viernes, 29 de abril de 2016

One Flew Over the Cuckoo's Nest (1975). Milos Forman



Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego.

La traducción para España ("Alguien voló sobre el nido del cuco") de la película y del libro es literal del término en inglés, pero no recoge cierto sentido que tenía y tiene tanto en la película como en la novela en que ésta se basó. En concreto, en la novela (que aparece narrada desde el punto de vista del Jefe Bromden), ésta es una rima infantil americana que él recuerda. Su abuela decía: «Había tres gansos (u ocas) en la bandada. Uno voló hacia el este, uno voló hacia el oeste y uno voló sobre el nido del cuco». La rima significa que cada uno tiene un destino distinto al de los demás, y así se cumple en el libro y en la línea argumental de la película (donde dos pacientes del manicomio mueren y un tercero consigue escaparse). Además, ha de añadirse que en "slang" cuckoo's nest es una forma peyorativa de definir un manicomio.

El director checo Milos Forman y un enorme Jack Nicholson abordan la locura como concepto, la dignidad del individuo como ventana de escape en la enfermedad mental y -ya de paso- el sistema psiquiátrico norteamericano como denuncia en uno de los títulos míticos de los años setenta. Multipremiada -todavía es hoy junto a "El silencio de los corderos" (The Silence of the Lambs, 1991) y "Sucedió una noche" (It Happened One Night, 1934) una de las 3 únicas películas ganadoras de los 5 Oscars principales-, obtuvo además un enorme éxito de público. Como curiosidad, estuvo producida por un joven -tenía 29 años- Michael Douglas. Una obra formidable en la que destaca la interpretación de Nicholson, que borda un papel hoy ya inimaginable con otro actor. (Pablo Kurt)

Está basada en el famoso best-seller de uno de los integrantes de la generación 'beat' estadounidense, Ken Kesey. Milos forman, hizo con maestría esta brillante adaptación, producida por Michael Douglas. Una película de enorme éxito, tanto por su contenido, como por su carácter contracultural y anti-sistema. Sobre el espléndido reparto, destaca un portentoso Jack Nicholson, que ganó el Oscar al mejor actor. Tiene algunas escenas magníficas, espeluznantes y llenas de tensión. También Oscar a la mejor película, mejor actriz para Louise Fletcher, mejor director y mejor guión adaptado. Destacan las interpretaciones secundarias de Danny Devito y Christopher Lloyd. (Decine21)

Alguien voló sobre el nido del cuco es una película difícil de olvidar. Quizás sea así porque, dentro del delirio en el que viven sus protagonistas, es una historia sobria y descarnada que se atrinchera en el humor seco para amortiguar las emociones que sabe desencadenar. Quizás por su magistral y escalofriante puesta en escena o por su retrato lúcido de la demencia. Y es que el maestro, el gran director checo Milos Forman, supo atrapar en su película la certeza que hay en la locura y el miedo que produce la libertad. (Eldiario.es)

Típico de Forman, especialista en rodar a personajes que parecen responder a algún tipo de víscera mental (ahí están para la historia ' Amadeus', ' Valmont' y ' El escándalo de Larry Flynt'), en este caso no obstante supo desplegar su maestría en la cámara con un conjunto de planos subidos y cortados, y con una villana maravillosamente interpretada por Louise Fletcher, en el papel de enfermera-canciller inmutable y casi terrorífica. Son elementos que despistan de un argumento que no pasa ningún filtro del realismo. Hay escenas realmente magníficas, sí, como la de la escapada para pescar o el impactante final, pero  en manos del checo no dejan de ser un conjunto de ‘sketches’ donde Nicholson, una suerte de crápula mesiánico, parece  jugar en otra liga diferente de deficientes mentales. (Eldiario.es)

Astuta pero tramposa adaptación de una celebrada obra teatral de Ken Kesey, con la que Forman consiguió su lugar en el sol hollywoodiense. Las horribles muecas de Jack Nicholson se erigen en reinas de la fiesta, apenas frenadas por una realización cuya eficacia se apoya en unos recursos dudosos pero soportables. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 7 de octubre de 1976.

Título español: Alguien voló sobre el nido del cuco.

Reparto: Jack Nicholson, Louise Fletcher, Will Sampson, Brad Dourif, William Redfield, Sydney Lassick, Delos V. Smith Jr., Christopher Lloyd, Vincent Schiavelli, Danny DeVito.


lunes, 25 de abril de 2016

Meet John Doe (1941). Frank Capra


La historia se centra en la rivalidad que entablan dos periódicos: el New Bulletin y el Chronicle, cuando en el primero, que ahora tiene nuevo dueño, se inicia una barrida de 40 empleados entre los que se incluye a la columnista Ann Mitchell, a quien Henry Connell, el nuevo editor, acusa de estar pasada de moda. Ann, hija de un noble y generoso médico ya fallecido, y quien ahora vela por su madre y sus dos hermanas, escribe como última columna, una explosiva e imaginaria carta donde un personaje al que llama John Doe (que, en EEUU, se volvería equivalente al Fulano de Tal nuestro), amenaza con suicidarse en la próxima navidad, tirándose del techo del ayuntamiento, cansado del desempleo, de las injusticias y de la sucia política.

