jueves, 19 de noviembre de 2015

Man Without a Star (1955). King Vidor


Dempsey Rae (Kirk Douglas) decide marcharse de Kansas City hacia Wyoming, donde espera tener nuevos aires para su atormentada existencia. En el tren en el que viaja como polizón, se hará amigo del joven Jeff Jimson (William Campbell), a quien llamarán "Texas" cuando empiecen a trabajar en el rancho de Strap Davis. Después comenzarán los problemas cuando la nueva propietaria ya es Reed Bowman (Jeanne Crain), una bella y ambiciosa mujer que sigue pensando que el agua y el pasto son de todos y no está dispuesta a respetar las alambradas de nadie.

La película desarrolla un relato épico y de trazos clásicos. Explora la emergencia en el Medio Oeste de los grandes rancheros, dedicados a la producción masiva de carne vacuna, los problemas que crean a los pequeños granjeros y las causas de su oposición a las cercas que los pequeños levantan en terrenos de dominio público, para proteger los pastos y distribuirlos a lo largo del año. El enfrentamiento entre granjeros pequeños y grandes no se plantea como una mera cuestión de lindes y cercas. Se plantea como consecuencia de los problemas derivados de dos sistemas de producción diferentes por razones de escala. Los grandes consiguen aumentos inportantes de producción, mejoras de la productividad y reducción de los costes, lo que les da mayores beneficios unitarios y una gran capacidad de negociación en el mercado. Las cercas son sólo una manifestación de una problemática más profunda. Demsey simboliza el apego a los viejos métodos, el idealismo de una tierra para todos sin restricciones y las aspiraciones de una libertad sin reglamentaciones. El film glosa los cambios que se derivan del progreso con un ejemplo tan hilarante como real en su momento: los cuartos de baño situados en el interior de la vivienda. Se plantea, además, la tensión que se da entre las ansias de soledad y aventura y la necesidad de la vida en comunidad en lugar estable. Entre el mundo de lo viejo y lo nuevo no caben compromisos. Lo anacrónico está abocado a la desaparición o a la marginación social. Unos lo entienden así y se acomodan, otros optan por la búsqueda de espacios a los que no han llegado todavía las cercas, ni el confort de los adelantos domésticos. (Miquel en Film Affinity)

Un gran y subestimado western de King Vidor, briosamente narrado, de gran carga emocional y eficazmente interpretado por el siempre enérgico Kirk Douglas, acompañando en esta ocasión por la bella Jeanne Crain. “La pradera sin ley” diatriba sobre el sentido y necesidad de la libertad humana y las trabas puestas en el desarrollo de su existencia con espinosas delimitaciones a esa liberación, que permanecen como estigmas de oscura memoria. Vidor y los guionistas Borden Chase y Daniel D. Beauchamp, quienes adaptan el libro de Dee Linford, proponen con este título una mirada sincera a la vida de un trotamundos de doloroso pasado, que busca en el cielo una estrella guiadora que lo conduzca hacia un espacio abierto sin lindes ni alambradas, un futuro más optimista. Por desgracia, y como su título original indica, su destino está marcado, será un “Man without a star”. (AlohaCriticón)

Aunque es poco conocido, se trata de un memorable western de King Vidor. Kirk Douglas interpreta a un hombre condenado al fracaso, el hombre sin estrella al que alude al título original y una preciosa canción, "Man Without a Star", marcado por la muerte trágica de su hermano. El actor borda el papel de un perdedor que a pesar de todo encara el futuro con optimismo, y que ve en el joven inexperto Jeff un trasunto del hermano ausente. El film, rodado en espléndido technicolor, contiene secuencias espectaculares de la estampida del ganado y de peleas. Y las mujeres tienen más cancha de lo que es usual en el western, con unas estupendas Claire Trevor y Jeanne Crain. (Decine21)

Excelente western que resume con precisión las virtudes de su director. Por una parte, el clasicismo de una formulación sólida y sin el más mínimo resquicio. Por otra, una pulsión pasional que en ocasiones roza lo enfermizo y que la confiere una fuerza irresistible. El equilibrio entre ambas características es admirable. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 3 de agosto de 1959.

Título español: La pradera sin ley.

Reparto: Kirk Douglas, Jeanne Crain, Claire Trevor, William Campbell, Richard Boone, Jay C. Flippen.



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