar de algún que otro tropezón con los “cazadores de brujas” de Hollywood y de verse despedido de la RKO por Howard Hughes a causa de sus simpatías políticas, Mainwaring logró seguir escribiendo para el cine. (Pasión por el cine clásico)

Se puede tomar como final el momento en el que un enloquecido por el espanto y el dolor Miles se abalanza en medio de la autopista pidiendo ayuda y acaba topándose con lo que se encuentra. Un desenlace demoledor y demasiado oscuro y deprimente para la época. El productor Walter Wanger decidió que no era apropiado que todo terminara tan mal y por eso impuso el prólogo y el epílogo que dan un poco de luz a la que no deja de ser una de las invasiones más eficaces que hemos visto en el cine. Que nadie diga ni piense nada malo de Wanger: al fin y al cabo él fue el principal valedor de la película, quien eligió a Siegel para dirigirla y quien confió en un escritor tan reconocidamente de izquierdas, pareciera una broma macabra decir que sería objeto de la caza de brujas de McCarthy, como lo era el guionista Daniel Mainwaring. Lo genial de todo esto es que ese epílogo impostado no deja de resultar estupendo. La forma en que consiguen que lo imposible, el alucinado relato de Miles, de repente resulte verídico para los policías y el psicólogo que le escuchan descreídos es un toque maestro de guion. Sencillo y efectivo, tan perfecto que permite cerrar la película sin que nos importe que el verdadero final nos haya sido arrebatado. (José Luis Forte en Eam cinema magazine)

"Maravilloso clásico de la ciencia-ficción. Sobria y emocionante historia cortada a los patrones del más puro cine negro. Una cinta redonda y llena de calidad, un lujo en blanco y negro." (Fernando Morales: Diario El País)
Ejemplar e inquietante film de ciencia-ficción que se ha convertido en uno de los clásicos del género. La extrema simplicidad de los medios empleados no impide que se consiguiera un máximo de eficacia, con una inteligente estilización de sus componentes. Constituye una buena muestra de como la imaginación se impone siempre por encima de la espectacularidad. (Fotogramas)

Película estrenada por TVE el 10 de febrero de 1972 en el espacio Sesión de noche.

Título español: La invasión de los ladrones de cuerpos.

Reparto: Kevin McCarthy, Dana Wynter, Larry Gates, King Donovan, Carolyn Jones, Jean Willes, Ralph Dumke.

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