La llegada de la Gran Depresión originada en los Estados Unidos, como consecuencia de la caída de la bolsa el 29 de octubre de 1929, supuso un gran golpe para los ciudadanos norteamericanos. Tal es así que el presidente Franklin D. Roosevelt diseñó y presentó un programa de reformas llamado "New Deal" o Nuevo pacto, que contaba con una serie de medidas dispuestas a resolver la gran depresión en la que estaba sumida la economía estadounidense en aquel entonces.
Este nuevo pacto trataba de relanzar aquella economía devastada a través de ayuda a millones de trabajadores que se habían quedado sin empleo e impedir la quiebra de muchas empresas y el estancamiento económico.
El New Deal propuesto por el Presidente Roosevelt contaba con disposiciones que serían implementadas durante los primeros cien días de su mandato, sin embargo las mismas fueron tomadas en cuenta e implementadas a lo largo de varios años.
La recuperación tras aquella depresión no sólo debía de ser económica y social, sino también tenía que lograrse una reparación a nivel civil y moral de aquellos miles de ciudadanos y trabajadores trastocados por aquella situación.
El programa presentado por el presidente Roosvelt contó con el apoyo y adhesión de un gran número de artistas, escritores y cineastas. Entre los cuales se puede mencionar al director de director de cine Frank Capra. Director de películas como "Qué bello es vivir", "Sucedió una noche","El secreto de vivir" y "Juan Nadie" entre otras, logró en sus films difundir la idea optimista que proponía el presidente Roosevelt en sus discursos. Las mismas tenían como objetivo destacar la importancia de la libertad individual de los sujetos que las interpretaban y a su vez, acentuar la idea que con mínimos actos, éstos podían influenciar a la sociedad en general. A su vez hacían referencia a que una sola persona con entusiasmo, talento y fe nunca podía fracasar.
Capra parecía convencido de que la bondad se encontraba en todas las personas y sostenía que ésa era la clave para cambiar al mundo, aunque fuera a partir de actos mínimos e individuales, por lo que no defendía doctrinas sociales ni ideologías políticas. Sin embargo el film Juan Nadie se presenta como una de las grandes comedias de Frank Capra, en la que se hacen presentes reflexiones sobre la sociedad, la política, los medios de comunicación y las trampas de los sistemas políticos de aquellas épocas.

Genial película desde principio a fin, no deja títere con cabeza, aquí se critican todos los estamentos de la sociedad. En primer lugar los medios de comunicación y su capacidad de influencia sobre la población, después los políticos que por un momento parecen quedar al margen y ser innecesarios (mundo ideal donde los "Juan nadie" son los que mandan), por último la crítica se la lleva el pueblo en sí, el ciudadano de a pie, sus pensamientos y reacciones (acérquese a su vecino). Además la película puede verse desde distintos puntos de vista, llegando incluso a poder analizarse desde el punto de vista religioso (un Juan Nadie 1941 años después). Toda esta visión crítica aderezada por una ascendente historia de amor, unida a unos maravillosos secundarios (made in Capra), más algunos finos toques de humor y como no un digno final, hacen de esta cinta una de las más representativas del cine de Capra. (Tonigorgon24 en Film Affinity)

Apoyándose en la especial relevancia y honradez que definía invariablemente a Gary Cooper, Frank Capra trazó en “Juan Nadie” una impecable farsa sobre el americano medio y los bamboleos a que es sometido por el sistema, llámese político o económico, que hace literalmente lo que quiere de las masas. Pero uno de esos hombrecillos grises se revelará contra el sistema, contra el poder. No se trata de un filme revolucionario, al menos no en el sentido marxista del término, pero sí lo es por cuanto propone la voluntad de ser uno mismo frente al poder. Película hermosa y diáfana en sus planteamientos, no evita sin embargo una amarga reflexión sobre la condición humana, una profunda meditación sobre el hombre que sojuzga al hombre. (Criticalia)

Frank Capra amaba profundamente a USA, pero, con todo lo amables que son sus películas, nunca dejó de alertar sobre aquello en lo que podía convertirse su país, Occidente en pleno si tenemos amplitud de miras. En lo que podría convertirse si no se acierta a distinguir las derivas propias de un sistema, que para Capra, sin ser perfecto, por el momento es lo mejor que se nos ha ocurrido. Entre esas derivas, según el director, la ambición de todos aquellos en contacto con el público: políticos y prensa. Y el futuro, no podía ser de otra manera, en el público. Recomendada para gente que huye de grandes grupos mediáticos como de la peste. (La Off-Off crítica)

Entretenida mezcla de comedia y drama por parte de uno de los maestros indiscutibles del cine norteamericano, Frank Capra (Sucedió una noche, Caballero sin espada, ¡Qué bello es vivir!). No llega a la altura de sus mejores trabajos pero consigue otra inteligente reflexión sobre la importancia de los ciudadanos anónimos. (Decine21)

Una de las fábula más representativas de su autor, donde el sempiterno discurso optimista se combina con una lúcida reflexión sobre la manipulación política. La perfecta dosificación de todos sus elementos hace que los aspectos más endebles del relato se sublimen con pasmosa facilidad. Los resultados son casi redondos, y tienen una notable punta de acidez. (Fotogramas)

La película es de dominio público. 

