viernes, 22 de mayo de 2015

The War Lord (1965). Franklin J. Schaffner


A mediados del siglo XI, un poblado en la costa de Normandía sufre los ataques de los frisones, pueblo de origen germano. La comarca es parte del señorío del duque de Gante, el cual decide ponerla bajo la custodia del caballero Chrysagon (Charlton Heston), destituyendo a su anterior gobernador, muerto durante un ataque de los frisones.
Chrysagon llega al lugar acompañado de su conflictivo hermano menor, Draco (Guy Stockwell), su fiel escudero Bors (Richard Boone) y una partida de la milicia ducal. El poblado está dirigido por Odins (Niall MacGinnis), druida y jefe tribal. También vive allí un sacerdote (Maurice Evans) en misión evangelizadora. Chrysagon, nada más llegar, ha de desbaratar una incursión de los frisones y, durante la lucha, cae en poder de su halconero -un enano sin escrúpulos-. el hijo del jefe frisón. A partir de ese momento, aquellas tierras serán objetivo preferente de los incursores frisones, cuyo jefe quiere por todos los medios recuperar a su hijo.
En un paseo por los campos, Chrysagon conoce a Bronwyn (Rosemary Forsyth), una hermosa campesina, por la que se siente inmediatamente atraído. El líder Odins le pide permiso para desposar a su hija adoptiva con su hijo Marc(James Farentino). Chrysagon, sin saber que se refiere a Bronwyn, le autoriza.
Más tarde descubre la identidad de la muchacha y, trastornado, decide hacer caso a su hermano exigiendo el derecho de pernada, antigua tradición entre aquellas gentes, por el que un señor feudal podía poseer a las mujeres prometidas, en su noche de bodas. Con la oposición del sacerdote, que le recrimina lo que considera una abominación. Odins le recuerda que debe devolver la mujer al alba; pero Chrysagon, enamorado de Bronwyn -y ella de él-, no la devuelve y estalla una revuelta campesina.
Odins aconseja a su hijo que busque la alianza con los frisones para vengarse de Chrysagon. De este modo los campesinos se alían con el rey de los frisones y se inicia un épico asalto a la torre que guarda la comarca aunque, como los acontecimientos irán mostrando, el jefe de los incursores provenientes de Frisia sólo desea recuperar a su hijo.

"Peca de ambiciosa en algunas ocasiones, pero el conjunto deja un buen sabor de boca. Espléndido Richard Boone en el papel de villano." (Fernando Morales: Diario El País)

Dejando de lado el elevado grado de erudición del cual la película hace gala en su descripción del sustrato celta que la recorre, El señor de la guerra esboza con maestría ese conflicto entre cristianismo y paganismo descargando buena parte de su dramatismo en un planteamiento estético muy refinado, hasta el punto de convertir el film en uno de esos raros ejemplos en los que la belleza de sus ideas va indisolublemente unida a la belleza de su realización: fondo y forma constituyen un todo unívoco. (Tomás Fernández Valentí en Miradas de cine)

En una película bañada de tantos elementos de interés, hay sin embargo algunos que impiden que su conjunto alcance esa categoría de obra maestra que en algún momento llega a apuntar. Con ello me refiero a algún abrupto corte de secuencia, a la poca convicción que a mi juicio tiene la secuencia de la ceremonia pagana, o el fondo musical impuesto a las secuencias del asedio y ataque al torreón. Pocas reservas son, sin embargo, para una película espléndida, dolorosa en algunos momentos y que, reitero, estimo contiene la mejor interpretación cinematográfica de Charlton Heston. (Cinema de perra gorda)
 
Uno de los mejores dramas amorosos medievales que nunca se hayan realizado, basado en la novela "The Lovers" de Leslie Stevens. En ese pantanoso lugar donde el paganismo y cristianismo se superponen tiene lugar una de las historias de amor más profundas y sinceras que yo jamás haya visto. Destacar también algunas secuencias de lucha donde podemos ver la mayoría de técnicas de asalto a fortificaciones en la Edad Media. La película tiene una música excelente (Jerome Moross el de "Horizontes de grandeza"), una fotografía portentosa de Russel Metty y unas interpretaciones sin parangón, como la de Heston en uno de sus mejores papeles y un Richard Boone impagable como ayudante. Rosemary Forsyth alcanza una belleza muy pocas veces conseguida por ninguna fémina en la larga historia del cine. Si además tenemos una dirección modélica como la de Schaffner el resultado es extraordinario. (Vircenguetorix en Film Affinity)

Un día de verano de 1966, el poeta Juan Eduardo Cirlot (1916-1973) vio la película El señor de la guerra en una sala de cine de Barcelona. Tanto el director como el actor protagonista eran los mismos que los de El planeta de los simios: Franklin Schaffner y Charlton Heston. Pero Cirlot se quedó subyugado por el personaje femenino que interpretaba la actriz Rosemary Forsyth: Bronwyn. Desde entonces su vida no volvió a ser la misma. (...) ¿Puede uno enamorarse de un personaje cinematográfico? Sí, el caso de Cirlot y Bronwyn es la prueba de ello. El poeta barcelonés le dedicó a su doncella celta miles de versos. En total, dieciséis libros de poesía que forman el llamado ciclo Bronwyn. En él, Cirlot hace gala de multitud de registros y estilos, desde su personal concepto del surrealismo, pasando por la poesía permutatoria y los juegos fonéticos, hasta el lirismo medievalista más excelso (la culminación del ciclo que supone La Quête de Bronwyn, tal vez el mejor libro del ciclo). (Milos de Azaola en Inmtk)

“Quizá Bronwyn sea la causa de que sea un ser humano y tenga semejantes (esto es, tipos odiosos que se juzgan iguales a mí). Si Bronwyn es la causa, no debe de ser cierto que ella pertenezca al siglo XX y se llame Rosemary Forsyth, ni tampoco que haya nacido el año 1000. Sin duda estamos, por lo menos, en el año (cifra borrada por la lluvia o por el llanto) antes de nuestra Era, y yo soy uno de los ángeles de que hablará un libro que será famoso, el Libro de Henoch. El libro cuenta que los ángeles vieron a las hijas de los hombres y se enamoraron de ellas, ¿hijas de los hombres?, ¿enamorarse? Sí, y por esto cayeron. (…) frases como las mías no pueden ser entendidas ni aprobadas por nadie y menos en Barcelona, la ciudad del humo y de la inquisición. He ardido en tantas hogueras (…) Me han atormentado tanto que jamás sabré siquiera lo que pude ser, no lo que soy. Pero nadie ha podido torturarme tanto que me haga declarar que soy como ellos, de su estirpe”. (Juan Eduardo Cirlot en Bronwyn en Barcelona)

Película estrenada en España el 21 de febrero de 1966.

Título español: El señor de la guerra.

Reparto: Charlton Heston, Richard Boone, Rosemary Forsyth, Maurice Evans, Guy Stockwell, Niall MacGinnis, James Farentino.


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