viernes, 25 de septiembre de 2015

Strangers When We Meet (1960). Richard Quine


Drama de infidelidad entre dos adultos cuyas respectivas parejas no les prestan mucha atención. El arquitecto Larry Coe, casado y con dos hijos, se siente atraído por Margaret Gault desde el momento en que la ve en la parada del autobús escolar. El hijo de Margaret es compañero del hijo menor de Larry. Margaret admira a Larry desde que vio en una revista la casa por la que le dieron un premio. Y también se siente atraída por él. La primera cita es un paseo hasta el terreno en que se levantará la casa que Larry está proyectando.

Un extraño en mi vida está considerada por algunos como la gran obra maestra de Quine, aunque rara vez aparezca en las listas de mejores películas americanas. Y es una pena que sea tan poco conocido/apreciado, pues se trata de un excepcional largometraje, rodado con amor, precisión y bueno ojo para aprovechar las posibilidades del color (excelente foto de Charles Lang) y del scope, que teje una compleja red de (nada ingenuas) relaciones entre personajes de modo reposado y maduro (un poco escéptico, por tanto), aunque no exento de apasionamiento, gracias asimismo a las brillantes situaciones y pulidos diálogos (naturalistas, muy poco retóricos) obra del novelista Evan Hunter (que trabajaría con Hitchcock unos años después en Los pájaros/The Birds, 1963). Un texto que Quine combina sabiamente con potentes imágenes en las que los interiores y el vestuario, las superficies y los aromas, lo complementan a la perfección mediante el trabajo eminentemente visual desarrollado a través de la puesta en escena. (Alejandro Díaz en Miradas de cine)

Todo está salpicado de pequeños detalles y símbolos, el más evidente es el paralelismo entre la construcción de la casa y el alumbramiento de la llama de la pasión, creciendo ambos al mismo ritmo.
Se mantiene siempre el pulso narrativo, rodeado de una atmósfera elegante. Está rodada con gran precisión, con unos medidos encuadres y una portentosa utilización del scope, aprovechando un estilizado uso de una variada paleta de colores.(Gabriel en Film Affinity)

Así Richard Quine emplea una puesta en escena elegante desde que empieza la película y enfoca por primera vez a Kim Novak como la nueva y bella vecina. Emplea perfectamente el lenguaje del melodrama. Así como los sucesivos encuentros entre los amantes. O cómo los personajes se mueven y ‘disponen’ por las habitaciones de las casas. Cómo enfoca la espalda y la nuca de ella. O cómo va mostrando la construcción de la casa y de la relación. Hay un cuidado tratamiento del color. Unos diálogos certeros por un buen trabajo de guión del propio novelista (que se adapta al lenguaje cinematográfico) Evan Hunter y una hermosa banda sonora de George Duning. Pero si hay algo que también llama la atención durante todo el metraje es la continua pasión y sensualidad contenida. En cada uno de los encuentros de los dos amantes. O en esa fiesta donde los amantes no pueden mostrar que se conocen y no pueden estar juntos. (El blog de Hildy Johnson)

Basado en una discreta novela de Evan Hunter (también conocido como Ed McBain), éste es uno de los films más notables de su director, en el que se apartó un tanto de su registro habitual. Propone un consistente melodrama sentimental, en el que se evidencia una sensibilidad poco usual y un considerable rigor en la construcción. (Fotogramas)

Película estrenada en España el 2 de noviembre de 1964.

Título español: Un extraño en mi vida.

Reparto: Kirk Douglas, Kim Novak, Ernie Kovacs, Barbara Rush, Virginia Bruce, Walter Matthau.


viernes, 18 de septiembre de 2015

The Great Flamarion (1945). Anthony Mann


Flamarion es la gran atracción de un espectáculo de Music Hall. Su bella ayudante es una mujer casada, que se enamora de un acróbata, pero intenta seducir a El Gran Flamarion para que mate a su marido y poder huir con el acróbata. Cuando El Gran Flamarion descubre el engaño, la busca para acabar con ella.

Los personajes del film son seres atormentados, que se mueven por celos, engaño, fraude, manipulación, deslealtad y traición. De modo sutil, pero intenso, el ambiente de la obra está saturado de sensualidad, erotismo, adulterios, deseos reprimidos, amores despechados, sexo en solitario y sexo con animales (Cleo). La protagonista, Connie, mantiene relaciones amorosas con el marido, Flamarion y Eddie, en una versión de ninfa maligna, que desea la eliminación de uno y la desparición de otro. No sólo la pasión y los instintos impulsan el comportamiento de Connie, también la mala fe, la maldad, el chantaje, la extorsión y la inducción al asesinato. Flamarion hace las veces de narrador en flashback, que con un flash sobre el final, hecho de dos disparos y un grito de mujer fuera de plano, suscita el interés del público desde el primer momento. (Miquel en Film Affinity)