Película estrenada en España el 15 de noviembre de 1948.

Título español: Juan Nadie.

Reparto: Gary Cooper, Barbara Stanwyck, Edward Arnold, Walter Brennan, James Gleason, Ann Doran, Gene Lockhart, Regis Toomey, Spring Byington. 



jueves, 21 de abril de 2016

Secret Beyond the Door (1947). Fritz Lang


La joven Celia, una rica heredera, está a punto de casarse con un viejo amigo en lo que parece una apuesta segura. Pero antes se va de vacaciones a México, donde conoce a Mark, un misterioso hombre del que se enamora perdidamente. Se casan muy rápido y, después de la luna de miel, se van a vivir a la mansión de él, donde tiene un ala llena de habitaciones en las que ocurrieron asesinatos famosos. Pero a ella solo le llama la atención una, la que nunca está abierta.

La principal característica que singulariza al film es la variada mezcla de géneros en que se basa. El acierto que consigue el realizador en la dosificación y construcción de la obra la convierten en una admirable pieza única, una cautivadora rareza del autor. Se trata de un trabajo de encargo, que no constituye una de sus obras preferidas, ni es una de sus obras maestras, pero es un trabajo notable, limpio, interesante y absorbente, que merece ser tenido en cuenta por su carácter peculiar y por algunas escenas resueltas con maestría. La trama se presenta colmada de ambigüedades, que introducen en el film un sesgo de ensoñación y misterio que le confiere densidad, complejidad e interés. Quedan sumidas en la ambigüedad las tendencias sadomasoquistas que se sugieren, algunos traumas psicológicos de la infancia, las obsesiones paranoicas de algunos personajes, las fobias y las manías pirómanas de otros. A ello contribuye el hecho de que la voz en “off” oscila entre la protagonista y su marido, ampliando las dimensiones de la confusión, las dudas y los interrogantes, que sólo gradualmente y lentamente se van desvelando. (Miquel en Film Affinity)


Aunque no está a la altura de los otros trabajos conjuntos de la pareja director/actriz (“El Hombre Atrapado”, “La Mujer Del Cuadro”, “Perversidad”) algunos penetrantes, atmosféricos momentos que capturan su extraordinario sentido de la narrativa y percepción visual hacen que este film sea de visión exigible para todos los seguidores del arte de este genial director de origen austríaco. (AlohaCriticón)

 La cuarta y postrera colaboración entre Fritz Lang y Joan Bennett, una actriz entronizada por los amantes del "noir", precisamente, por estas películas que rodaron ambos, queda como producto de su época, un melodrama con acento "hitchconiano", un tanto confuso o deslavazado desde el punto de vista argumental y al que uno de los grandes cineastas de todos los tiempos, que aún tenía algo que decir como demostró en obras posteriores, con dificultad consigue dotar de enjundia, mayormente en el plano visual, gracias a su evidente habilidad en el manejo de los recursos del medio. Pero en esta ocasión, la habitual inmersión en la oscuridad del alma humana que nos propone apenas tiene un quebradizo sostén que la hace derivar hacia esa conclusión aludida poco convincente. Las preocupaciones vitales del director no aparecen en un argumento que le es ajeno y bastante hace con crear un ambiente onírico, ciertamente sugestivo en determinados instantes, o concebir imágenes visuales igualmente fascinantes y de gran fuerza misteriosa que nos hacen recordar su talento e insuflar algo de suspense en algún punto de la narración, así como construir un evocador prólogo que casi acaba siendo lo mejor de la película y que entronca con otros preámbulos como los de su primera película americana u otra rareza de su catálogo, introducciones realmente interesantes por uno u otro motivo. (Imprescinedible)

"Interesante drama psicológico, dirigido con habilidad y sentido del suspense. No es un clásico, pero tiene algunas escenas realmente conseguidas." (Fernando Morales: Diario El País)

La crítica francesa se entusiasmó con Secreto tras la puerta cuando descubrió apasionadamente la llamada política de autor, valorando muy en primer lugar la puesta en escena de Lang, su preocupación por narrar la historia a través de decorados inquietantes y sugestivos y su capacidad para desplazar la cámara con un sentido descriptivo que no eliminaba la interpretación poética.
Sería injusto, sin embargo, considerar Secreto tras la puerta como una de sus mejores obras; significaría exagerar el valor de otras películas suyas o igualarla a ellas. Ha realizado mejores títulos, y precisamente por ellos Fritz Lang es considerado un clásico reivindicable. (Diego Galán en El País)

Denostado durante muchos años, este film ha ido adquiriendo prestancia con el paso del tiempo. En su día fue considerado como una vulgar revisión de "Sospecha", de Alfred Hitchcock, o como un tópico melodrama psicoanalítico con las preceptivas gotas de suspense. Sin embargo, propone un apasionante ejercicio de fabulación que remoza la estructura del relato gótico, donde Lang vuelve a demostrar su rigor de composición. (Fotogramas)

Película estrenada en España en mayo de 1948.

