jueves, 4 de septiembre de 2014

Le trou (1960). Jacques Becker



Francia, 1947. Gaspard Claude ha sido acusado del intento de asesinato de su mujer, pero es inocente. Una vez en la cárcel, comparte celda con cuatro duros criminales que han decidido escapar de la prisión construyendo un laborioso túnel. A duras penas, convencen al joven para que se una al plan de fuga y participe en los trabajos de excavación. Brillante ejercicio de precisión narrativa, apabullante en su perfecta simplicidad; es, sin duda alguna, la obra más redonda de Becker. Basada en un libro de José Giovanni.

Jean Keraudy, además de ser un actor amateur -trabajó aquí en su primera y única película-, vivió en carne propia esta historia; son hechos reales y sucedieron en la cárcel francesa de la Santé en 1949.

La evasión fue la obra póstuma de Becker, quien falleció dos semanas después de finalizar la película (algunos detalles fueron completados por su hijo, también director, Jean Becker), y la influencia que tuvo en el cine posterior se nota tanto en las películas que intentaron atrapar la realidad, tal y como Becker hacía, como en aquellas que, tratando sobre fugas carcelarias, contenían el mismo método minucioso que se plantea en La evasión. (Alberto Abuín)

Le trou es un filme de una riqueza inagotable, una obra que por sí sola marca un punto y aparte en la cinematografía francesa. Un lugar de llegada que quizá no tuvo una continuidad por que era difícil llegar a repetir unas cotas como las alcanzadas, en las que la hondura psicológica de todos sus personajes fuera en consonancia a su sobriedad expositiva, y en diametral oposición a los auténticos “tours de force” cinematográficos que constantemente nos dosifica Becker con la sabiduría de un maestro -uno de ellos es la enorme complejidad con la que se filman los planos a través del diminuto espejo adosado al cepillo de dientes; la primera vez que contemplamos el procedimiento nos quedamos deslumbrados por la aparente facilidad con que se muestra el encuadre, más adelante ya se nos muestra familiar su recurso-. En su momento Jean-Pierre Melville comentó que la obra póstuma de Jacques Becker era “el más bello filme francés”. (...) Pocos realizadores en el cine tuvieron -en este caso de forma involuntaria- un testamento tan admirable, sentido, directo y al mismo tiempo narrado de forma tan creíble y cercano. Una absoluta obra maestra. (Ángel y Jaume Marín)

Sólo un maestro del cine puede lograr ciertas secuencias memorables, entre ellas un plano sublime que es casi una metáfora visual de la existencia humana: a lo largo de los túneles subterráneos dos personajes se mueven en medio de la tiniebla alumbrándose con una vela. Esta luz dibuja en el espacio negro unas líneas blancas que se deslizan por paredes, suelo y techo, líneas que acompañan a los personajes en su caminar, mientras se alejan lenta y perpendicularmente del espectador hacia lo profundo del plano…, hacia el punto de fuga. (Archilupo en Film Affinity)

Título español: La evasión.

Reparto: Michel Constantin, Jean Keraudy, Philippe Leroy, Raymond Meunier, Marc Michel.


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