Sin ser el film más memorable de Anthony Mann, el cineasta entrega algunos pasajes memorables, exprimiendo el talento de Erich von Stroheim como intérprete de personajes decadentes, en la escena de la espera interminable de su amada. (Decine21)

Esta pequeña gran película está muy subestimada dentro de la filmografía de Anthony Mann, como casi toda su etapa negra, minorada al lado de sus monumentales obras en Cinemascope o de su serie de westerns con James Stewart como protagonista. Sin embargo, en esta cinta explora ya la naturaleza obsesiva y traumatizada de los antihéroes de su cine, esos hombres que encuentran en la violencia y en la venganza el objetivo, la finalidad que da sentido a sus vidas, y cuyo cumplimiento hace que ya no importe ni el cuándo ni el dónde de su final. (39 escalones)

Lejos de su espectacular forma de rodar, por la que se haría famoso, Mann se encierra en decorados claustrofóbicos y utiliza las luces y las sombras de forma sorprendente. Algunos ejemplos: cuando nos presenta a los personajes del drama, el número de tiro resulta ser un mal presagio de lo que iba a suceder en realidad; o mientras Connie habla con Flamarion –al que engaña-, podemos ver, detrás de ellos, las sombras de la actuación de un equilibrista encima de su monociclo, un equilibrista que acaba de formar parte de la colección de Connie. (Ethan en Muchocine)

Adaptación de una novela de Vicki Baum, en la que se plantea un melodrama pasional ambientado en el mundo del espectáculo. Toda su acción se centra en torno al torvo personaje que encarna Erich von Stroheim, cuya esforzada interpretación cae ocasionalmente en el exceso. Pese a sus influencias germánicas, la realización es esencialmente funcional. Film inédito en España. (Fotogramas)

La película es de dominio público.

Película estrenada en España por TVE el 18 de septiembre de 1990.

Título español: El gran Flamarion.

Reparto: Erich von Stroheim, Mary Beth Hughes, Dan Duryea, Steve Barclay, Lester Allen.



viernes, 11 de septiembre de 2015

The Stranger (1946). Orson Welles


Wilson, un agente de la comisión de crímenes de guerra, está buscando a Franz Kindler, uno de los cerebros de los campos de exterminio nazis, que ha conseguido huir sin dejar huellas. Siguiendo la pista de Meinike, un antiguo camarada de Kindler, llega hasta Harper (Connecticut), donde Meinike es asesinado antes de poder identificar al fugitivo. La única pista que le queda a Wilson es la fascinación del criminal nazi por los relojes antiguos.

Apoyado principalmente en un imponente reparto y en las espléndidas cualidades del director, el film se desarrolla de una manera vertiginosa y sin descanso. Todo funciona a la perfección: el carisma de Robinson, el simbolismo y la fuerza visual de Welles y sus planos “imposibles”, la convicción de su discurso moral, los personajes que completan el cuadro artístico…todo se ensambla perfectamente para conseguir no la película perfecta, pero sí un ejemplo de pasión y de convencimiento personal haciendo cine. Y esto es lo más importante de “El Extranjero”. La seguridad de Welles en su trabajo se hace patente plano a plano, en la tremenda puesta en escena y en el excepcional montaje que salva sin ninguna dificultad cualquier atisbo de problema proveniente principalmente del guión.(El caballero Teutón en Film Affinity)

Según el propio Welles no había nada suyo en esa mala película, y sin lugar a dudas la consideraba su peor film. Incluso se desentendió del guión, que aunque en los créditos aparece a cargo de Victor Trivas, finalmente se encargó de él John Houston, por lo menos según Welles. Por esta misma razón, toda la película está rodada con una sobriedad completamente inusual en el director, nada de planos oblicuos ni extraños ángulos de cámara, lo más discreto posible, y ni siquiera se encargó del montaje. En definitiva, nada que denotase un estilo. (Miradas de cine)

Orson Welles nos vuelve a impresio-nar con un uso tremendamente imaginativo de los posicionamientos de cámara, con picados, contrapicados y tomas oblicuas que nunca son gratuitos –siempre al servicio de la intencionalidad narrativa–. Si a eso se une un trabajo de iluminación y fotografía excepcionales, con claroscuros tenebristas que crean esa atmósfera inquietante en la que se desenvuelve toda la historia, y una generación de sombras que consigue que éstas se conviertan en un personaje más, no cabe más que extasiarse ante tamaña exhibición de alardes técnicos, corroborados y rubricados con un montaje final soberbio.
Y eso no es todo; quizá, con ser tan brillante, ni siquiera es lo más destacable. Aún deslumbra más el manejo de los recursos más estrictamente narrativos, reflejado en multitud de pequeños detalles que terminan conformando, por mera acumulación, una exhibición majestuosa. (Manuel Márquez en La butaca)

"Amores en pleno corazón del nazismo para una historia perfectamente narrada, muy bien interpretada por su atractivo reparto y con un final de los que causan admiración". (Fernando Morales: Diario El País)
Habitualmente reputado como un film menor, por el hecho de ser un encargo algo impersonal, no es en absoluto una obra despreciable. Aunque Welles no participó en la elaboración de la historia, puso su particular mirada en la misma al ponerla en imágenes. Aparentemente, es una intriga más o menos convencional, pero el barroquismo de su construcción llega a extremos de gran riqueza visual. (Fotogramas)

Actualmente la película es de dominio público. Posiblemente fue estrenada en España por TVE el 30 de noviembre de 1983 dentro de un ciclo dedicado al cine negro.