Título español: Secreto tras la puerta.

Reparto: Joan Bennett, Michael Redgrave, Anne Revere, Barbara O'Neil, Natalie Schafer, Paul Cavanagh, Anabel Shaw, Rosa Rey, James Seay, Mark Dennis.

martes, 19 de abril de 2016

The Red House (1947). Delmer Daves



Un granjero decide enfrentarse a los misterios que oculta un viejo caserón, donde suceden continuamente extraños fenómenos que asombran y aterrorizan a los habitantes del lugar.

Realizada por un clásico como Delmer Daves, la película encuentra sus puntos fuertes en las secuencias situadas en el bosque, especialmente las de ambientación nocturna, en las que el viento y la oscuridad aportan las sensaciones dramáticas requeridas (apréciese que el bosque no es tan terrible durante el día, pero que por la noche conjura todos los miedos posibles), reforzadas gracias a la acertada iluminación, casi tenebrista, y a la notable y sugestiva partitura de Rozsa. El guión, del propio Daves, no es ninguna maravilla, con algunos diálogos innecesarios, pero tampoco devalúa el resultado global, del mismo modo que no lo hacen unas interpretaciones desiguales, entre las que destaca la de Robinson, que encarna al personaje más torturado y con mayor interés. (Quatermain80 en Film Affinity)

Más allá de ser un magnífico ejemplo de cómo el cine negro articula ciertas ideas bajo tramas criminales, La Casa Roja resulta una película interesante y bien facturada, aunque no entre las mejores del género. Delmer Daves hace un muy buen trabajo de dirección recreando ese ambiente enrarecido en que se mueven los personajes. Curiosamente, hay un par de momentos en que la puesta en escena parece dejarse influir por la historia introduciendo pequeños momentos que rompen con el estilo clásico de Hollywood. Uno de los más evidentes es cuando Meg, Nath y su novia buscan la casa roja y se detienen en un sitio que luego sabremos que estaba al lado de la casa. Mientras la pareja discute Daves dedica no menos de 20 segundos a un primer plano de Meg mirando al vacío. Es un plano muy extraño porque supone una clara brecha en la gramática narrativa al dedicar tantos segundos a un instante que no tiene ninguna finalidad de cara a la trama, ni siquiera la expresión de Meg da a entender algo en concreto. Es como si ese espíritu enrarecido y oculto lograra emerger e imponerse a la cordura de la narrativa clásica introduciendo un plano extrañamente largo que refleja más fielmente el caos y la extrañeza que recorre el interior de los personajes. (El gabinete del doctor Mabuse)

La Casa Roja, dirigida estupendamente por Delmer Daves, es un film tan extraño como brillante y sugerente. Se trata de una película sumamente influyente y original, con un trabajo extraordinario de todo el reparto, dotada de una mezcla de estilos apabullante y con una atmósfera en la cual lo aparentemente inocente y lo malsano se mezclan de forma sorprendente, donde la luz y la oscuridad conviven y donde un pasado tan tortuoso como opresivo domina en todo momento, un ejemplo de como lo que se cuenta y lo que se sugiere puede tener similar importancia. También resulta un film valiente, que trata de temas tabús en una época en la que había que hacer malabarismos para intentar meter en una producción de Hollywood temas tan peliagudos como los que se muestran en esta obra. Lo que en apariencia parece ser un drama juvenil en su comienzo y rural se va convirtiendo en algo mucho más oscuro, con personajes con una psicología muy compleja. (Edward G. Robinson película a película)

Con un argumento libre de despistes u objeciones, prácticamente perfecto –todas las historias de amor y abnegación que contiene están perfectamente manejadas-, un ritmo perfectamente sostenido y unas interpretaciones más que plausibles, “La casa roja” queda como una de las más logradas cintas de tensión y suspense –con gotas de fantástico, policiaco y melodrama, conjurando todo ello con precisión y destreza-, dispuesta a ser aún más desentrañada de lo que, tristemente, sigue estando aún. (Edgar Ducasse)

Adaptación de una novela de George Agnew Chamberlain que propone una intriga basada en la tradición gótica del género, aunque incorporando elementos levemente freudianos. Viene a ser como un vago precedente de "Psicosis", salvando las distancias del tiempo y del talento de sus realizadores, que se distingue especialmente por un notable sentido de la atmósfera. Film inédito en España. (Fotogramas)

La película es de dominio público.

Película estrenada por TVE el 13 de septiembre de 1999 en el espacio Qué grande es el cine.

Título español: La casa roja.

Reparto: Edward G. Robinson, Lon McCallister, Judith Anderson, Rory Calhoun, Allene Roberts, Julie London, Ona Munson, Harry Shannon.


viernes, 15 de abril de 2016

Ramrod (1947). André De Toth


En una comarca ganadera del Medio Oeste americano se reproduce la eterna guerra entre vaqueros y ovejeros. Worl, un ovejero que pretende asentarse en el lugar, se ve obligado a abandonar sus tierras. El problema es que está ligado sentimentalmente a Connie, la hija del ranchero que lo ha expulsado. Con el apoyo del ayudante de Worl, Dave Nash, Connie se enfrentará a su padre.

Intenso, violento y muy interesante western beneficiado por la presencia de la fascinante Verónica Lake cuyo reinado como diva del cine de los años cuarenta estaba ya prácticamente finiquitado.
A través de una historia de venganzas y rencores familiares el gran Andre de Toth, casado con Miss. Lake en aquellos momentos, realiza un excelente trabajo en donde la ambición, la frustración, la manipulación y unos ecos indiscutibles del cine negro, dan lugar a una película espléndida, nada complaciente, inusual y muy por encima de la media de los westerns de la época. (Kepamk en Film Affinity).

Los primeros 10 minutos de la película son de los mejores vistos nunca en un arranque de un western, con una maravillosa puesta en escena. El film se abre con un travelling donde vemos llegar a un carromato a un pueblo, y donde todos sus habitantes observan a las personas que viajan en ese carromato. No hay presentación de los personajes, no sabemos quiénes son los malos y quiénes son los buenos, sabemos que una diligencia va a partir, pero no sabemos quién va a ir en ella, Joel McCrea se pasea por el pueblo, sin saber si va o viene, la tensión se puede cortar con un cuchillo, se produce un duelo frente a la diligencia que va a partir. Una manera brillante e interesante de comenzar una buena película. (Farwest)

Lo que más me fascina de un film como Ramrod es, como apuntaba anteriormente, su manera de componer las imágenes. Largos movimientos de cámara con múltiples composiciones y la utilización de la profundidad de campo. De Toth no se jacta de su sabiduría para deleitarnos sino que lo hace así por simple necesidad y comodidad, con un plano secuencia nos narra 2 y hasta 3 situaciones y así ahorrarse días de rodaje. Muchas de las escenas que se cuentan en la cinta para decirnos que «viene alguien» cuando los personajes están entre cuatro paredes, las presenta con profundidad de campo a través de ventanas como a continuación se verá. Con esto, el bueno de De Toth no pretendía darse ínfulas de creador total y crear planos para la posteridad sino simple y llanamente hacer dos cosas en uno y ahorrarse los planos en exterior. Todo esto le da un valor, para mí, doble a su trabajo como director y como dice el refrán: hacer de la necesidad virtud. (Cine maldito)

La historia narra el deseo de venganza de Conni (Veronica Lake), junto a la complicidad de un galán enamorado, Dave Nash (Joel McCrea). Y describe el enfrentamiento entre ganaderos y campesinos, en paralelo a la historia de amor, a la que se opone el padre de ella. No falta tampoco la traición en esta magnífica película de suspense. Acompañan a los protagonistas dos grandes secundarios, como Preston Foster y Arleen Whelan. Un clásico para contar cómo cuando la obsesión se dirige a lo inalcanzable es capaz de destruir todo lo que se cruce en su camino. Magnífica. (Decine21)

Película estrenada en España el 4 de junio de 1948.

Título español: La mujer de fuego.

Reparto: Joel McCrea, Veronica Lake, Don Defore, Donald Crisp, Preston Foster, Arleen Whelan, Charles Ruggles, Lloyd Bridges.

lunes, 11 de abril de 2016

Abraham Lincoln (1930). David Wark Griffith



La primera película hablada del maestro D.W. Griffith (1875-1948) hace un repaso a la vida del famoso presidente norteamericano.