Título español: El extraño.

Reparto: Edward G. Robinson, Loretta Young, Orson Welles, Philip Merivale, Richard Long, Billy House.


domingo, 6 de septiembre de 2015

Le amiche (1955). Michelangelo Antonioni


Rosetta, una joven adinerada, después de intentar suicidarse en un hotel de Turín, conoce a Clelia, una vecina de habitación a la que confía todos sus problemas. Clelia es una joven de origen humilde que pretende abrir en la ciudad un negocio de moda. Adaptación libre de la novela Tra donne sole de Cesare Pavese (1908-1950).

La película se desarrolla como un drama de referencias psicológicas, centrado en el mundo de 5 mujeres. Explora sus centros de interés: moda, fiestas, salidas, cremas. Los efectos de su interacción: amistad, rivalidades, deslealtades, celos. Su visión de la sexualidad, el matrimonio, las separaciones, la fidelidad. Analiza la indiferencia de los hombres ante las angustias de las mujeres y la incapacidad de éstas para entenderse y comunicarse entre ellas. Investiga las difíciles relaciones hombre/mujer y sus diferentes modos de entender el sexo y el amor, personificados en Rosetta y Lorenzo. Hace uso de símbolos, de creación propia, para subrayar temas tan importantes para el autor como el olvido (Nené), la vacuidad (Marielle) y la desaparición (Rosetta). La obra contiene elementos de valor documental (etnológico), como el bar con radio elevada (sin TV) para seguir en directo los partidos de fútbol, el puesto callejero de golosinas, la moda femenina de los primeros 50 (tocados, abrigos de piel, tacones medios), la prestación por Cruz Roja del entonces deficitario servicio de ambulancias, la desaparición del sombrero masculino y otros. (Miquel en Film Affinity)

Las amigas, en la que, como apuntó bien Fabio Carpi, Antonioni antepuso la verticalidad de la historia —los personajes— a la horizontalidad narrativa —la realidad— es una obra pavesiana a la inversa: en Pavese, el espacio físico (Turín) incide sobre las personas en un movimiento que va del exterior al interior, mientras que en la adaptación, hecha por Antonioni y Suso Cecchi D’Amico, todo nace del interior con el fin de hacer grande la (según el propio Pavese) grotesca y trivial tragedia de esas mujeres y del mundo falso (no menos grotesco) de la haute costure, proyectándola sobre el marco de un Turín grisáceo y lluvioso. (José María Latorre en Miradas de cine)

El tratamiento de problemáticas de la burguesía urbana -algo que sería una constante en la obra de Antonioni- está presente en el film, pero en esta ocasión puesto en relación con aquellas propias de la clase baja. El personaje de Clelia, predominante en la historia, una joven e independiente muchacha nacida en un barrio proletario de Turín, vuelve a su ciudad natal convertida en la representante de una importante firma textil de Roma, y allí se conecta con un grupo vernáculo de amigas mientras mantiene un ligero romance con un muchacho de extracción popular. De esta manera su personaje actúa como pivote entre los intereses y expectativas de la clase acomodada (a la que pertenecen sus amigos turineses) y aquellos de la clase trabajadora, manifestados (incluso explícitamente) por Carlo, el ayudante del arquitecto. (Rodrigo Aráoz en el El ángel exterminador)

Tejida con diálogos esenciales y de tono malicioso (como en la secuencia de la playa, donde Rosetta es asaeteada por los comentarios mordaces de las amigas), el drama escenificado en el film de Antonioni se separa algo de la novela de Pavese, pero restituye bien su profundidad y amargura. Es un film sobre todo psicológico que describe de modo lúcido las relaciones de clase y la crueldad aburrida que anima los ambientes burgueses. La atención del director, de acuerdo con los temas típicos de su filmografía, se dirige principalmente a las protagonistas y a la ambigua condición que encarnan: mujeres ricas, en apariencia libres pero prontas a revelar su dependencia del hombre, que es presentado como un ser frágil en el plano humano pero fuerte en su papel social. Apoyado por una fotografía óptima (en particular los exteriores de Turín), Le amiche manifiesta un rigor formal incluso en el vestuario así como en la parcela narrativa que concede poco al espectáculo. Ambos aspectos utilizados para subrayar el alcance del lenguaje de la moda.

Título español: Las amigas.

Reparto: Eleonora Rossi Drago, Gabriele Ferzetti,Valentina Cortese, Franco Fabrizzi, Ettore Manni, Ivonne Furneaux.