Cuesta abajo desde principios de los años 20. D.W. Griffith ve poco a poco declinar su carrera que se detendrá en 1931. Después de haber brillado en el cine mudo, realiza dos films sonoros, el primero de los cuales está consagrado a la vida de Abraham Lincoln. Contrariamente a John Ford poco tiempo después o Spielberg recientemente, Griffith decide abarcar toda la vida de Lincoln, desde su nacimiento en una cabaña del bosque hasta su asesinato en el Teatro Ford de Washington, ya presente en El nacimiento de una nación. Es un biopic bastante clásico en su concepción, que pasa demasido deprisa sobre los primeros aspectos de su vida para concentrarse sobre el lugar que ocupará Ann Rutledge, su primer amor (aunque este punto posiblemente sea exagerado en relación a la realidad según numerosos historiadores), así como sobre sus años de presidencia durante la guerra. Entonces, el mayor problema de esta adaptación de la vida de Lincoln es que quiere abarcar demasiado. La vida del 16º presidente de Estados Unidos es bastante rica en sucesos y Griffith pasa demasiado rápido sobre ciertos aspectos de su vida, lo que es de lamentar, y habría ganado al concentrarse sobre menos elementos. Además se puede reprochar al film falta de emoción y dramaturgia, que era el punto clave en las obras más bellas de Griffith. Aquí tenemos la impresión de que todo es recitado como en un dictado, un curso de historia sin verdadero poder dramático. Sin embargo no todo es desechable ni mucho menos. Al ser su primera película sonora, Griffith sale bastante bien parado del empeño, destacando la dicción de sus actores, especialmente Walter Huston como Lincoln. En la puesta en escena, Griffith es bastante clásico aunque eficaz. A veces es un poco torpe, pero el conjunto tiene un buen ritmo y las elipses son correctas. Finalmente, el atractivo mayor de este biopic se encuentra en la vida de Lincoln y en numerosos puntos importantes, tales como la manera en que Ann Rutledge le marcó, sus elecciones, la gestión de la guerra y su manera de verla o incluso su fin, todo marcado por algunas escenas memorables. En resumen, si en conjunto este biopic de Lincoln se parece demasiado a un dictado, queriendo poner en escena toda su vida sin tener tiempo para ello y con falta de una verdadera potencia narrativa, no por ello es menos eficaz e interesante en numerosos puntos. Después de este film, un hombre con talento como Griffith no rodará más que otro film en 1931 y morirá en 1948 en la indigencia.

El director se libera de la suntuosidad de muchos de los films que preceden a este, para relatarnos de una manera sobria, la historia del más famoso presidente de los EEUU (tras George Washington), comenzando desde su nacimiento, incluyendo la guerra de secesión, que lo haría entrar en los anales de la historia, y acabando con su asesinato en el teatro. (Oscar en Film Affinity)

Griffith hizo sólo dos películas sonoras, “Abraham Lincoln” (1930) y “La contienda” (1930). “Abraham Lincoln” fue la última de las películas de Griffith que recibió buenas críticas. El mismo director la promocionó y tanto él como su protagonista, el actor Walter Huston (padre del director John Huston y abuelo de Angelica Huston) recibieron alabanzas. No obstante, el azote de la gran crisis del ’30 no permitió que fuera un éxito comercial y ser la prueba ue el director quería mostrar a la industria que él podia también dirigir películas sonoras. Si bien, la mayoría de sus producciones fueron fracasos comerciales con el tiempo se convirtieron en clásicos indiscutidos. El director fue paulatinamente ignorado por Hollywood y cayó en el más completo de los olvidos. Uno más en la lista. (Culturalmente incorrecto)

El penúltimo film de uno de los directores más importantes de la historia del cine puso en evidencia su escasa adaptación al lenguaje que imponía el sonoro. Propone una aproximación biográfica al carismático presidente norteamericano que en conjunto resulta algo deslavazada. Diversos momentos de considerable fuerza visual le confieren un evidente atractivo dentro de sus limitaciones. (Fotogramas)

La película es de dominio público.

Reparto: Walter Huston, Una Merkel, William L. Thorne, Lucille La Verne, Helen Freeman, Otto Hoffman.


viernes, 8 de abril de 2016

Atlantic City (1980). Louis Malle



Sally Matthews (Susan Sarandon), una joven canadiense, sueña con una vida mejor. En realidad, lleva diez años soñándola, desde que dejara Saskatchewan. Su meta inmediata se concentra en el negocio del juego y en convertirse en la primera mujer croupier para poder dar su salto al casino de Monte Carlo, lugar que ella tiene idealizado como sinónimo de vida lujosa y glamourosa. Su principal obstáculo será su propio marido, que ha vuelto a las andadas como traficante de drogas. Por otro lado, Lou Pascal (Burt Lancaster), un antiguo residente de Atlantic City también involucrado en asuntillos mafiosos, ha de verse con el marido de Sally para comprarle las drogas, pero la situación se enturbia y este resulta asesinado. Ahora Sally será el objetivo de los mafiosos, que amenazan con acabar con su vida si esta no les devuelve el dinero que les pertenece. Lou tratará de ayudarla y enseguida se enamorará de ella. 

El film reflexiona sobre las diferencias que separan sueños e ilusiones de la realidad; sobre los cambios que ha de experimentar una ciudad para transitar con éxito de un pasado superado a un futuro de prosperidad; y sobre el proceso de envejecimiento y pérdida de facultades de las personas humanas. Destaca la profundidad del análisis psicológico de los personajes y el afecto con el que son tratados. Valora positivamente las diferencias humanas, la tolerancia y el sentido humanitario. Recurre a la ironía, la sátira y el humor. La ambientación es realista, sobria y desprovista de adornos añadidos. Se sirve de símbolos que acogen y dan sentido a la historia, como la ciudad que ha de demoler antiguos edificios hoteleros anacrónicos para dar paso en su lugar a nuevas instalaciones dedicadas a nuevos usos. (Miquel en Film Affinity)

La melancolía de Louis Malle se refleja en esos dos magníficos actores como Burt Lancaster y Susan Sarandon. Ellos son el punto de partida y el punto final de una historia que habla de oportunidades perdidas, de deseos inacabados, de sueños interrumpidos por una vida que no ha parado de demoler sus esperanzas. Todo es quieto, tranquilo, no hay grandes explosiones, ni tampoco grandes persecuciones. Esos efectos están en el rostro de ellos dos, que buscan un maldito final y un nuevo comienzo. La amargura de un tiempo que se ha ido definitivamente sobrevuela toda la dirección de Malle. Porque lo que nos quiere decir realmente es que los héroes están cansados pero, los de verdad, nunca dejan de serlo. (Los ojos del lobo)

"Con Vania, el mejor film USA de Malle. Narra el encuentro de dos sujetos solitarios en su miseria compartida." (Luis Martínez: Diario El País)
 
Partiendo de una sólida base, que se cimenta en la mejor tradición del cine negro, Malle propuso una mirada desencantada sobre los mitos del género. Un espléndido Burt Lancaster encarna al emblemático personaje alrededor del cual se desarrolla una reflexión tan lúcida como nostálgica sobre la futilidad de la existencia. La coherencia entre el discurso y la formulación visual es absoluta. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 1 de agosto de 1981.

Reparto: Burt Lancaster, Susan Sarandon, Hollis McLaren, Kate Reid, Robert Joy, Michel Piccoli.



lunes, 4 de abril de 2016

Fat City (1972). John Huston


En Stockton, ciudad de California, un veterano púgil en decadencia (Stacy Keach), que sobrevive trabajando como jornalero agrícola, conoce a un muchacho que quiere ser boxeador (Jeff Bridges) y se lo recomienda a su antiguo mánager, otro perdedor. "Fat City" es una expresión de la jerga boxística que quiere decir "paraíso en la tierra".

Buen cine para todo tipo de público, casi diría de obligada visión. El devenir de unos días en la vida de un hombre sin estrella relatado con absoluta objetividad, sin melodramas gratuitos ni falsas esperanzas. No están las mafias ni los tongos tan recurrentes en el cine. Secuencias marcadamente tristes expuestas sin regodeos y de una efectividad extrañamente perturbadora. (Fantomas en Film Affinity)

Es difícil encontrar otra película que plasme de manera tan descarnada el fracaso (uno de los temas preferidos del Huston, y el que desde mi punto de vista ha suscitado sus mejores obras): desde la espléndida secuencia inicial, la cámara seguirá el errático deambular del protagonista en su desesperada lucha contra la soledad, en un escenario en el que el tiempo parece haber pasado de largo, dejando tras de sí una estela de personajes abandonados en la cuneta de la vida. (Cinema Esencial)

Huston compone una película tremendamente amarga, dura, con dos hombres atrapados en una ciudad en la que no parece conceder muchas oportunidades de prosperidad más allá de las que acaban por morir sobre el ring. En su realización se aprecia ya el calado del Nuevo Hollywood en pleno desarrollo en la renovación del estilo de Huston palpable en unos personajes supervivientes a duras penas de mil batallas, en los diálogos sin concesiones que no ahorran en contundencia verbal o la prácticamente total falta de edulcoración de la tragedia y el reflejo crudo de la realidad, impregnado al mismo tiempo con ese tono de lirismo elegíaco propio de Huston. (El crítico abúlico)

Una desgarrada y sincera reflexión sobre la frustración y el desengaño, facturada con el particular brío narrativo del camaleónico cineasta, quien, por cierto, no quedó demasiado satisfecho del resultado, quizás debido a la enorme exigencia que le remitían sus amplios conocimientos sobre el tema. Stacy Keach, en la piel de un cándido y derrotado exboxeador de segunda fila, alcanzó el momento más álgido de su carrera en un soberbio drama urbano tan realista como asombrosamente intemporal. (Diccineario)

"Intenso drama de perdedores que centra su atención en los sórdidos ambientes pugilísticos. Sin ser sobresaliente atesora buenas escenas y un acertado trabajo de fotografía." (Fernando Morales: Diario El País)
 
"Una película que conmueve hasta lo más profundo (...) derrotados, sí, pero no perdedores. (...) El final de 'Fat City', con el tiempo congelado y la vida paralizada, es uno de los más hermosos, subyugantes y tristes de la historia del cine." (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)

Título español: Fat City, ciudad dorada.

Reparto: Stacy Keach, Jeff Bridges, Susan Tyrrell, Candy Clark, Nicholas Colasanto. 


viernes, 1 de abril de 2016

Force of Evil (1948). Abraham Polonsky


Joe Morse trabaja como abogado para Ben Tucker, un hombre que se ha enriquecido gracias al clandestino e ilegal negocio de las apuestas. Pero para asegurarse el monopolio de esta actividad necesitan dar un golpe que implique la desaparición de todas las pequeñas casas de apuestas. Casualmente, una de ellas la dirige el hermano de Morse.

Sin duda esta es la mejor película de las que dirigió Polonsky ( proveniente de familia ruso-judía). Repleta de gestos característicos del mejor film-noir: relaciones tormentosas, momentos realmente violentos, ambiente sórdido y oscuro en los bajos fondos de la gran ciudad, gánsteres sin escrúpulos movidos por una inagotable ambición, dilemas morales que atormentan al protagonista, la aparición de una femme-fatale, etc. Además de esto añadir una enorme interpretación de John Garfield con unas cuantas secuencias memorables y unos diálogos cargados de tensión y perspicacia. (Alfie en Film Affinity)

Visualmente la fuerza del destino resulta impactante; los magníficos planos exteriores de Nueva York, cuentan con una belleza y una amplitud de campo enorme, sirvan como ejemplo las últimas secuencias de Joe Morse recorriendo las calles de la gran ciudad, terminando con un largo plano en el que la pareja de protagonistas se alejan con el fastuoso puente de Manhattan al fondo, una maravilla. Pero eso no es todo, el poco reconocido Abraham Polonsky, logra también una excelente dirección en los interiores, haciendo uso de unos encuadres ligeramente desorientados y unos movimientos de cámara que recuerdan al expresionismo del gran Welles. La fotografía parcela de George Barnes, es otro apartado a tener muy en cuenta. (Demetrio Rudin en Film Affinity)

A esto hay que unir la brillante fotografía de George S. Barnes, que durante su carrera participó en excelentes producciones como 'Rebeca' (1940), 'Recuerda...' (1945), 'La guerra de los mundos' (1953) o 'Juan Nadie' (1941), por poner algunos ejemplos. En esta ocasión su trabajo es brillante, dejándonos multitud de imágenes para el recuerdo. Su esfuerzo, unido a la sobria y elegante dirección de Polonsky, junto al magnífico montaje final de Arthur Seid, dan como resultado una obra que, sin llegar a la hora y media de duración, resulta sumamente satisfactoria y aprovecha a la perfección cada minuto de metraje. Para colmo, su director y guionista se desmarca de la tendencia generalizada en el género de filmar finales abruptos que deslucen un tanto el trabajo anteriormente realizado, entregándonos uno de los mejores desenlaces que yo recuerdo en un trabajo de este tipo. (Pinceladas de cine)

Se trata de una obra inclasificable, que se caracteriza principalmente por su diálogo poético escrito en forma de contrapunto, en el que cada frase se contrapone a la anterior, dejando en evidencia la idiosincrasia de cada uno de los personajes. Afirma Polonsky: “Mi intención fue realizar un proyecto en el que los diálogos estuviesen al mismo nivel que la actuación y la fotografía. Me rehúso a escribir conversaciones que trasmitan mera información.” 
Polonsky decodifica con audacia lo que se esconde detrás de las convenciones artísticas y sociales. Así como Miguel Ángel desborda los límites de la teología y de los dogmas católicos con su Capilla Sixtina, Polonsky desborda su propia militancia política con esta singular obra, que nos muestra la anatomía y los conflictos morales de dos hermanos que luchan por sobrevivir en la vorágine capitalista. El poder del mal es una obra existencial y manierista. La actuación del elenco, que también incluye a Beatrice Pearson y a Thomas Gomez, combina la estilización con el naturalismo, una especialidad de John Garfield que lo distinguió claramente del resto de sus pares, y que más tarde explotarían actores como Marlon Brando y James Dean con gran éxito. Todos estos elementos desembocan en un tema muy difícil de retratar con profundidad emocional: el poder absoluto del dinero sobre las sociedades y sobre las relaciones humanas. (Pablo S. Naranjo en Brecha)

"Sin duda, uno de los filmes más reputados de Abraham Polonsky (...) Excelente fotografía y conseguida ambientación." (Fernando Morales: Diario El País)
 
Un título clave en la historia del cine negro, en el que se desarrolla una parábola moral y política sobra la escasa distancia que separa la inocencia de la corrupción. Al margen del interés y la profundidad de la historia, cuenta con una formulación visual de inusual prestancia, en la que se combina la fuerza documental con inflexiones barrocas. Un jovencísimo Beau Bridges tiene una breve intervención. Film inédito en España. (Fotogramas)
 
Película estrenada por TVE el 2 de septiembre de 1973 en el espacio Cineclub dentro del ciclo Clásicos del cine negro.

Título español: El poder del mal / La fuerza del destino.

Reparto: John Garfield, Thomas Gomez, Marie Windsor, Howland Chamberlain, Roy Roberts, Paul Fix, Beatrice Pearson.